ESPECTáCULOS › “MAS BARATO POR DOCENA”, DE SHAWN LEVY

Demasiados chicos actores

 Por Martín Pérez

Director técnico de fútbol americano y periodista. Esas eran las profesiones respectivas de papá y mamá Baker antes de que la vocación por aumentar su prole terminara obligándolos a elegir la familia antes que sus oficios, y terminaron yéndose a vivir al campo hasta completar la docena. Pero con los niños lo suficientemente grandes como para no necesitar pañales ni niñeras –y la mayor incluso viviendo fuera de casa–, Tom y Kate Baker tendrán una segunda oportunidad golpeando a su puerta, bajo la forma del llamado de un equipo grande para él, y la edición de un libro para ella. Porque ésa es la historia que se cuenta en Más barato por docena: la odisea de intentar ser padre de muchos y tener un solo oficio al mismo tiempo.
Un anacronismo desde su misma concepción, este nuevo trabajo de Steve Martin tal vez termine instalándolo como el sucesor de Chevy Chase en el camino de ser un ex cómico devenido en decidido animador familiar. Padre de la novia desde hace tiempo, Martin apenas si acompaña lo mejor posible sus líneas de diálogo bien acompañado por una actriz tan amable como Bonnie Hunt. Pero eso apenas si alcanza como para darle algún tipo de empuje a una película que aparece como un objeto inútil y decididamente fuera de época. Adaptación de un libro de memorias familiares ambientado en el paso del siglo XIX al XX, ya cuando Hollywood lo llevó a la pantalla por primera vez, a mediados del siglo pasado, semejante cantidad de vástagos ya era apenas una curiosidad.
Abrazando un candor y una inocencia propias de los films de Disney de los años sesenta, más allá de los más o menos felices gags propios de una familia numerosa, Más barato por docena termina siendo una película que celebra la frustración de olvidar los sueños de una carrera por el amor familiar. Algo que ni siquiera se permitía infligir el más conservador espíritu Disney en su espectador, una vez planteado un tema como el de querer realizarse profesionalmente. Familia castradora aun a su pesar, la historia de los Baker apenas si es generosa a la hora de permitirle a Ashton Kurcher un pequeño espacio para burlarse de sí mismo, haciendo del terriblemente egocéntrico novio de la hija mayor de una familia caracterizada por un exceso de niños actores en cada escena.

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