SOCIEDAD › LA CONFESION DEL CURA CORDOBES, UN EXITO EDITORIAL

Un best seller sin tapujos

El libro en el que el sacerdote cuenta su vida sexual se agotó en las librerías de Córdoba y ya lo piden desde Buenos Aires.La Iglesia anunció que el cura será sometido a un proceso.

 Por Alejandra Dandan

Sin tapujos es un éxito editorial. Los rodillos de la pequeña imprenta cordobesa que reproduce los libros del cura José Mariani no dan abasto. En 48 horas, la editorial La Docta agotó los tres mil ejemplares de la primera tirada y prepara una nueva edición de otros 12 mil, mientras se le acumulan pedidos de Buenos Aires que saturan los teléfonos. No es la primera vez que publican un libro del sacerdote. Habían editado sus cuentos y poesías, pero nunca las páginas de su biografía con las confesiones que desde el martes se venden con la fruición que produce lo prohibido. La publicación provocó un cimbronazo en el interior de la Iglesia. La conducción cordobesa, más progresista que la de la era de Raúl Primatesta, emitió su opinión en un comunicado. El arzobispo Carlos Ñáñez desaprobó el destape del cura, cuyo libro será sometido a un proceso “administrativo y/o judicial” interno, según anunció. La curia estudia una sanción pero, según las fuentes consultadas, teme transfomar al cura en una suerte de mártir mediático.
Don Moisés Sternberg, un hombre de 72 años comanda la librería El Emporio desde hace 53 años, dos antes de que Mariani se hiciera cura. Los dos veteranos se conocieron cambiando originales de libros. El cura, que hoy tiene 76 años, le entregaba cuentos y poesías, y don Moisés se los vendía: “Como éramos la librería que más libros le vendía, un día vino y nos contó que quería escribir su biografía”, explica el librero, que jamás supuso el contenido ni el éxito del nuevo libro.
–Bueno, vamos –lo alentó–: hágalo, probemos.
Hace diez días, Mariani llegó con los originales. Moisés y su yerno, Pablo Kaplún, leyeron fragmentos de los relatos de sus viajes, de las relaciones con las mujeres que había conocido en un barco, de sus encuentros amorosos y frustrados con uno de sus compañeros de curia. “Le preguntamos bastante sobre eso –confiesa el librero–. ¿Si lo censuramos? No, para nada, al contrario: lo alentamos.” Con el original de los 53 capítulos de la biografía del cura se fueron hasta una pequeña imprenta cordobesa para comenzar con la primera tirada de prueba: tres mil ejemplares. Sabían que el proceso era lento pero en ese momento no importaba. Los originales pasaron por las máquinas de impresión, después los encuadernaron, los cosieron, les pusieron las tapas y las plastificaron. Demasiado proceso cuando dos días después del lanzamiento del libro, Sin tapujos se agotó en todas las librerías y los teléfonos del local comenzaron a sonar con nuevos y nuevos pedidos:
–¡Esto es extraordinario! –decía Moisés anoche, mientras su yerno, teléfono en mano, apuraba a los de la imprenta que estaban demorados con el “cosido”.
En las últimas horas, Moisés recibió un tendal de llamados de Buenos Aires, especialmente de librerías. Y se transformó en observador del desaliento que ganaba las caras de sus clientes, apenas cruzaban la entrada del local: “Si hasta me pagaron libros por anticipado; me dejaron señas, hicieron reservas y tengo listas de espera”.
Como siempre, Mariani quiso un contrato sin concesiones, como su vida: “Nosotros se lo dijimos: es un derecho del autor quedarse con el 10 por ciento”. Pero el cura no los quiso. Ni 10 por ciento, ni nada. Pura entrega, las ventas producirán pura regalía para la imprenta y los libreros.
El cura Click –conocido así porque aparecía en la tele todas las noches, en el cierre de la programación de un canal local– sumergió a los cordobeses en una polémica que está más allá de la historia de la sexualidad en la Iglesia. Las confesiones del cura hicieron “click” sobre un orden tradicional y cristiano que parece estar en crisis dentro y fuera de la Iglesia.
Juan José Ribone, uno de los curas más alejado a las posiciones progresistas de Mariani, repasaba anoche la historia de la Iglesia detrás de la fecha del Concilio de Elvira, el Sínodo del año 300 después de Cristo, que le dio status de ley al celibato. Plenamente convencido de que nadie cambiará el precepto cristiano mientras Juan Pablo II siga al frente de la cúpula romana, advierte en cambio un giro. No está de acuerdo con el modo en que se instaló el debate, ni con la forma de “sinceramiento con la sociedad” que eligió Mariani, pero dice “que la Iglesia se debe un debate, como sucedió en otras tradiciones cristianas”.
La curia cordobesa tuvo gestos de apertura con los sectores internos más críticos después de la era Primatesta. Ahora, frente al caso Mariani y sus polémicas confesiones, la cúpula sacó un comunicado en el que sentó un rechazo rotundo, pero moderado. El arzobispo dijo: “Tengo cabal conciencia de que sobre todos los temas es posible hablar, pero con la responsabilidad y profundidad que merecen”. Desaprobó las manifestaciones del cura y anticipó que se estudia una sanción: “Quedará en manos de la instancia eclesial correspondiente” y “sin excluir los pasos administrativos y/o judiciales que sean necesarios en la ocasión”.

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El padre José Mariani se convirtió de la noche a la mañana en un autor exitoso.
 
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