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Dos de las canciones incluidas en este primer álbum, productos tempranos de la asociación artística entre Matus y Tejada Gómez, son especialmente significativas. La guarania “Nocturna” fue una de las canciones por las que Mercedes Sosa se enamoró perdidamente de quien iba a ser su primer marido y padre de su hijo Fabián, mientras que “Zamba de los humildes” se convertiría en una de los temas emblemáticos del movimiento Nuevo Cancionero.

Nocturna
(A. Tejada Gómez - M.O. Matus)
Tú, junto al amor que nos separa
llenas mi dulce guitarra
/de oscura distancia
donde se duerme la noche
/nombrando el amor.

Cómo cantar mi canción,
/tan lejana
cómo llevar el adiós, /sin nostalgias
si sólo la soledad habita
/mi corazón
cuando la ausencia me quiebra /de olvido la voz.

Tú, mágica flor de la esperanza
naces de un solo silencio,
/lejana y extraña
toda nocturna y distante,
/como esta canción.

Lleva mi voz en tu voz,
/triste y suave.
Búscame siempre en tu adiós,
/esperando.
Si sólo la soledad habita
/tu corazón
cuando la ausencia te quiebre
/de olvido la voz

Zamba de los Humildes
(A. Tejada Gómez - M.O. Matus)

Zambita para que canten
los humildes de mis pagos.
Si hay que esperar la esperanza
más vale esperar cantando.

Nacida en los boliches
donde el grito alza su llanto.
Su canción de largas lunas
sabe la siembra y el agua.

Con un canto de la tierra
hay que cantar esta zamba
hermana de los humildes
sembradores de esperanza.
Alzada raíz de sangre
del fondo de la guitarra.

Mi pueblo la canta siempre
como si fuera una ausencia
la cara hundida en el pecho
hasta mirarse la pena.

Un corazón de caminos
hasta su canto regresa
a despertar el destino
que el pueblo en su pecho lleva
con un canto de la tierra.