SOCIEDAD › EL FISCAL PIDIO DETENER AL NOVIO DE LA EMBARAZADA

Neuquén marchó por Alejandra

Por Elio Brat
Desde Neuquén

En la ciudad de Neuquén nadie deja de hablar sobre lo que pudo haber pasado con María Alejandra Zarza, la joven de 25 años que apareció muerta en una laguna una semana atrás. Todos se preguntan cuál fue la suerte que corrió el bebé de siete meses y medio que llevaba en su vientre y que misteriosamente no aparece por ningún lado hasta el momento. Y a partir de la confirmación de que tampoco se halló el útero de la mujer –que fue arrancado en el lugar donde habrían hecho parir a la joven– se siguen realizando distintos allanamientos en centros clandestinos de Neuquén capital donde se realizan abortos. Ayer marcharon por el centro de la ciudad amigas y compañeros de trabajo de la víctima, junto a vecinos en general que no dejaron de expresar su reclamo de “justicia, justicia”.
La mira de sospecha sigue puesta en el novio de Alejandra, Nicolás Rinaldi, por quien el fiscal de la causa Mario Rodríguez Gómez elevó un pedido de detención que fue rechazado. El juez Alfredo Velasco Copello no consideró conveniente por el momento la medida y ordenó que se continúe con los allanamientos en distintos puntos de la ciudad. Hasta ahora, esas medidas no arrojaron nada que tenga que ver con el caso en forma directa, alimentando aún más las incógnitas sobre lo que pudo haber pasado con la mujer y su bebé.
Al mismo tiempo que siguen sumándose elementos que hacen cada vez más complicada la naturaleza de este caso policial, Página/12 pudo averiguar que el cuerpo sin vida de María Alejandra Zarza apareció sin un pie, el que parece haber sido literalmente cortado como por un tren. También, y siempre por las versiones de fuentes muy cercanas al caso, se conoció que al momento de encontrarse el cuerpo, la mujer llevaba su bombacha de color negro, que apareció puesta en forma muy prolija e intacta. Si a esto se le suma la desaparición del útero –los investigadores tienen el convencimiento de que fue arrancado al momento de realizarse el procedimiento donde pudo haber nacido el bebé que llevaba unas 34 semanas de concepción–, el caso sigue teniendo muchas más incertidumbres que certezas.
Otra línea de seguimiento que se ha abierto en el camino de los investigadores es el que se refiere al padre del novio de la víctima, Pedro Rinaldi, quien fuera militar en la zona de Bahía Blanca antes de llegar a Neuquén hace unos 25 años, casi al mismo tiempo de adoptar a su hijo Nicolás.
Este profesor de filosofía, muy conocido en el ámbito provincial por su vinculación institucional con el voley neuquino, tenía una especial inquina con María Alejandra Zarza y muchas veces la hizo notar. “Este señor le tenía mucha bronca a mi hermana”, dijo a Página/12 Marisel Riquelme, al ser consultada acerca de Rinaldi padre. Al parecer, su animosidad hacia la víctima creció más al decidir en su familia que la mujer –de nombre Jessica– con la cual su hijo tuvo un nene cuatro años atrás, fuera a vivir a su domicilio con la criatura. Esta situación se mantiene hasta el momento.
Con una convocatoria de las amigas y compañeras de trabajo de María Alejandra, unas 500 personas marcharon en el atardecer de ayer por las calles de Neuquén. Luego de pasar por el Monumento a la Madre –donde realizaron un pequeño acto en reclamo de justicia–, los manifestantes participaron de una misa “por la verdad” que se celebró en la Iglesia Catedral de la capital provincial.

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