SOCIEDAD

La filmación del corte del dedo, una prueba de vida del secuestro

Junto al dedo, los captores de Mirta Fernández enviaron un video con la grabación del momento de la amputación. La policía busca una banda de diez personas, incluidos cuatro menores. La mujer, liberada el martes a la noche tras el pago del rescate, está en estado de shock.

 Por Carlos Rodríguez

A la caza de los secuestradores. Esa parecía ser la consigna de la Justicia, que anoche realizaba una serie de operativos, principalmente en la zona norte del Gran Buenos Aires, para capturar “a unas diez personas, entre ellas cuatro menores de edad”, que habrían participado en el secuestro de Mirta Fernández, de 32 años, hija de un capitalista de juego clandestino, a quien sus captores le amputaron el dedo meñique de su mano derecha. Y no sólo eso: como prueba de vida enviaron a la familia una grabación casera en video que registra el exacto momento en que se produce la amputación. “Ya habían cobrado un dinero, pero querían más y de esa forma forzaron a la familia para que accediera al pago extra”, dijo a Página/12 una fuente allegada a la investigación. Se estima que el rescate final osciló entre los 400 y los 600 mil pesos, aunque la pretensión inicial había sido de un millón de pesos. Los investigadores creen que algunos de los miembros de la banda habrían tenido algún tipo de relación con el padre de la mujer.
La víctima se domicilia en una casa-quinta de Don Torcuato llamada Los Amigos, en San Martín 1045, muy cerca del lugar donde se había producido el secuestro, el 21 de agosto pasado. Ayer, durante todo el día, en la casa no se registró movimiento alguno y Mirta Fernández, según dijeron a este diario fuentes judiciales, “fue asistida primero por un médico clínico y luego recibió apoyo psicológico”. Los voceros dijeron que “es muy precario tanto su estado físico como el psicológico; ha perdido peso y al ser liberada sufrió un ataque de nervios”. Por ese motivo no pudo prestar declaración ante la fiscal Rita Molina y recién podría hacerlo la semana próxima ante ella y ante el juez Roberto Marquevich.
El caso es el primero en ser investigado de acuerdo con las nuevas normas en materia de secuestros extorsivos, que otorga una participación más activa de los fiscales. Fuentes de la Fiscalía admitieron que trabajan a destajo: “La doctora Molina tiene 14 casos de secuestro extorsivo”. No se aclaró si las víctimas ya han sido liberadas o si siguen en manos de sus captores. Ayer se confirmó que surgieron diferencias entre Marquevich y la fiscal Molina, lo que podría derivar en pedidos de nulidad por parte del juez respecto de algunas escuchas telefónicas. El padre de la mujer secuestrada habría pagado entre 400 y 600 mil pesos, aunque hay otras versiones que indican que la cifra podría ser mayor.
Los pagos se hicieron en la estación ferroviaria de una localidad del conurbano bonaerense y la mujer fue dejada en libertad en la noche del martes en la zona de Vicente López y fue rescatada allí por personal de la división Delitos Complejos de la Policía Federal. El maletín con el dinero fue arrojado por la ventanilla de un tren. La familia había recibido 13 llamados de parte de los secuestradores, que se comunicaron desde distintos teléfonos. La víctima permaneció todo el tiempo con los ojos vendados. Cuando ya se había producido uno de los pagos, los miembros de la banda resolvieron amputarle un dedo para presionar al padre para que pagara una cifra mayor. El dramático momento ocurrió diez días antes de la liberación.
Los secuestradores le cortaron el dedo meñique de la mano derecha con una pinza. Después le avisaron a la familia que podían ir a buscar “un paquete” en un descampado. Adentro encontraron el dedo y un video que aportaba una cruenta prueba de vida. La mujer tenía que declarar ayer ante la fiscal de San Isidro Rita Molina, pero no lo hizo en razón de su estado. Además de la amputación, la mujer recibió agresiones verbales y físicas, además de permanecer todo el tiempo con los ojos vendados y con las manos atadas. “El lugar de cautiverio fue establecido, pero hay que mantenerlo en reserva, por ahora”, dijo una fuente judicial.
Fernández es hija de un capitalista de juego clandestino “muy conocido en la zona de San Miguel y también en Los Polvorines”, confirmó un allegado a la causa. Hasta anoche no se habían producido detenciones, aunque se tenía “información y pistas sobre unas diez personas que habríanintervenido en el hecho, entre ellos cuatro menores de edad”. Una versión indicó que la banda podría tener ramificaciones en Córdoba y en Misiones, pero eso fue desmentido por una de las fuentes consultadas: “Hay gente que tiene mucha imaginación”, sostuvo.
Hay testigos del secuestro, ocurrido el 21 de agosto. Intervinieron ocho hombres armados, algunos con FAL, y hasta se produjo un tiroteo con un policía bonaerense que estaba custodiando un camión.

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Mirta Fernández, que reposa en su casa de Don Torcuato, sufrió una crisis de nervios.
 
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