CULTURA › UN HOMENAJE DEL ROCK AL GRAN YUPANQUI, EN EL C. C. SAN MARTIN

“Atahualpa es nuestro poeta zen”

Así define al folklorista Liliana Vitale, una de las varias figuras que participan del encuentro que incluye a Litto Nebbia, Alejandro Medina, Ciro Fogliatta, María Rosa Yorio y Fontova-Ríos, entre otros.

 Por Cristian Vitale

A once años y medio de su muerte, Atahualpa Yupanqui recibirá su enésimo homenaje. No es la típica conmemoración relacionada con una fecha redonda, pero tiene otra particularidad: los protagonistas no serán músicos de folklore, poetas populares o militantes políticos, sino rockeros de todas las épocas necesitados de manifestar lo valioso que fue para ellos la obra del poeta de la guitarra. “Yupanqui representa el punto en que se conectan la cultura popular urbana y la cultural nacional. Esa continuidad lírica de la bohemia ciudadana que el rock toma del tango se enriquece con el lenguaje del campo, que llega del interior a través de figuras como él”, introduce Osvaldo Padrevecchi, que interpretará “Los dos abuelos” con su grupo Padre. “Yupanqui es nuestro Woody Guthrie”, precisa Claudio Kleiman, otro de los anotados. El “homenaje del rock a Atahualpa Yupanqui” se llevará a cabo hoy a las 19.30 en las salas A y B del C. C. San Martín y contará con la participación de, entre otros, Alejandro Medina, Litto Nebbia, Osvaldo Favrot, Ciro Fogliatta, María Rosa Yorio, Liliana Vitale, los dúos Baraj-Barrueco y Fontova-Ríos, Claudia Puyó y Willy Quiroga, que tiene una jugosa anécdota apta para remarcar la influencia de Don Ata en todo tipo de músicos... en este caso el creador de Mahavishnu Orchestra, John McLaughlin. “Cuando se hizo el festival Bue, McLaughlin contó que una vez, mientras se afeitaba en un hotel de París, escuchó una melodía pura y cristalina que provenía de la TV. Cuando miró, se encontró con Atahualpa y quedó maravillado. Tanto que, cuando vino aquí, tocó aquella canción agregándole sus cosas. Todos los que estábamos en el Luna Park quedamos boquiabiertos. Fue impresionante... el tipo después se llevó cinco casetes de Yupanqui en el bolso.”
Cada participante ejecutará una pequeña pieza del enorme acervo dejado por el guitarrista. A Nebbia le tocó en suerte una de las más conocidas: “Piedra y camino”, la misma que eligió Claudia Puyó. “La hago muy libre e improvisada al piano y cantando, bastante parecida a la versión que grabé con Manolo Juárez en su disco El que nunca se va”, explica. El creador de Melopea revela que su padre Félix –también músico– fue quien sugirió el apodo de Atahualpa a quien hasta entonces era Roberto Chavero, mientras ambos pasaban hambre en una pensión de Sunchales, Rosario. “En esos tiempos se acostumbraba a buscar nombres artísticos. Mi padre, tratando de ayudar a Yupanqui, descubrió en el diccionario el nombre del cacique indígena. Una vez en los ‘80 me encontré con Don Ata, recordó la anécdota y me dijo ‘Así que sos el hijo de Félix... gran hombre tu padre. Lástima que se preocupaba mucho por la locura de la gente”, evoca Nebbia, que editó en su sello dos discos con material inédito del poeta cordobés, La palabra y La guitarra, con canciones tocadas en 1964 en Radio Nacional.
El evento, organizado por la fundaciones Miguel Abuelo y Atahualpa Yupanqui, Radio Nacional Faro, la Unión de Músicos Independientes (UMI), la revista Expreso Imaginario y los sitios web Historockargen tino.com y Mucha madera, tiene como objetivo erigir la piedra fundacional de La Casa del Músico, un espacio destinado a músicos con problemas habitacionales, fin con el que el Yupanqui decidor no desentonaría. “En ‘Los dos abuelos’, Atahualpa habla del legado cultural dejado por gauchos e indios y de su presencia espiritual en el tiempo como forma de preservar nuestra identidad. Tal vez las idas y venidas de las riquezas de nuestros referentes populares la describa una frase que Perón le dice a Atahualpa en un respetuoso diálogo: ‘Pero escúcheme, Atahualpa, usted, con esa cara, ¿cómo me va a decir que no es peronista?’”, grafica Padrevecchi.
Liliana Vitale eligió “El alazán” porque “además de haberme emocionado toda la vida –sostiene– me ayudó a cantar el dolor por la muerte de mi perra. La grabé hace unos años y sigo cantándola porque es eterna, como toda su obra. Es nuestro poeta zen”. En el mismo concepto de perpetuidadse sitúa Ciro Fogliatta, que ejecutará “La flecha ya está en el aire”. “Es de destacar la unión del talento, la seriedad y la humildad que lo llevó a lograr un respeto unánime como artista y persona. Sus versos aran profundo en la sociedad argentina, convirtiéndose en filosofía nacional perenne”, afirma el ex Gatos. Osvaldo Favrot, que reflotó el grupo Espíritu con la grabación de un disco luego de prolongada ausencia, también participará del tributo, con la zamba titulada “La Pobrecita”. “Gracias a sus canciones empecé a tocar guitarra y aún las sigo cantando. Su música significa todo para mí y su poesía pintó en mi mente paisajes que nunca había visto. Estoy muy emocionado de poder transmitir un poco de todo lo que me enseñó.” Kleiman remarca el carácter profundamente social de la obra del homenajeado. “Por el lado de las letras, fue uno de los primeros, sino el primero, en introducir la temática social en el folklore, y por lo tanto es una enorme influencia sobre cualquiera que haya encarado la canción testimonial, de protesta o con contenido, no sólo en Argentina, sino en todo el mundo de habla hispana, desde Zitarrosa hasta Serrat, pasando por Mercedes Sosa, etcétera”, dice mientras trasmite la letra de la canción que recreará hoy en el San Martín... “Y paso las madrugadas/ buscando un rayo de luz/ por qué la noche es tan larga/ guitarra, dímelo tú.” “Yo –subraya Kleiman–, si llego a escribir una cosa así, me retiro.”

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Yupanqui, un músico que produce consenso en todos los géneros.
El homenaje se llevará a cabo hoy a las 19, en la sala A-B.
 
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