ESPECTáCULOS

El éxito nipón de Alfredo Casero, un auténtico milagro argentino

En el show que MuchMusic emite esta noche, el responsable de “Casaerius” protagoniza un encuentro cumbre con el autor de “Shimauta”.

En la Argentina ha habido –y hay– varios cómicos talentosos, algunos de ellos con visos de genialidad. También actores dramáticos considerables, de esos capaces de representar personajes que se convierten en arquetípicos. En la Argentina hay muchos músicos de categoría con fans de todas las edades. Pero ¿en qué país del mundo se registra el caso de un actor cómico talentoso que además sea un actor dramático considerable y que, al mismo tiempo, desarrolle una carrera musical de peso propio? Alfredo Casero logró, a ojos del público, un milagro argentino: ser esas tres cosas en simultáneo. Y –he aquí una parte interesante del milagro– haber logrado un reconocimiento cada vez más masivo.
Porque todo es extraño en torno al “fenómeno Casero”, no es nada raro que el definitivo reconocimiento a su talento musical haya llegado de la mano de un tema japonés que conoció de casualidad y grabó por pura intuición, sin saber qué decía la letra. Para colmo, el lanzamiento del disco se produjo el 20 de diciembre, en medio del caos del final del gobierno de Fernando de la Rúa. Pero desde esa milagrosa aparición del disco Casaerius para aquí, con Casero pasó lo contrario del país: su figura no paró de crecer, acodada en el impresionante, ilógico y saludable éxito del tema “Shimauta”. Ese tema ha llevado a Casero a la televisión japonesa, será editado este mes allí en coincidencia con el lanzamiento del Mundial 2002, y originó aquí una fuerte ola de interés por distintos aspectos de la vida cultural nipona, de parte de gente que se asomó a ese mundo de la mano de la melodía de la “Canción de la isla”.
El especial de “Intimo & Interactivo” que hoy estrenará a las 21 la señal MuchMusic –luego habrá siete repeticiones durante junio– parece el festejo público de la repercusión creciente de las andanzas de Casero. El programa tiene una perla: la presencia como invitado de Miyazawa Kazufumi, el compositor de “Shimauta”, uno de los músicos más importantes de la historia de la isla de Okinawa. Kazufumi, que llegó a Casero después de que los directivos internacionales de Sony quedaran maravillados por la calidad del disco Casaerius y su potencial comercial mundial, es una estrella del rock japonés, y ha actuado de local junto a decenas de figuras anglosajonas. De hecho, su llegada a Buenos Aires originó un revuelo considerable en el micromundo de la colectividad japonesa, que está a punto de considerar a Casero como el emperador del sushi. Kazufumi, que parece dibujado por un genio del manga, es para los japonés lo que Charly García es para el rock argentino.
La versión del tema que comparten Casero y Kazufumi, en este corto show conducido por la presentadora Carda Ritrovato, ilustra tanto sobre el valor poético del tema –ahora sí, todos saben de qué habla la letra y qué pasó en Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial– como sobre el talento del argentino al abordarla. El talento musical de Casero, debe subrayarse, ya era evidente en sus discos anteriores, pero justo es admitir que hasta ayer nomás mucha gente lo escuchaba en broma. Es decir, estaba esperando el costado irónico, cínico, perverso o burlón de sus interpretaciones, sin reparar que muchas de ellas iban en serio. Casero siempre se mosqueó con eso, lo que parecían ignorar los responsables de los muy discutibles premios Carlos Gardel cuando el mes pasado le quisieron dar, con los resultados conocidos, el galardón destinado a la “Revelación”. Mostrarse vulnerable, y a la vez gracioso, en esa fiesta, fue para los fans musicales de Casero un recordatorio de cuántos mundos caben en su mundo.

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Alfredo Casero, una rara combinación de talento musical y actoral.
 
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