SOCIEDAD › EL RíO, DESBORDADO, CORTA RUTAS Y AíSLA A LAS POBLACIONES

El Salado trance del inundado

Aunque no llueve desde hace ocho días, el Salado sigue desbordado y arrastrando enormes volúmenes de agua. Las cosechas de trigo y maíz en la zona de General Viamonte se perdieron. Los escolares fueron trasladados a escuelas de Los Toldos.

 Por Fabio J. Lannutti

Si bien hace ocho días no se registran nuevas precipitaciones en el territorio bonaerense afectado por las inundaciones, entre el 60 y el 70 por ciento de las áreas rurales del partido de General Viamonte todavía se encuentra bajo el agua por el desborde del Salado. Algunas poblaciones permanecen aisladas y sus habitantes deben ser asistidos con camiones del Ejército para poder salir de sus casas, recibir alimentos o atención médica. Los alumnos de las escuelas rurales de la zona acuden a colegios de la vecina localidad de Los Toldos para no perder días de clase. Desde el Comité de Crisis anunciaron que es “prematuro” hacer una evaluación final de la crítica situación, aunque estiman que la cosecha de trigo y maíz se perderá. Asimismo, la producción ganadera no se vio tan afectada, puesto que en la semana se trabajó arduamente con máquinas retroexcavadoras para despejar el camino de ingreso a los tambos. Por otra parte, el tramo de la ruta provincial 29 entre Ranchos y General Belgrano continúa cerrado por agua en la calzada.

El agua en algunas zonas rurales de la provincia de Buenos Aires permanece estancada y sin poder drenar. Es cierto que en el partido de General Viamonte no llueve desde hace ocho días. También, que el agua bajó unos 20 centímetros en los puentes sobre la ruta provincial 65. Pero justo cuando comenzaba a bajar un poco, se está registrando una nueva creciente del río y el agua baja de distintas ciudades bonaerenses, como Lincoln y Bragado.

La situación es crítica porque continúan bajo el agua muchas áreas de General Viamonte. Esto significa que entre 130 a 150 mil hectáreas, de las 215 mil con las que cuenta el partido, están anegadas y, en muchos casos, “la mayoría de los caminos rurales están intransitables por las crecidas en la cuenca del Salado”, según explicó el coordinador del Comité de Crisis de este distrito, Horacio Fernández. “Aunque se ha aliviado bastante, la situación es compleja porque ahora está entrando mucha agua de la zona que viene de Lincoln y tenemos muy comprometido el partido: entre el 60 y el 70 por ciento sigue inundado”, dijo.

La consecuencia de ello es que unas veinte familias rurales permanecen aisladas, pero están siendo asistidas porque “los productores entran y salen de sus casas con botes, tractores, vehículos 4x4 de la policía, un camión Unimog del Ejército y otro de la cooperativa eléctrica para la provisión de alimentos o atención sanitaria”, detalló Fernández. No obstante, la rutas provinciales que surcan el partido, las Nº 65, 46 y 70, se encuentran transitables. “El tramo de la 65 que va de Los Toldos a 9 Julio y el que va de Los Toldos a Junín se habilita en ambas manos durante el día para vehículos livianos y, por la noche, los camiones tienen la obligación de circular despacio”, subrayó el coordinador. Por este motivo hay dificultades para la comercialización de los productos, porque “los caminos se restablecieron, pero mayormente para el tránsito liviano”.

Por esta situación, siete escuelas rurales del partido no están en condiciones de dictar clases en su sede habitual y lo hacen en distintos establecimientos de la localidad de Los Toldos. Los alumnos son integrados a distintas salas del pueblo vecino, que no se inundó. “Las escuelas rurales están dando clases en Los Toldos para que los chicos no pierdan días”, explicó Fernández. A partir de las lluvias fuertes, las maestras rurales de General Viamonte son llevadas en vehículos particulares para poder dar clases. La parte urbana no corre peligro, porque se encuentra alejada de las márgenes del río.

Desde el Comité de Crisis apuntan a la abundante cantidad de agua caída en un breve lapso de tiempo sobre la cuenca del río Salado. “Acá recibimos agua de todos: llovió hasta 270 milímetros en dos días en algunos lugares, y a eso hay que sumarle lo que entra de otros lados. No se conoce en la historia otra inundación así: tuvimos una grande en 2001, pero nada que ver con esta situación”, dijo Fernández.

Con respecto a las pérdidas económicas en materia de producción agroganadera, el coordinador aclaró que “es todavía muy temprano para hacer una evaluación. Animales no se perdieron, pero hubo problemas para ingresar a los tambos, que tratamos de solucionar en la semana, puesto que se trabajó con máquinas retroexcavadoras enviadas desde diferentes distritos para despejar el camino de acceso a los cuarteles de los tambos”. No obstante, se estima que la producción cerealera será prácticamente irrecuperable: “En trigo y maíz va a haber pérdidas porque es fecha de siembra; pero la soja no había empezado a sembrarse y hay tiempo hasta octubre para que se normalice la situación”.

Pero esto no resultará nada sencillo porque tampoco es seguro que para entonces la tierra acabe por absorber toda el agua. “El ingeniero Carlos Sampaolesi, que está a cargo de la Dirección Provincial Hidráulica, prevé también para septiembre mucha lluvia, unos 300 milímetros”, dice a Página/12 con un dejo de resignación Marcelo Avendaño, integrante del centro de monitoreo y logística del Comité de Crisis.

En cuanto a las obras pendientes, el intendente local Javier Mignaquy acaba de firmar un convenio con la Dirección Hidráulica de la provincia de Buenos Aires para la construcción de un canal aliviador a la altura de la localidad de Baigorrita que permitirá proteger a esa localidad que, a diferencia de Los Toldos, resultó inundada en algunos sectores hace diez días, con la evacuación de dos familias.

Por último, Vialidad de la Provincia de Buenos Aires informó que la ruta provincial 29 que va desde Brandsen hasta el empalme con ruta nacional 226, en inmediaciones de la ciudad de Balcarce, sigue cerrada al tránsito entre las localidades de Ranchos y General Belgrano por la presencia de agua en la calzada, y el desvío es obligatorio en ambos sentidos.

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El desborde se debe a que el Salado arrastra aguas de sus afluentes, pese a que no llueve.
 
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