SOCIEDAD

Hay tres testigos y hasta un video contra el fugado Horacio Conzi

La historia de los hermanos abunda en agresiones, demandas y fondos inexplicables. Las denuncias por lavado de dinero y las conexiones de Horacio con un agente de inteligencia.

 Por Carlos Rodríguez

La situación procesal del empresario prófugo Horacio Conzi, imputado por el asesinato a balazos de un joven de 22 años, sigue de mal en peor: tres nuevos testigos confirmaron que la camioneta Gran Cherokee de su propiedad tenía un choque sobre el lateral derecho, como declararon dos chicas que lo acusan por el crimen, y hasta existiría un video sobre la persecución que terminó con el ataque donde murió Marcos Eschenone (ver aparte). En tanto se demora la detención, llueven datos sobre las andanzas de los hermanos Conzi, Horacio y Hugo, involucrados en distintas causas que van desde la agresión a un concejal de San Isidro hasta una imputación por narcotráfico. También se mencionan supuestas vinculaciones con un hombre de los servicios de inteligencia que habría brindado una ayudita en la actual fuga. No se descarta que el Conzi buscado haya logrado salir del país, aunque su hermano jura que esta semana se presentará detenido “si están dadas las garantías necesarias”.
En 1996, los Conzi eran propietarios de dos estaciones de servicio de la firma Esso. Ambas estaban en San Isidro, sobre Blanco Encalada, una en el cruce con avenida Márquez y la otra en la esquina con Juan Segundo Fernández. Los Conzi fueron acusados de vender nafta adulterada y ellos contraatacaron acusando a la petrolera de no cumplir con algunas normas legales. Según Hugo Conzi, la controversia se cerró con una “indemnización” de 8 millones de dólares, cobrada por ellos. La causa no está cerrada, sin embargo, y los acusados siguen siendo los Conzi. Cuando Esso retomó el control del comercio en Márquez y Encalada, comprobó que todas las cañerías subterráneas habían sido tapadas con cemento. Hubo que romper y hacer todo de nuevo para salvar la venganza de los Conzi.
“Los empresarios de San Isidro tienen miedo; le hemos pedido garantías al ministro de Seguridad (Juan Pablo Cafiero) porque en medio de la actual causa los Conzi son capaces de cualquier locura”, le dijo a este diario un vocero del intendente Gustavo Posse, quien está de vacaciones en la costa y ha tenido varios encontronazos con los propietarios del boliche Dallas. Hace unos años, durante el ensanche de la Panamericana, los Conzi se enfrentaron con Hernán Posse, fallecido luego en un accidente, quien estaba en la Secretaría de Obras Públicas.
“Se hizo un desvío que pasaba por la colectora, cerca de la casa de los Conzi, en Santa Rita y Panamericana. En una calle de tierra plantaron palmeras de varios metros para interrrumpir el tránsito. La cuadrilla municipal sacaba los árboles y los empleados de los Conzi volvían a ponerlos. El conflicto duró diez días y hubo momentos de violencia”, dijo el vocero del municipio. Hace seis meses, en Libertador al 13.400, frente a Dallas, los Conzi tuvieron un entredicho con el concejal peronista de San Isidro Sergio Mattera, quien confirmó a este diario lo ocurrido.
Cuando transitaba por Libertador, hacia la provincia, Mattera comprobó que era imposible pasar frente al boliche de los Conzi, por la cantidad de autos mal estacionados. Cuando Mattera pidió la colaboración de la policía, varios hombres salieron del boliche. “Me insultaron y me pegaron algunos bifes”, admitió Mattera. Testigos presenciales recordaron que el hoy prófugo Horacio Conzi, lo tomó al concejal por el cuello. La cabeza de Mattera sobresalía apenas sobre el poderoso brazo del menor de los Conzi, “bueno como el dulce de leche”, según su hermano mayor.
Carlos Dermidjian, propietario del restaurante Kansas, rival de Dallas, denunció a los hermanitos por permanentes intimidaciones, con ostentación de armas, en la puerta del boliche, ubicado a escasas diez cuadras del otro. Hasta le pusieron un explosivo en el baño que, aunque no estalló, casi hace morir del terror a varias empleadas. Además, los Conzi le robaron alevosamente la “carta” de Kansas, que hasta ese momento era “exclusiva”. Los de Kansas tienen filmaciones donde aparecen los Conzi y sus amigos con ostentación de armas de fuego. Tienen otra causa por defraudación cuyo denunciante es Julio Wolodarsky, proveedor de Dallas que en medio del trámite judicial sufrió un misterioso atentado a balazos del que salió ileso por muy poco. Además, el juez Roberto Marquevich los tiene en otra denuncia por supuesto lavado de dinero proveniente de la droga. En las escuchas telefónicas está mencionado un ex juez que es habitué de Dallas. El origen del dinero para instalar el boliche –se habla de diez millones de dólares– es otro misterio, aunque Hugo dice que fue la famosa “indemnización” de Esso. Ahora, con Horacio prófugo, se dice que salió del país con la ayuda de un miembro de los servicios de inteligencia que hasta hace unos años era concejal de San Isidro. Los Conzi siempre dan lugar para que hablen mal de ellos. “Y siempre con razón”, juraron las fuentes de la Municipalidad de San Isidro.

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Hugo, el hermano mayor, que dice que Horacio “es más bueno que el dulce de leche”.
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