SOCIEDAD › POR EL ASESINATO DE UN CHICO DE 18 AñOS EN LA PLATA

Gatillo fácil, reclamo y represión

A un mes del asesinato de Ezequiel Heredia, un chico de 18 años que fue baleado por un policía, en La Plata, los familiares y amigos del joven marcharon hacia la Casa de Gobierno provincial para exigir una respuesta oficial frente a ese nuevo caso de “gatillo fácil”. Pero los treinta manifestantes recibieron como respuesta palazos policiales y un total de ocho detenciones, entre ellos, una adolescente embarazada. La denuncia fue radicada ante la Secretaría de Derechos Humanos. El policía Sergio Aguirre, acusado por el crimen, está detenido, procesado por “homicidio agravado”.

Los familiares y amigos de Ezequiel Heredia se habían concentrado desde el mediodía frente a la Casa de Gobierno. Entre bombos, esperaban que alguna autoridad provincial los recibiera para tener la seguridad de que el policía procesado por el asesinato “no va a tener privilegios en la cárcel”, apuntó Karina Martínez, madre del joven asesinado. La espera fue de dos horas sobre la calle, mientras “desde las ventanas nos hacían ademanes e insultaban”, contó la mujer a Página/12. Una hora después, avisaron que el gobernador, Daniel Scioli, atendería a los padres de Ezequiel.

“Estuvimos una hora esperando adentro y lo único que recibimos fue un vaso de agua”, descargó Martínez. Entre tanto, sobre la entrada a la Casa de Gobierno, medio centenar de efectivos de la Bonaerense reprimía a los amigos y familiares que los acompañaron en el pedido. Unas ocho personas fueron detenidas, entre ellos una adolescente embarazada, y una mujer sufrió la fractura de dos costillas, según precisó Martínez en la denuncia que realizó ante la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense. A los detenidos se les abrió una causa por “resistencia a la autoridad” y “daño contra edificio público” por una apedreada que habían realizado los manifestantes.

La contracara a la represión policial es el trabajo del fiscal Tomás Morán y el juez de garantías Juan Pablo Masi, que ya procesaron al policía Sergio Aguirre por “homicidio agravado”. Lo que pretendían los familiares era un gesto de compromiso del Ejecutivo.

El hecho, según lo reconstruido en el mes de investigación, ocurrió cerca de las 20 del 8 de diciembre. Ezequiel estaba en la esquina de su casa en el barrio platense de Hipódromo cuando el oficial inspector Aguirre, de la comisaría 2ª, detuvo el patrullero en el que iba junto al oficial Rubén Romero. “¿Así que vos sos guapo? Vení, peleá”, le dijo el policía a Ezequiel, que estaba con ojotas y en cuero, según relató la madre a este diario. Los motivos de la agresión no están claros, y el abogado de la familia, Fabio Dozo, dijo que se podría atribuir a algún entredicho entre los policías y los amigos de Ezequiel.

Aunque la versión policial sostenía que el patrullero llegó por un llamado al 911 en denuncia de una pelea y que luego Ezequiel se peleó con el policía, “hay cinco testigos directos que han declarado, de forma concordante, cómo Aguirre le disparó al chico, que estaba en el piso desarmado e indefenso”, explicó Dozo. Hasta ahora, el oficial Romero no está detenido y continúa hospitalizado por un tiro en la pierna que el mismo admitió efectuarse al intentar sacar su arma aquella noche. “Tampoco hay elementos para eximirlo de responsabilidad, porque no hizo nada para detener a su compañero”, agregó.

Informe: Nahuel Lag.

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