SOCIEDAD › DURANTE UNA PERSECUCIóN POLICIAL EN MORóN, UNA CHICA MURIó DE UN BALAZO EN EL PATIO DE LA ESCUELA

Baleada por esa costumbre de disparar

La alumna, de 15 años, se encontraba en el patio de una escuela parroquial, en Gervasio Pavón, partido de Morón. La Bonaerense perseguía a los tiros un auto robado. Una de las balas penetró en la escuela e impactó en la chica que murió.

Una adolescente de 15 años murió de un disparo en el tórax mientras se encontraba en el patio de su escuela, en la localidad de Gervasio Pavón, partido de Morón. El proyectil fue disparado desde un arma utilizada durante una persecución policial, que se desarrolló a lo largo de varias cuadras. Frente a la escuela se multiplicaron los tiros. La Justicia investiga de qué arma fue disparada la bala, si es que había más de un arma. Los testimonios indican que se trató de un intercambio de disparos.

Sabrina, la adolescente baleada, recibió el impacto alrededor de las 9.30 de la mañana, durante un recreo en el patio de la escuela Félix Burgos, un colegio parroquial ubicado en la calle Monseñor Tomás Solari, entre Burgos y Santiago de Chile, de la mencionada localidad.

La chica cayó desvanecida en el patio del colegio, con la nariz sangrando. Los docentes decidieron trasladarla a un centro de salud ubicado a sólo cuatro cuadras de la escuela, donde luego los médicos constataron que había sido baleada y que ya había fallecido.

El caso es investigado por el fiscal Claudio Oviedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Morón. Oviedo sostuvo que todo se inició a las 8.30 cuando “se produce el robo de un vehículo automotor en el partido de Morón, en la calle Julián Pérez. Allí hay una persona que, armada, desapodera del automóvil a su propietario. Se hace la denuncia policial y también al sistema de rastreo satelital que tenía el conductor”, señaló.

Oviedo explicó que “se inicia una persecución policial” y que “con motivo de la misma los ocupantes del vehículo (robado), según testimonios, efectuaban disparos hacia el móvil policial”, los que fueron “repelidos” por los policías. “A cinco cuadras de aquí hay un primer móvil que participa de la persecución, que quedó fuera de servicio”, dijo el fiscal en referencia a un primer choque.

El fiscal comentó que a la persecución “se incorporan otros vehículos” policiales y allí se produjo “el escenario principal”, es decir, el tiroteo frente a uno de los paredones del colegio, que terminó con la adolescente baleada. “Los vecinos del lugar dan cuenta de un intercambio de disparos”, afirmó el fiscal. “El proyectil de alguna de las armas que participaron en ese intercambio es el que, de alguna manera que se va a determinar con las pericias, traspone el paredón e impacta en el cuerpo de la víctima, que se encontraba en el patio de la escuela”, relató.

El representante del Ministerio Público Fiscal aseguró que “el desenlace tiene lugar a dos o tres cuadras aproximadamente, donde ya finalmente dos móviles policiales le cierran el paso y chocan frontalmente el vehículo (robado) que queda en el lugar”. Oviedo informó que al estar involucrada la Bonaerense, dispuso que los peritajes balísticos los realizara la Gendarmería, y ordenó que la autopsia de la víctima sea realizada por forenses de la morgue judicial de Lomas de Zamora.

El fiscal sostuvo que en poder de uno de los delincuentes había un revólver del calibre .32 largo y que la perito de Gendarmería Nacional que trabaja en las pericias le dijo que “de esa arma secuestrada hay dos vainas servidas, hay otros cartuchos intactos y en algunos hay signos de percusión sin que hubiere salido el disparo”.

Sobre la cantidad de delincuentes, el fiscal dijo que de acuerdo con los testigos a los que pudo interrogar, “habría dos”, pero sólo uno pudo ser aprehendido.

“Estamos trabajando a 20 cuadras a la redonda del colegio, en los distintos escenarios: donde se inició la persecución, donde hubo disparos y donde culminó todo. Estamos recolectando testimonios y evidencias”, dijo el funcionario judicial.

Oviedo espera que en la autopsia puedan recuperar el proyectil que le produjo la muerte a la chica, para intentar identificar en un futuro cotejo balístico si el arma que lo disparó es de la policía o de un delincuente. Para ello, el fiscal secuestró las pistolas reglamentarias a los seis policías del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) que participaron en distintas instancias de la persecución.

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El padre de Sabrina, sin consuelo, luego de enterarse de la muerte de su hija.
Imagen: Télam
 
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