ESPECTáCULOS

El show de Charly García en el Cosquín Rock todavía no terminó

Siguen las acusaciones entre organizadores, sonidistas y técnicos. En el bunker Say No More, en tanto, dan por concluido el tema.

 Por Roque Casciero

La polémica por la fallida actuación de Charly García en el Cosquín Rock sigue viva. Héctor “Perro” Emaides, uno de los organizadores del festival, declaró a la Radio Cadena 3 que su empresa había tenido que entregarle a García 10 mil pesos “fuera de contrato” para que saliera a tocar por tercera vez, aunque el músico no pudo hacerlo porque justo comenzaron los disturbios. “Si no me ponen una torta de plata, yo no vuelvo a salir”, dijo Emaides que lo amenazó García. “Charly sube al escenario con las cortinas cerradas, estamos listos para tirar los fuegos artificiales y él abre el telón a los tirones, como diciendo ‘salgamos ya’, y a su gente todavía le faltaba enchufar cosas.” La información circuló en un cable que atribuía los dichos a José Palazzo, otro de los organizadores, quien le aclaró a Página/12 que había sido su socio el que había hablado. “Frente a todo el puterío que se armó, el Perro dijo esto para mostrar que Charly tenía parte de la responsabilidad, porque pidió las diez lucas”, aseguró Palazzo. “El Perro le dio la plata y le dijo que lo considerara una indemnización por el mal sonido. No fue que Charly le pidió una coima, como circuló por ahí, sino que quiso una indemnización porque arriba del escenario no sonaba nada.”
Palazzo, que no estaba en Cosquín durante la actuación de García, afirma que no quiere seguir con la polémica y que su empresa no piensa iniciarle acciones legales a Charly por incumplimiento de contrato: “Esto ya se terminó, no quiero saber más nada con el tema ni con Charly. Que él haga su vida, que se dedique a seguir haciendo música, que es lo que hace bien. Es cierto que hubo problemas, pero Charly salió a tocar cuando sus técnicos todavía no estaban listos. Estoy harto de que nos echen la culpa de todo; que alguien se haga cargo de que Charly no es una carmelita descalza. Tengo mucha bronca porque la gente me puteó a mí, pero el sonido de Cosquín Rock lo hizo Buenos Aires Light Show, la empresa más grande de la Argentina, que ya había trabajado con nosotros en los tres años anteriores sin ningún inconveniente. No es que quisimos ahorrar con el sonido: contratamos a los mejores, pero no nos respondieron”.
Christian Míguez, de la empresa de sonido, había dicho en Córdoba que los problemas se originaron porque la energía disponible en la plaza Próspero Molina era insuficiente para sus equipos, aunque los organizadores le respondieron que los cuatro días hubo un generador auxiliar que sólo se usó el domingo, después de los incidentes. Míguez le dijo al diario La Voz del Interior que, más allá del problema general de sonido, en el show de Charly hubo “cierta negligencia de parte de los operadores técnicos” que llevó el músico, “porque no le daban la ruta de sonido indicada a cada retorno. Los micrófonos siempre funcionaron, pero Charly no los escuchaba”.
En los cuarteles de Say No More sigue firme la decisión de dar por finalizado el tema. El domingo a la noche, García dio un extenso show en la discoteca cordobesa Keops, donde terminó rodeado de chicas de un concurso bikini open. “El año que viene vuelvo y hacemos Keops Rock... Ningún Cosquín Rock”, dijo el músico, que se quedó en Córdoba hasta el miércoles a la noche. Santiago Zambonini, su manager, le dijo a Página/12 que “la decisión de Charly y de su producción es no comentar nada más sobre Cosquín Rock. Charly quiere expresarse a través de su música. Ya llegará el momento de mostrarle al público lo que él tenía preparado para esa noche”.

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Charly García, siempre protagonista, inclusive cuando no toca.
 
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