ESPECTáCULOS › “MINI CAMPEONES”, CON EL MINI RAPPER LIL’ BOW WOW

Cuidado con las “agujetas”

 Por Martín Pérez

“Amárrate las agujetas”, es el grito que escucha la estrella de Mini campeones cuando pisa por primera vez un campo de juego de la NBA. Y si no fuese porque la imagen muestra los cordones desatados de sus zapatillas, serían necesarias letritas para poder entender el doblaje al que fue sometido este film que cuenta la historia de un niño que sueña jugar como Michael Jordan. Justamente, a eso se refiere la traducción de su título original: “Como Mike”. Un sueño que se hará realidad y que, salvo el balde de agua fría que acusa por momentos el doblaje, alcanza a transmitir bastante bien Mini campeones al menos en la primera mitad de su metraje.
Protagonizada por el mini rapper Lil’ Bow Wow –que ya ha dejado el Lil’ (apócope de little, pequeño en inglés) de lado, hormonas mediante–, el film del más que eficiente John Schultz cuenta la historia de un pequeño fanático del basquet que ingresa al mágico mundo de la NBA gracias a unas zapatillas mágicas en las que descubre anotadas las iniciales M. J. Huérfano condenado a un orfanato, Calvin es obligado a vender golosinas en la puerta del estadio de la NBA, pero lo que él prefiere es ver cada juego en una pantalla grande ubicada fuera del mismo. Hasta que es invitado a presenciar el juego luego de un encuentro fortuito con el entrenador de su equipo. Los avatares de la historia permitirán que Calvin no sólo encuentre un inverosímil lugar dentro de un oscuro equipo de la NBA sino que incluso termine llevándolo –como lo hubiese hecho el propio Mike– a los play-offs.
Dinámica y eficaz a la hora de presentar una historia que más que nada es una buena idea llevada con ritmo a la pantalla, Mini campeones sufre a la hora de pretender convertirse en una película. Además, el sueño deportivo carga con el lastre dramático de llevar adosado también el deseo del huérfano Calvin de encontrar una familia adoptiva. “Quiero una familia como ésa”, dice el niño, mirando la familia de la serie televisiva que hizo famoso a Will Smith, “The Fresh Prince of Bel-Air.” Y no cejará en su intento, no sólo de conseguir su felicidad familiar, sino también la de sus amigos del alma del orfanato (entre ellos los que está Jonathan Lipinki, el niño de Jerry Maguire), fundamentales para el prólogo del sueño, pero luego olvidados por el film al perderse entre las nubes de la fama de la NBA.

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