SOCIEDAD › OPINION

Acuerdo para no ensuciar

Por Julio Vitobello *

En la ciudad de Buenos Aires es posible instalar paneles desmontables donde se pueda pegar la propaganda política de los partidos y de esa manera evitar la suciedad o el daño a las fachadas de edificios públicos o privados durante las épocas de campaña. Hay que adoptar las medidas necesarias para canalizar las pintadas o los carteles de las agrupaciones hacia armazones creados a ese solo efecto. Serían dos tipos de medidas. Una es política, la otra práctica. La primera tiene que estar orientada a lograr un acuerdo entre los partidos que actúan en la ciudad consistente en el respeto a las leyes que impiden la propaganda ilegal y a circunscribir la publicidad a los espacios permitidos. Hubo una experiencia no muy feliz en la ciudad de Buenos Aires que ocurrió durante las últimas elecciones de legisladores nacionales en 2001. A la propaganda ubicada en lugares ilegales se les colocó un cartel subrayando el hecho, pese a lo cual no se logró lo deseado.
La otra medida se relaciona con la instrumentación de un tipo de estructura semifija que facilite la exposición de la propaganda. En la ciudad hay 4000 pantallas fijas, que en tiempos de campaña se ceden hasta un 40 por ciento a los partidos y candidatos. Pero está visto que no alcanza.
Por lo tanto es conveniente crear las pantallas removibles, vigentes sólo durante los meses de campaña. Luego de lo cual se guardarían. Los paneles transitorios serían como una especie de dazibao porteño, un recurso usado por los chinos para la polémica política durante los años sesenta. Más allá del debate que estuvo en curso en la China de Mao Tse Tung, vale el medio creado para explicar las diferencias.
El costo que ocasionaría al erario sería mínimo. Esta propuesta –que presenté como proyecto en la Legislatura hace un año y medio– puede convertirse en un intento para terminar con la propaganda política que ensucia o, al menos, acotarla.
En Italia, dos ciudades importantes como Roma y Bologna instrumentaron un sistema de paneles móviles con bastante éxito. Ellos poseen muchos monumentos, que los obligaron a una solución limpia y democrática.
Si todos los partidos y corrientes internas respetaran una idea de este tipo, lograríamos que los frentes de las viviendas porteñas o de los edificios públicos no haya que repintarlos tras cada elección.
Las estructuras desmontables podrían colocarse delante de las paredes muy disputadas por las agrupaciones. Sobre la estructura de una altura de dos metros y medio irían los paños, donde se pegaría la propaganda o se haría la pintada. Los vecinos serán los primeros en agradecer el convenio de civilización política.

* Diputado PJ, vicepresidente 2º de la Legislatura porteña.

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