LA VELA PUERCA, OTROS ¡U-RU-GUAYOS!
Trabajo de hormiga
Cada vez llevan más gente en sus shows en la Argentina. La razón del crecimiento, según el movedizo cantante Sebastián Teysera, es resultado del paso firme pero lento. Vamos la Vela...
Por Cristian Vitale
Un designio feliz, tal vez inesperado hizo que Sebastián Teysera -cantante de La Vela Puerca– suba mañana al escenario del Cosquín Rock, en el mismo día que su banda soñada, Las Pelotas. “Como para Santi (el guitarrista) debe ser Divididos, para mí son ellos. Me gusta cómo trabajan las melodías y el concepto canción, le dan lo que ésta precisa. No sólo estoy feliz por tocar sino también por poder verlos”, le dijo al No desde su casa en Montevideo. “Nosotros también somos esclavos de la canción. Nuestro lema dentro de la banda es ‘la canción al poder’. El octeto uruguayo planea presentar en 45 minutos canciones de sus dos discos (Deskarado y De bichos y flores), más algunos estrenos. “Es la segunda vez que tocamos en un festival en la Argentina. Estuvimos en Baradero, con Bersuit y Arbol. Cosquín es una brillante oportunidad para mostrarnos.” La carencia festivalera no implica que La Vela sea un grupo extraño de este lado del Río de la Plata. Antes de grabar su disco debut en 1998, ya habían incursionado por Buenos Aires y la última gira que hicieron resultó en números notables: 1110 personas en GAP, de Mar del Plata, 4000 en el parador de la Rock & Pop y casi 400 en Chascomús. “Tiene que ver con un trabajo de hormiga, a paso firme y sin ansiedad. Primero nos venían a ver 30, después 50 y ahora casi mil, pero siempre nos hicieron sentir como en casa”, reconoce el cantante.
La Vela Puerca nació en 1996 fruto de una zapada cándida y desprolija en El Tigre, un bar de Montevideo. La actitud primera fue divertirse. Hasta ahí, salvo excepciones, el rock uruguayo había generado expresiones bastante marcadas por una melancolía propia del Río de la Plata... Los Estómagos, Los Traidores. Para La Vela, en cambio, el rumbo era otro. “Nos influyó mucho Abuela Coca –confiesa Seba–. Fue la primera vez que vi gente agitando en un recital. Rompían con los mensajes oscuros anteriores... era una fiesta verlos.” En siete años, el grupo logró posicionarse como la banda más popular del Uruguay y una de las más referenciadas del presente, tal vez junto a Los Buitres y No te va Gustar. “En Montevideo no podés tocar más que dos veces por año. Te agarra una fisura tremenda y tenés que salir a tocar con otro nombre para sacarte la leche”, comenta. Tradicionalmente definido como un grupo de reggae y ska con actitud punk, la banda encaró también otros rumbos desde que Gustavo Santaolalla metió mano en De bichos y flores. “Hemos tomado el desafío de tocar distintos estilos si la canción lo requiere. Nos metimos en este baile... aunque a veces queremos tocar determinado género y no nos sale, porque no lo sabemos tocar.” A diferencia de No te va Gustar –que definieron a Batlle como “terco y estúpido”–, la gente de La Vela opta por callar. “Nos expresamos a través de nuestras letras, pero tratamos de evitar el panfleto y la apología. No somos dueños de ninguna verdad.”