ESPECTáCULOS › LOS FOCKERS, LA FAMILIA DE MI ESPOSO

Burlando a los dos demonios

Por Martin Perez

Papá lo sabe todo... ¡pero literalmente! Tal era la clave de La familia de la novia, la comedia en la que cinco años atrás Ben Stiller hizo por enésima vez de novio humillado, resistiendo los embates de un desatado Robert De Niro, devenido entonces en suegro ex agente de la CIA y obsesionado con la información y el control sobre su familia. Y especialmente sobre su hija, a la que no quería dejar en manos de un perdedor como Gaylord Focker, el pusilánime pero heroico personaje encarnado por Stiller. Tanto el padre de la novia como el sufrido novio están de regreso en Los Fockers, la familia de mi esposo, una segunda parte cuya gracia se resume en sumarle condimentos al potaje freak, en este caso con la contundente presencia de Dustin Hoffman y Barbra Streisand como los padres judíos y liberales de su tan querido Gaylord. Que vuelven a protagonizar un típico caso de papá y mamá sabiéndolo todo... y usando ese conocimiento para adorar y –como suele suceder a la hora de hablar de padres e hijos– al mismo tiempo humillar a su hijo.
Con la intención de no dejar pasar un solo chiste que haya quedado sin usar en el film anterior, Los Fockers... comienza recordando todas y cada una de las humillaciones del personaje de Stiller bajo la implacable mirada de papá Jack, mientras la parejita protagonista vuelve a viajar hacia la casa de la novia. Aunque, para dejar en claro que esta historia es otra (y hacer un guiño a los que recuerden el viaje inicial de la primera película), este viaje de regreso al lugar del crimen será indoloro para Gaylord y todo irá especialmente sobre ruedas. Porque el asunto ahora es conocer a la familia del novio, viajando a Florida en un vehículo digno de una versión estadounidense de Familia rodante, con novios, suegros, nieto y gato a bordo. Al llegar, tanto los viajeros como los espectadores se sorprenderán por la aparición de Los Fockers en cuestión, encarnados por una simpática y compradora Streisand y un desatado Hoffman, tan lejos de sus históricos personajes conflictuados como De Niro de los suyos.
Hippies y progres hasta el ridículo, así como Jack es anticuado y de derecha, Los Fockers... podría ser considerada casi como una versión humorística de la teoría de los dos demonios. Burlándose esta vez de los liberales tal como no dejan de reírse del personaje de De Niro desde una película atrás, esta segunda parte firmada nuevamente por Jay Roach es un film obsesionado por el sexo. Atiborrada de bestialidades literales e incluso tomándose la molestia de agregarle un segundo sentido a sus bromas, la aparición de los ridículos personajes de Dustin y Barbra parece estar diciendo que EE.UU. sufre tanto de exceso de sexo como de exceso de CIA. Con gags generados por la primera palabra de un niño, un prepucio añejo y un gato tirando por el inodoro a un perro, Los Fockers... sería avergonzante si no fuese por la actitud descocada de Hoffman y Streisand al atreverse a encarnar semejantes papeles. Y hacerlo con mucho pero mucho humor. Sólo gracias a ellos es que el sexo terminará ganando la partida, y haciéndose necesario incluso para la CIA.

Los Fockers, la familia de mi esposo
Meet the Fockers. EE.UU., 2004

Dirección: Jay Roach

Guión: John Hamburg y Jim Herzfeld

Fotografía: John Schwartzman

Edición: Alan Baumgarten y Jon Poll

Música: Randy Newman

Intérpretes: Robert De Niro, Ben Stiller, Dustin Hoffman, Barbra Streisand, Blythe Danner, Teri Polo, Owen Wilson, Spencer Pickren y otros.

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