ESPECTáCULOS › EL FESTIVAL DE COSQUIN ABRE ESTA NOCHE

El folklore empieza a batir las palmas

Con la plaza Próspero Molina remodelada y una programación heterogénea, que incluye a Les Luthiers y Julio Bocca, la primera luna coscoína renovará el ritual festivalero del verano.

 Por Karina Micheletto

En la plaza Próspero Molina hoy volverá a sonar el Himno a Cosquín, el ballet oficial subirá al escenario, se gritará el Aquí Cosquín de rigor (ya no desde la garganta de Mahárbiz, claro), explotarán los fuegos artificiales y una nueva edición del cordobés Festival Mayor de Folklore comenzará, como desde hace 45 años. Los que lleguen hasta esta localidad serrana se encontrarán con una plaza totalmente remodelada, donde se invirtieron tres millones y medio de pesos aportados por la Nación y se amplió la capacidad a once mil butacas. Para los que lo sigan por la tele, el implacable zapping veraniego volverá a marcar que, sí, es enero, hace calor, no estamos de vacaciones y el festival de Cosquín es lo único que hay para ver en la tele. Cosquín es, también, la confirmación televisiva de que el verano ya llegó, implacable, y es tiempo de festivales.
Año nuevo, plaza nueva
La mega obra de remodelación de la Próspero Molina y sus alrededores fue iniciada hace tres años, con una primera etapa en 2001 y una segunda en 2002. Pero a partir de octubre del año pasado, en menos de tres meses cambió la plaza que cualquiera que siga un viaje por la ruta nacional Nª 38 encuentra en el camino. Con un costo total de 3.300.000 pesos aportados por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación (las gestiones en Presidencia del nuevo intendente, Marcelo Villanueva, rindieron sus frutos), no sólo se remodeló la plaza sino también cinco cuadras de la avenida principal, transformadas en peatonal.
Las obras fueron llevadas a cabo por la empresa Estudio Arquitectura, de los arquitectos coscoínos Rubén y Esteban Bernal, padre e hijo. Según detalló a Página/12 Esteban Bernal, la plaza fue “semicerrada”, el alambrado de alrededor se quitó y se avanzó sobre las calles para hacer tribunas bajas bajo las cuales habrá locales comerciales. Con estas tribunas más las butacas desmontables que reemplazan a las de hormigón, la capacidad de la plaza se amplía a 3000 espectadores en las gradas, 8000 sentados en la platea, y 20.000 en espectáculos como el Cosquín Siempre Rock, con gente de pie. También se hicieron nuevas cabinas de transmisión para radio y televisión, sala de prensa, auditorium para conferencias, carpa de comidas, rampas de acceso al escenario y sanitarios.
Programación
Como es lógico, la programación de Cosquín se rige por los imperativos de todo festival, y este año no es la excepción. Tienen que estar, claro, esos artistas que garanticen el arriba las palmas o el aullido femenino, o –cuánto mejor– las dos cosas juntas. Los Nocheros son garantía de una plaza llena y esta vez volverán a cerrar el festival, el domingo próximo. También estarán Soledad (ausente el año pasado) y el Chaqueño Palavecino. Pero la grilla también incluye otras voces que acercan al folklore aires frescos. Las de la sanjuanina Claudia Pirán, la cordobesa Paola Bernal, Luna Monti y Juan Quintero, el virtuoso armoniquista Franco Luciani, Laura Ross, Silvia Iriondo, el excelente dúo de Tilín Orozco y Fernando Barrientos o los notables ganadores del premio Consagración de Cosquín del año pasado, la coplera salteña Mariana Carrizo y el violinista santiagueño Néstor Garnica. También están los que no son conocidos pero tienen para mostrar más de lo conocido. En resumen: un poquito de esto, otro poquito de aquello, se mezcla y se revuelve bien, y marcha un festival folklórico. Las novedades anunciadas con bombos y platillos por los programadores son extra-folklóricas: actuarán Les Luthiers y Julio Bocca. También habrá una noche marcada por el tango, con Rubén Juárez, María Graña y Juanjo Domínguez. Además habrá homenajes especiales a Domingo Cura y Norma Viola (ambos fallecidos el año pasado) y se entregará el Camin Cosquín a Sixto Palavecino. La otra gran novedad de este año es que al final de cada noche se organizará una “Gran Cacharpaya”, con nuevos exponentes de cada región.Será un momento en que se levantarán las gradas y habrá espacio para bailar y comer, transformando a la plaza Próspero Molina en una gran peña a cielo abierto, algo que ocurría años atrás, cuando no había peñas instaladas alrededor de la plaza. Es que los programadores saben que para muchos las peñas se fueron transformando en la parte más sustanciosa del festival, tanto que algunos de los que llegan hasta Cosquín siguiendo la ruta del folklore no pisan la plaza oficial en ninguna de las nueve lunas. Algo que generó algún que otro encontronazo plaza-peñas en años anteriores. “La idea no es combatir, sino competir”, aclara Bernal, que forma parte de la comisión organizadora.
Según Eduardo Mastell, programador histórico del festival, los criterios que se siguieron para armar la grilla fueron “incluir nuevos valores, regionalizar algunos segmentos artísticos y abarcar la mayor cantidad de artistas posibles”. Mastell puntualizó en diálogo con Página/12 que la inversión técnica y artística alcanzó los 600.000 pesos, mientras que otras actividades extra-musicales (el Congreso del Hombre Argentino, el encuentro de poetas, los talleres y la feria artesanal que se realiza en la plaza San Martín) cuentan con presupuesto propio. La comisión organizadora espera recuperar ese dinero con los sponsors y con la venta de entradas, que cuestan entre dos y treinta pesos, dependiendo del lugar y de los artistas programados cada día. Hay una histórica división de posturas entre los que dicen que Cosquín tiene que dar ganancias y los que sostienen que es más bien una inversión cultural que debe hacer el Estado. Mastell tiene una opinión clara: “No nos interesa ganar plata, pero sí salir hechos. Nuestro objetivo es recuperar el dinero gastado, y todo indica que lo vamos a lograr, porque de lo contrario es una deuda que se transfiere al pueblo, a través de sus impuestos. Después, si se pueden juntar unos pesos, mejor, pero no nos desvela”.
Aquí, Cosquín
Por fuera de la plaza, las peñas volverán a brindar ese plus necesario en cada Cosquín. Aunque aún hay pocas confirmadas, ya están aseguradas dos tradicionales, como la del Dúo Coplanacu y la Casa de Los Carabajal, ambas con buenas propuestas en lo musical. Respecto de lo que pase arriba del escenario de la plaza, esta edición volverá a ser televisada por Canal 12 de Córdoba y transmitida a todo el país por Canal 7, en directo, de 22 a 1. La venta de la televisación a Canal 7 representa un ingreso de 20.000 pesos para el Festival, más un porcentaje de los segundos publicitarios.
Como todos los años, la gran disputa de la programación es cuántos y cuáles de la larga lista de artistas programados cada noche entran en el horario televisivo. Pero la figurita difícil de este año no es ningún músico ni cantante, sino el presidente Néstor Kirchner, que amagó con asistir hoy a la noche a la nueva plaza. Kirchner estará volviendo de Francia, pero algunos coscoínos todavía se esperanzan con una visita presidencial para la última noche, el próximo domingo.

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En la fiesta coscoína, el baile ocupa un lugar preferencial.
 
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