ESPECTáCULOS › ENTREVISTA CON MATT WEITZMAN, GUIONISTA DE LA SATIRA “AMERICAN DAD”

“Nuestro país está dividido en dos”

La serie creada por Seth McFarland (el mismo de Family Guy, que también emite Fox) junto con Mike Barker y Matt Weitzman es un divertido cachetazo a la pacatería y el conservadurismo medio de los EE.UU.

 Por Roque Casciero

Hasta por su apellido, los Smith bien podrían pasar por la familia típica estadounidense, sobre todo por una que votó por George W. Bush: Stan, el padre, es quien trabaja fuera de casa; Francine, la madre, pone orden en el hogar; la hija Hayley va a la universidad y el hijo Steve es un nerd de secundaria. Pero hasta ahí llega el cuadrito familiar tipo hogar dulce hogar entre los personajes de American Dad, la serie animada que Fox emite los lunes a las 23.30. Porque Stan es un paranoico agente de la CIA, capaz de hacer pasar a su hija (liberal) por un control como el de los aeropuertos cada vez que llega de estudiar, y tiene en su casa a un alienígena sarcástico al que rescató del Area 51 (Roger) y a un pececito (Klaus) con el cerebro de un esquiador alemán, producto de un experimento fallido, que todo el tiempo trata de levantarse a Francine. La serie creada por Seth McFarland (el mismo de Padre de familia, que también emite Fox), junto con Mike Barker y Matt Weitzman, es un divertido cachetazo a la pacatería y el conservadurismo medio de los Estados Unidos. “Hay montones de familias que tienen liberales y conservadores en sus casas y eso causa mucha tensión y conflictos”, asegura Weitzman en una entrevista con Página/12. “Todo nuestro país está dividido en dos, así que tiene sentido que las familias también lo estén. La gente que cree en Bush ahora cree más que antes y quienes están en contra están más en contra que nunca. El mundo es cada vez más pequeño y todos podemos ver qué sucede, por lo tanto todos tenemos nuestras opiniones. Y nosotros intentamos reflejar nuestra opinión todo lo posible en American Dad”.
–Resulta difícil imaginar a alguien que votó por Bush riéndose con American Dad.
–Yo pensaba del mismo modo, pero buscando en Internet me sorprendo con tipos conservadores que igual piensan que el programa es divertido. Y me alegro, porque Stan es un personaje tonto pero de buen corazón. Esa es una de las razones por las que les gusta a ambos bandos. Cuando estaba en el aire el programa All in the Family, del personaje de Archie Bumper la gente o se reía de él o estaba absolutamente de acuerdo con él. Ese es el truco. Por eso podemos tener a ambos bandos mirando el programa y los dos obtienen algo.
–¿Cree que el comportamiento de Stan Smith es el reflejo de cierta paranoia estadounidense?
–Hasta cierto punto, sí. Mucha gente se pregunta si de verdad vamos a ser atacados nuevamente, porque no ve ninguna evidencia, pero también hay un montón de gente que está preocupada y que piensa que sólo es cuestión de tiempo para que suceda algo malo. Por otra parte, todo el tiempo nos están recordando la amenaza del terrorismo y cómo estamos ganando la guerra contra el terrorismo. Y Mike y yo nos miramos y decimos: “¿Eh?”. Para nosotros, la guerra en Irak es una locura que no debería haber sucedido y todavía pienso que es un gran error. Pero hay gente que piensa que está bien y respetamos su opinión, así que tratamos de no burlarnos demasiado de ella en el programa. Simplemente me parece que ya ha pasado el tiempo suficiente y que deberíamos poder reírnos de algunas de estas cosas en lugar de vivir en un estado de miedo, y más miedo, y más miedo.
–Los personajes de American Dad tienen personalidades muy definidas. ¿Los trabajaron antes de escribir los guiones?
–Sí. Sabíamos que Stan iba a ser un norteamericano conservador, que su hija Hailey iba a ser más liberal y crítica del gobierno y de su padre. Ellos dos siempre van a estar en desacuerdo, y la esposa es la pacificadora que deja pasar muchas de las locuras que hace Stan para proteger a su país y a su familia. Algo especial es que Klaus, el pececito, originalmente iba a ser francés, pero nos hacía acordar a Pepe Le Piu, el zorrino que trataba de levantarse a sus parejas hablándoles en francés. Decidimos que fuera alemán, porque no se han visto muchos alemanes que sean machistas lisonjeros. Y hasta ahora funciona.
–¿Cómo hacen para no repetirse, para no aburrirse?
–El truco está en escribir para nosotros mismos y tener esperanzas de que a los demás les resulte entretenido. Lo que hacemos es preguntarnos: ¿esto funciona o no? Si funciona, seguimos haciéndolo mientras nos haga reír; si no, nos abocamos a hacerlo más interesante. Eso es lo bueno de la animación: podemos hacer lo que queremos, tenemos la primera y la última palabra. Los actores, en cambio, te cuestionan: “Oh, mi personaje nunca haría esto”.
–Claro, los dibujitos no pueden cambiar los parlamentos.
–Exactamente. Les ponemos enfrente una goma de borrar enorme y enseguida están de acuerdo (se ríe).
–¿Tienen influencias de otros programas de animación como Los Simpson? Sobre todo por el modo en que se relaciona la familia...
–Siempre he sido fan de Los Simpson, igual que Mike y Seth, así que definitivamente han tenido un impacto sobre nosotros. Siempre me han gustado los dibujos animados y también las historietas, por eso me resultó natural cuando Seth nos dio la oportunidad a Mike y a mí de trabajar en Padre de familia.
–En Estados Unidos, ese programa fue levantado por Fox después de tres temporadas, pero cuando la cadena decidió poner en aire American Dad también quiso volver a la carga con Family Guy. ¿Por qué cree que los ejecutivos cambiaron de opinión?
–Por el dinero. Ellos no se dieron cuenta de lo que tenían entre manos. Cuando dieron Padre de familia la primera vez, lo movieron mucho en la grilla de programación, así que el programa nunca logró encontrar su público. Lo cancelaron, volvieron a ponerlo... Pero vendió tres millones de copias en DVD, cuando pensaban vender cien mil. Fue un gran éxito, lo mismo que las repeticiones que en Estados Unidos emitió Cartoon Network. Entre los varones jóvenes adultos, les ganaba en rating a David Letterman y Jay Leno. Y entonces en Fox dijeron: “Bueno, démosle otra oportunidad a Family Guy”. Nunca antes había pasado que una cadena cancele un programa y un par de años más tarde vuelva a ponerlo en el aire. A veces regresan en otro canal, pero nunca en el mismo que lo había cancelado. Y es fenomenal, sobre todo por Seth, que es su creador. Ahora él trabaja en los dos programas, así que ha sido bueno para todos.

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Para Weitzman, “la guerra en Irak es una locura”.
 
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