SOCIEDAD › ASALTARON A UN CHOFER DE LA LíNEA 102 Y LE AMPUTARON UN DEDO

El riesgo de ser colectivero

Tres delincuentes que viajaban en la unidad 5 de la línea 102 asaltaron al chofer en Palermo Chico, muy cerca de la Policía Montada. Llevaron el colectivo hasta detrás del Planetario y, como no pudieron abrir la expendedora, le cortaron un dedo al chofer.

En la madrugada de ayer, un colectivero de la línea 102 fue asaltado por tres jóvenes que, luego de intentar abrir la máquina boletera, secuestraron al chofer y al colectivo, lo trasladaron hasta detrás del Planetario y le amputaron un dedo en venganza. “No nos imaginamos el porqué de tanta saña –dijo un compañero de la víctima–. Además, la zona de los bosques de Palermo tendría que ser el lugar menos peligroso: sobre la calle Figueroa Alcorta están la Montada y el grupo antisecuestros GEOF.” Jorge Alvez –el colectivero herido– fue amenazado por los delincuentes, con cuchillos y armas, a pocos metros de la terminal. Después del hecho, Roberto Fernández, secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), confirmó que “desde el gremio vamos a apresurar lo más rápido posible el tema de las cabinas blindadas y del sistema GPS para los coches”. Si esa medida no llega al efecto deseado, Fernández aseguró que “tendremos que pedir que blinden el colectivo entero”.

Pasada la medianoche, un grupo de tres jóvenes subieron al interno 5 de la línea 102 en la parada de Las Heras y Pueyrredón. Según voceros de la Policía Federal, “cuando todos los demás pasajeros descendieron del vehículo, los chicos aprovecharon para abordar al chofer: uno de los hombres le apuntó a la altura de las costillas con un arma, mientras los otros dos sacaron unos cuchillos”. Antes de poder terminar el recorrido –muy cerca de la parada terminal–, el chofer fue obligado a continuar el viaje “hasta las inmediaciones del Planetario”, relató a Página/12 el vocero policial.

“Somos privilegiados, el recorrido de la línea es muy seguro –relató el compañero de Alvez–. Por ejemplo, pasamos cerca de la comisaría 16ª, la seccional 3ª y de la 17ª. También pasamos por el Departamento Central de Policía. Así que más seguridad que eso es imposible”, concluyó el chofer, extrañado por el hecho. La terminal de la línea 102 –que pertenece a la empresa Transporte Sargento Cabral– se encuentra ubicada en pleno Palermo: frente al Club de Amigos, entre el Jardín Japonés y el destacamento de la Policía Montada. Sin embargo, el colectivo manejado por Alvez fue secuestrado a pocos metros de finalizar su recorrido. Exactamente, “en Castex y Figueroa Alcorta”, confirmó Fernández a Página/12.

El chofer del interno 5 manejó el colectivo hasta llegar al puente de las vías del ferrocarril San Martín. Allí, según los voceros policiales, los jóvenes “intentaron violentar la máquina expendedora de boletos” para apoderarse de las monedas. Al no conseguir abrirla por la fuerza, le exigieron a Alvez la llave. Como el hombre no poseía las llaves de la máquina, “primero le robaron sus pertenencias –el celular y 100 pesos– y, luego, le cortaron un dedo de su mano derecha en represalia”, aseguró el secretario de UTA.

Para el compañero de Alvez, “llama la atención que los delincuentes hayan pedido la llave de la ‘boletera’. Los choferes jamás tenemos la llave”. El hombre, además, aseguró que “la recaudación siempre la saca de la máquina la empresa. Porque, incluso, si nos quedamos sin papel para los boletos no podemos hacer nada”.

Según voceros policiales, los jóvenes lograron escapar por la puerta trasera del colectivo y se dirigieron hacia el lago de El Rosedal. A pesar de su grave herida, Alvez pudo manejar “hasta Lafinur y Libertador, donde un oficial de la comisaría 53ª llamó a la ambulancia”, relató el gremialista de UTA. Personal del SAME trasladó al chofer herido al hospital Fernández. Allí, Alvez recibió las primeras curaciones de su mano y, luego, fue derivado al hospital Español en pos de realizarle una intervención quirúrgica.

El caso por la agresión y el secuestro quedó en manos del fiscal de instrucción Aldo de la Fuente. Hasta el cierre de esta edición, De la Fuente aún aguardaba una autorización médica para tomarle declaración testimonial al colectivero: “Todavía no se encuentra en condiciones de testificar. No está bien, padece shock emocional por lo vivido”, dijeron fuentes policiales.

Ante el suceso, Fernández advirtió que “vamos a exigir más seguridad y control porque la libertad es lo más sagrado que tiene una persona”.

Informe: Mariana Seghezzo.

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Jorge Alvez se retira del servicio médico con su mano vendada y tratando de ocultarse de la prensa.
 
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