SOCIEDAD › EL PRINCIPE ENLOQUECIO A
SU CUSTODIA Y LO MANDARON DE REGRESO

Cuando nadie encontraba a Harry

Harry se las arregló para enloquecer a su custodia entre sus escapadas en busca de diversiones, el estado maltrecho en que lo regresaban a la estancia y la denuncia sobre su posible secuestro.

 Por Raúl Kollmann

Funcionarios bonaerenses llamaron el martes a la Embajada del Reino Unido para pedir a las autoridades británicas que “contengan” y “controlen” al príncipe Harry, pero las cosas se pusieron tan complicadas que, anoche, era prácticamente un hecho que Harry abandonara la provincia de Buenos Aires para recluirse en la embajada. No faltan quienes dicen que su partida del país es inminente, pese a que estaba prevista para fin de mes. Según los informes de la custodia de la Policía Bonaerense asignada al príncipe, éste solía escaparse para ir hasta los boliches de la localidad de Lobos donde cada dos por tres terminaba en un estado lamentable. Es más, Harry, de 20 años, se escapó la semana pasada en una moto por los fondos de la finca El Remanso, donde se alojaba, por lo que incluso tuvieron que perseguirlo los cuatro integrantes de Scotland Yard que son los guardaespaldas británicos del joven. La azarosa vida de Harry en Lobos se convirtió en un problema. Hace tres días hubo una amenaza contra el príncipe –incluso volcada en una alucinante causa judicial radicada en la Unidad Fiscal de Saladillo–, por lo que se reforzó la custodia. Y el estado de nerviosismo de los que estaban a cargo de la seguridad, entre las escapadas y las amenazas, hizo que ayer dispararan un par de veces al aire porque percibieron cerca del campo a supuestos cazadores furtivos.
En los ambientes nocturnos de Lobos, el príncipe se convirtió en un habitué y el comentario era que las chicas se le acercaban seguramente fantaseando con seducir a un príncipe, se iniciaba algún tipo de relación, pero en las instancias finales todo se diluía porque el muchacho ya no estaba en condiciones debido al descontrolado consumo de alcohol. Cuando no los eludía, los cuatro de Scotland Yard –que funcionaban más de amigos y compinches que de custodios– lo llevaban de vuelta a El Remanso.
La frutilla del postre la puso un hombre, acusado de homicidio, quien se presentó en la Unidad Fiscal de Saladillo y contó una historia asombrosa. Dijo que otros hombres del submundo del delito planeaban el secuestro o una agresión armada contra Harry, con el objetivo de crear una enorme conmoción nacional e internacional y provocar la renuncia del ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian. Como prueba, el preso señaló una versión todavía más sorprendente: “Se sabe que el principito se escapa del campo en el que está y va a Salvador María (un pueblo distante tres kilómetros), al bar (señala el nombre), a buscar imagínese qué... En ese momento es que lo van a secuestrar”. La declaración resultó muy poco confiable porque los imputados de delitos graves son habituales denunciadores de megaplanes delictivos, con lo que salen a pasear de la cárcel a tribunales, adquieren protagonismo y tratan de conseguir alguna mejora en las condiciones de detención. De todas maneras, la sola denuncia instaló la preocupación, hubo refuerzo de la custodia y se le transmitió la situación a la Cancillería.
Para la custodia argentina, Harry se convirtió en un verdadero dolor de cabeza. Las escapadas se vivían como un drama, porque como le dijo anoche un funcionario a Página/12, “si se produce cualquier incidente cuando anda por ahí fugado, nos van a adjudicar responsabilidad y no nos queremos imaginar las consecuencias”. Aun así, las cosas no eran fáciles: los 15 hombres de la Bonaerense tenían asignados dos móviles, pero no podían ingresar al campo, sino que daban la custodia desde el lado externo. El Remanso tiene 17 hectáreas, por lo que no se podía cubrir todo el perímetro todo el tiempo, lo que llevaba a que se hicieran rondas. Eso es lo que aprovechó Harry la semana pasada escapándose, solo, en moto, por un caminito de los fondos.
Desde el punto de vista formal, Harry es un dignatario extranjero, porque se trata de un príncipe y, obviamente, tiene pasaporte diplomático. Aunque no es un visitante oficial, existió un aviso de la Embajada del Reino Unido a la Cancillería, lo que puso en marcha una comisión que estudió los pasos a seguir, tanto en el terreno protocolar como en el de la seguridad. De entrada nomás, la seguridad nacional sostuvo que no tenía competencia –hay quien dice, con maldad, que se veían venir que el chico era problemático– y le pasó la pelota al Ejecutivo bonaerense, que es el que se ocupó de lidiar con el joven dado que el lugar de residencia elegido era el territorio provincial.
Desde entonces todos vivían nerviosos, ya que Harry daba escasos respiros. Supuestamente vino a la Argentina castigado por sus excesos en Londres, donde tenía problemas con la bebida, se enfrentaba con los fotógrafos y, además, se relacionó con una actriz porno. “Lo de acá no se parece en nada a un castigo –reveló anoche un funcionario–. De vez en cuando, sin aviso previo, se subía a un vehículo, se dirigía hacia el aeropuerto y partía en un jet privado a una excursión de caza o de pesca. Por ejemplo, hace unos días dijo que se iba a San Luis y se subió a un avión. Nosotros tuvimos que salir corriendo a avisarle a la policía de esa provincia. Poco después, de un momento para el otro salió hacia Entre Ríos, otra vez en jet privado. Hubo que llamar de apuro a la policía entrerriana que, también de apuro, montó una custodia. A eso agréguele las escapadas y las salidas nocturnas, con lo que puede ver que las cosas no fueron fáciles y, obviamente, no tenían el perfil de castigo. Es más, se decía que el príncipe no quería volver, que estaba muy contento aquí con la vida que hacía.”
Al clima de nerviosismo que se vivía en torno de la custodia del príncipe, se sumó la amenaza volcada ahora en una causa judicial. Más allá de que no se le adjudicó toda la seriedad, el Ministerio de Seguridad bonaerense, a través del subsecretario Martín Arias Duval, ordenó poner más hombres en la custodia. Y todo indica que la tirantez también derivó en los dos disparos que se hicieron ayer. Según el comisario Juan Carlos Paggi, los efectivos de la Bonaerense dispararon al aire porque percibieron la presencia de personas desconocidas. Ni siquiera está probado que esos individuos hayan existido, pero los policías tiraron, por las dudas, para ahuyentarlos. La versión oficial es que se trataba de cazadores furtivos.
Anoche las cosas habían derivado en una situación de difícil control. El fiscal de Saladillo tal vez iba a llamar a declarar a Harry, los funcionarios argentinos consideraban que el príncipe se había vuelto inmanejable con sus escapadas mientras que el cuadro seguramente preocupaba a la Casa Real y al propio Harry. Tras algunos diálogos entre autoridades argentinas y la embajada británica, anoche estaba prácticamente resuelto sacar a Harry de la provincia de Buenos Aires y resguardarlo en la propia embajada. El rumor más extendido es que el principito daría por terminada su excursión terapéutica a la Argentina y se hablaba de su inminente regreso a Londres.

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El príncipe Harry otra vez hizo gala de sus aspiraciones.
 
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