SOCIEDAD › MAñANA INICIA EL JUICIO POR EL ASESINATO DE DAMIáN ROSENDE

A la espera de justicia por Damián

Inician el juicio oral a Bernardino Luque, de la Prefectura, que disparó contra unos asaltantes en el colectivo, pero mató a Damián Rosende, de 18 años, que viajaba en un asiento delantero. El caso fue el 13 de abril de 2003 y tuvo complicaciones.

 Por Carlos Rodríguez

Damián Rosende tenía 18 años, estaba haciendo el CBC en la Universidad de Buenos Aires para seguir la carrera de Ciencias Políticas. En sus ratos libres, su felicidad pasaba por tocar el bajo en su banda de rock, Viejos Soñadores. La vida de Damián fue breve, igual que sus sueños, que quedaron truncos a las seis de la mañana del 13 de abril de 2003. Ajeno a lo que ocurría a su alrededor, Damián dormía dos asientos atrás del conductor del interno 130 de la línea 159. Había subido en Quilmes, donde vivía con su madre. Al llegar a Dock Sud, dos adolescentes subieron al bondi con intención de robo. Uno de ellos estaba armado, pero no tuvo tiempo ni de disparar ni de robar. Desde el fondo del colectivo, dos hombres se levantaron al unísono, arma en mano los dos, e hicieron cuatro disparos. Los ladrones huyeron y una de las balas pegó en la cabeza de Damián. Desde hoy, en el Tribunal Oral 8 de Lomas de Zamora, comenzará a ser juzgado el autor del disparo mortal, el ayudante principal de Prefectura Bernardino Luque, que aunque está acusado de “homicidio simple”, sigue libre y cumple funciones en el Edificio Guardacostas, sede de la fuerza.

El otro hombre que usó su 9 milímetros esa trágica mañana de abril fue el agente de la Policía Federal Maximiliano Salto. Entre él y Luque pudieron haber matado o herido a más de una persona, pero Salto nunca fue imputado por intento de homicidio. La Justicia hizo caso omiso al reclamo de la familia Rosende. “Los ladrones nunca robaron ni dispararon. Los que lo hicieron fueron Luque y Salto. El prefecto que mató a mi hijo sigue libre, aunque está acusado de homicidio, y el agente de la Federal nunca tuvo un cargo en su contra. Hace seis años que venimos reclamando justicia. Esperemos que ahora podamos tenerla y que Luque vaya preso”, le dijo a Página/12 Liliana Norma Cerviño, la mamá de Damián Rosende, acompañada en su lucha por Raúl Rosende, papá del chico asesinado, y por sus hermanos Andrés y Martín.

La causa tuvo una serie de complicaciones. El juez a cargo, Javier Maffucci Moore, y sobre todo la fiscal Graciela Rivero, demoraron la realización de trámites procesales urgentes y recién 11 meses después del crimen indagaron a Luque, aunque se sabía casi desde el primer momento que de su Browning 9 milímetros había salido la bala que mató a Damián. La causa la tomó después el fiscal Guillermo Morlacchi, quien al describir el hecho en su acusación cuestionó con dureza a “esos dos pasajeros que dispararon indiscriminadamente y a mansalva, sin medir ningún tipo de consecuencias, en un lugar público y cerrado, donde había seres indefensos como Damián y otros”, en alusión al resto de los pasajeros.

Con posterioridad, el primer fiscal del juicio oral, Pablo Pando, en julio de 2005, intentó cerrar el caso propiciando la realización de un juicio abreviado, alternativa que fue aceptada por la defensa de Luque y rechazada por la familia Rosende. Desechada la posibilidad del juicio abreviado, que suponía una pena menor para Luque previa aceptación de su responsabilidad en el crimen, se había fijado como fecha del debate oral los días 7 y 8 de octubre de 2008, pero tampoco pudo ser.

“Seguimos luchando mucho tiempo, sin bajar los brazos, porque yo no podía de ninguna manera acostarme a llorar y que el tiempo siguiera pasando. El comienzo del juicio fue pospuesto para mañana y pasado, y espero que Luque sea condenado como corresponde y que vaya preso”, sostuvo la mamá de Damián Rosende. Además de tocar el bajo en la banda Viejos Soñadores, el joven asesinado era el letrista.

“Y es que yo sólo soy un soñador/de los que buscan en la gente/a los que canten mi canción/(...) y aquellos que yo amo/que recuerden mi canción.” Las dos estrofas de la canción escrita por Damián vienen acompañando a su madre, Liliana, desde el trágico 13 de abril de 2003. “Era el dulce de la casa, se lo decíamos siempre. Ahora está escrito sobre su tumba.”

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Liliana, la mamá de Damián, lucha con toda su familia para que se haga justicia. Es lo que pide.
Imagen: Daniel Jayo
 
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