El jefe de Neurología del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, Osvaldo Fustinoni, declaró ayer en el juicio oral por la tragedia de Once que el maquinista Marcos Córdoba “no tiene lesiones cerebrales”, pero opinó que el hipotiroidismo severo que padece podría haberle causado un episodio de “sueño blanco”, un estado de conciencia que impide, entre otras cosas, aplicar el sistema de frenado para detener el tren.

En su declaración ante el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 2, el médico neurólogo jefe del servicio de neurología del Cuerpo Médico Forense (CMF) de la Corte Suprema de Justicia, quien participó de los exámenes clínicos que se le realizaron al motorman, Marcos Córdoba, entre junio y agosto de 2012, confirmó que los resultados obtenidos se compadecen con el diagnóstico de “hipotiroidismo severo”.

La salud del motorman en los momentos previos y posteriores a la tragedia se convirtió en el nuevo eje de debate en el juicio oral, por lo cual Fustinoni declaró que, según el resultado entregado por el laboratorio, Córdoba poseía una Hormona Estimulante de la Tiroides (TSH, sigla en inglés) de 44,8 uUI/ml, siendo el rango de valor normal entre 0,25 a 5. Asimismo, se comprobó que padecía una leve anemia y un colesterol alto, elementos que confirman el posible diagnóstico.

Según el neurólogo, el hipotiroidismo es un desbalanceo en el funcionamiento de la glándula tiroidea que, si no es debidamente tratado, produce diversas manifestaciones de trastornos de conducta, entre ellas la bradispsiquia, trastornos de conciencia, epilepsia temporal, ausencias, problemas cerebrales psíquicos (hiporreactividad) y el denominado “sueño blanco”.

En la audiencia se acreditó también que en la resonancia magnética de cerebro realizada a Córdoba por el CMF se detectaron imágenes focales “no muy comunes en una persona joven de 25 años”. En tanto que una evaluación cardiológica diagnosticó “trastornos de repolarización ventricular inespecíficos y difusos. Derrame pericárdico posterior de grado leve sin repercusión hemodinámica”, según dijo Fustinoni.

El propio maquinista había declarado a los médicos que padecía hipotiroidismo desde un año antes del choque y que lo habían medicado, aunque no refirió si cumplía con el tratamiento ni cuál había sido la posología indicada para su caso. Nunca informó que padecía de dicha enfermedad a los médicos laborales.

Por último, Fustinoni lamentó que en este caso no se hayan realizado más estudios especializados. “Ello se debió a una instrucción específica del juez (Claudio) Bonadio, que instruyó a los expertos médicos para que solamente evaluaran la existencia de epilepsia o no en el imputado y no la eventual existencia de otras alteraciones neurológicas de la conducta”, alegó el abogado querellante Gregorio Dalbón.