ESPECTáCULOS › EL COMFER ANALIZA INTERVENIR EN LAS MEDICIONES

El rating, cuestión de Estado

Julio Bárbaro, titular del Comfer, asegura que si continúan los cuestionamientos a Ibope habrá una medición controlada por el Indec.

 Por Emanuel Respighi

El rating pasó a ser una cuestión de Estado. Tras los problemas y sospechas que durante los últimos años se originaron en el sistema de medición de audiencia implementado por la empresa Ibope, finalmente el Gobierno resolvió salir al cruce del conflicto televisivo con un polémica propuesta. A través del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), el organismo que controla y regula el funcionamiento de los medios de comunicación, se evalúa la posibilidad de realizar por su cuenta un sistema de rating paralelo al de Ibope. “Si los canales y los anunciantes no se ponen de acuerdo, el Comfer comenzará a realizar mediciones de audiencia para transparentar el mercado televisivo”, disparó Julio Bárbaro, interventor del Comfer. “El sistema actual de medición está muy cuestionado. Ni los que defienden a Ibope sostienen con solidez sus argumentos”, agregó en la entrevista concedida a Página/12.
La propuesta del Comfer de realizar coincidentales telefónicos paralelos a la medición de Ibope sorprendió al mundo televisivo. Nunca antes el Estado argentino había tomado alguna resolución respecto del rating, al que siempre había dejado librado al sector privado. “El Estado –explica Bárbaro– intentará solucionar el problema mediante un debate entre las partes. Si no se logra un consenso, el Comfer va a empezar a medir el rating. Hoy, la mayoría de las personas ligadas a los medios ponen en duda los datos de Ibope. La medición se debe replantear. Con Ibope pasa lo mismo que ocurre con la Corte Suprema: no se puede tener una medición seria, si la mayoría de los que trabajan en los medios consideran que la medición es tendenciosa o no refleja la realidad.”
–¿La percepción del Gobierno es que Ibope mide mal por defectos del sistema o por intereses económicos?
–En los problemas de rating de los últimos años se armaron defectos del sistema para estar al servicio de intereses económicos. No creo que haya habido equivocaciones accidentales: se equivocaron porque el negocio era rentable en la equivocación. Por eso vamos a intervenir.
–¿Cuál es el plazo que maneja el Comfer para comenzar a medir el rating?
–Dos o tres meses. El año que viene Ibope no puede estar en el cuestionamiento que está hoy. O se mejora la muestra y se logra consenso o hay un coincidental del Estado. Ya he hablado con cada uno de los sectores. Hay canales que están encantados con la propuesta y otros que me dicen que las mediciones no es una cuestión del Estado. Pero esto es simple: si lo privado funciona, el Estado no se tiene por qué involucrar.
–¿No hay problemas más importantes como para que el gobierno intervenga en el rating televisivo?
–Hay muchos Estados que controlan las mediciones privadas de audiencia. De hecho, el Comfer podría auditar las mediciones cada 30 días. Esa es una capacidad y un derecho del Estado. Pero eso no quiere decir que el Estado busque medir el rating. Estamos tratando de cubrir el espacio que el sector privado argentino, en su demencia de mercado, no cubre. El Estado está obligado a ayudar a corregir. Es mi función y la voy a cumplir. No hay que olvidarse de que el mercado televisivo mueve millones de dólares.
–En el caso de que no haya acuerdo entre las partes, ¿cómo implementará el Comfer el coincidental telefónico?
–Si se llegara a esa instancia, la idea nuestra es recurrir al Indec, que es la estructura de medición más seria del país. La medición no la haría el Comfer, ya que no contamos ni con la estructura ni con los profesionales adecuados. Y la idea, lógicamente, es que el gasto sea absorbido por el sector privado, o al menos en parte.
–¿El coincidental telefónico tendrá un alcance federal?
–Estamos pensando en federalizar el rating. La idea de que Capital y Gran Buenos son los que consumen y el resto del país no existe es un chiste. El resto del país existe, aun para medir qué es lo que ven, cuáles son sus preferencias. La idea de que la vida es una góndola de supermercado es una falacia impuesta por el poder. La reducción del hombre a un vil consumidor es una idea que la inventó el liberalismo y compró la decadencia economicista argentina. Y quedamos todos reducidos a eso: uno es la marca de ropa que usa. Pero lo que el rating debe medir es, de manera transparente y honesta, las preferencias televisivas de los argentinos. A eso apuntamos.

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Bárbaro dice que ya tuvo reuniones con gente de la industria.
“El rating debe medir preferencias de manera transparente y honesta.”
 
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