SOCIEDAD › EL CABECILLA DE UNA BANDA VIVIA EN UN COUNTRY

Los piratas VIP del asfalto

Entre los miembros de una banda desarticulada por la policía figuran el hijo de un ex diplomático y un despachante de aduana. Fue secuestrado un cargamento robado, valuado en 50 mil dólares.

Conformaban una banda de piratas del asfalto, pero sus cabecillas no eran unos simples ladrones de camiones: uno de ellos –aún prófugo– es hijo de un ex diplomático y otro aparentaba ser un prometedor empresario en el ámbito del comercio de importación y exportación que vivía en un lujoso country de Pilar. Este último fue detenido ayer junto a un tercer cabecilla y otras 11 personas, en allanamientos realizados en el conurbano bonaerense y en Corrientes por parte de Gendarmería Nacional. Uno de los detenidos era despachante de aduana. También fue secuestrada importante documentación y un cargamento de productos químicos valuados en casi 50.000 dólares. Según revelaron los investigadores a Página/12, la banda –buscada desde hacía cuatro meses– operaba de modo veloz: el cargamento tardaba tres horas en desaparecer del depósito en el que había sido ubicado.
A la hora de robar mercadería, la banda no tenía preferencias: el personal de Gendarmería secuestró desde 86 sillas desplegables de madera, 76 cajas de latas de aceite, hasta varios pinceles de brocha gorda. De todos modos, el cargamento más grande, encontrado en un depósito de Ciudadela, ubicado en la calle 9 de Julio al 500, estaba compuesto por 573 bolsas de 25 kilos cada una de Nicroton, un aditivo proveniente de Brasil, utilizado para el alimento balanceado. La mercadería está valuada en 48 mil dólares. Cerca de ese depósito, en una vivienda de Alianza al 800, fueron detenidos dos hombres y una mujer. Los nombres de los apresados no fueron dados a conocer ya que, según explicaron fuentes de Gendarmería, las agendas secuestradas de los cabecillas podrían ser el puntapié de nuevas detenciones.
El principal jefe de la banda, de 32 años, fue apresado en el country Bermudas de la localidad bonaerense de Del Viso, ubicado en el partido de Pilar, en uno de los 12 allanamientos realizados en el conurbano. El hombre fue sorprendido en su propia casa, pero no se resistió al arresto. Allí también se secuestró una buena cantidad de documentación, entre ellos dos DNI truchos, además de dos pistolas –una calibre 22 y otro calibre 6.35 milímetros– y un automóvil Audi 360. Otro de los cabecillas, un hombre de clase media alta, fue apresado en el partido de Vicente López, donde también se retiró documentación y un auto Volkswagen Golf. Al tercer cabecilla, hijo de un ex diplomático especialista en Medio Oriente, se intentó detenerlo en un allanamiento realizado en San Isidro, pero el hombre no se encontraba allí y aún continúa desaparecido. A partir de la documentación recolectada, se prevén nuevos allanamientos y posibles detenciones.
Otros cuatro integrantes de la banda fueron apresados en un procedimiento realizado por la Gendarmería en el puesto fronterizo con Paraguay de Paso de Los Libres, en la provincia de Corrientes, mientras que otro fue detenido en el partido de Merlo, otro en la localidad de Villa Martelli, uno en Malvinas Argentinas y otro en las cercanías del partido de Ezeiza. Este último, capturado en los depósitos de la empresa de correo Edcadassa, servía de nexo en la banda, ya que se desempeñaba como despachante de aduana. Los detenidos, que hasta anoche permanecían en la Unidad de Procedimientos Judiciales de Gendarmería ubicada en Retiro, fueron puestos a disposición del juez federal de Lomas de Zamora Patricio Santamarina, que investiga numerosos robos a camiones con mercadería y autorrobos cometidos este año en rutas de la zona norte, oeste y sur del conurbano.
Las fuentes indicaron que esta banda era investigada desde hacía cuatro meses por la División de Inteligencia Criminal de Gendarmería, con intervención de Santamarina. La investigación se inició después de detectar mediante las estadísticas oficiales que los cargamentos que pasaban por el puesto aduanero de Paso de Los Libres no llegaban muchas veces a destino.
La banda trabajaba por encargo y, según explicaron los investigadores, su “modus operandi” se denomina “alquiler de piso” ya que no eran más de tres horas el tiempo que permanecían las mercaderías robadas en los depósitos con los que contaba esta banda. Los investigadores creen que los aditivos secuestrados no habían podido ser colocados aún o que por algún motivo la negociación había sido trabada. El resto de los cargamentos secuestrados eran remanentes de mercaderías robadas, detallaron las fuentes.

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Un depósito de Ciudadela, ubicado en la calle 9 de Julio al 500, allanado ayer por la policía.
 
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