SOCIEDAD › EE.UU. NO ACEPTA LIMITES A EMISIONES

Un país sin protocolo

El delegado de Bush en la Cumbre de Cambio Climático ratificó la posición estadounidense.

Estados Unidos adelantó ayer en la Cumbre de Cambio Climático que su posición es inamovible: aunque es el mayor contaminante del planeta, no aceptará que le impongan limitaciones a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que afecten su desarrollo. En otras palabras, no está en sus planes ratificar el Protocolo de Kyoto, al que el negociador de la delegación norteamericana descalificó por considerarlo como “político y no científico”. No obstante, el delegado de Washington en Buenos Aires, Harlan Watson, aseguró que el gobierno de Bush tiene en marcha un plan de acción, que contempla fuertes inversiones, para bajar las emanaciones en un 18 por ciento para 2012. “No nos consideramos los chicos malos. Estamos enfocados en las acciones mucho más que otros países”, dijo el negociador estadounidense, en una conferencia de prensa en el marco de la X Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 10).
Watson detalló que el plan de su gobierno se basa, entre otros puntos, en la reducción doméstica de gases y la inversión en desarrollo científico y tecnológico para sustituir las fuentes de energía más contaminantes, que llegaría a más de 5 mil millones de dólares.
El embajador argentino Raúl Estrada Oyuela se encargó de desmitificar la sensación que dejaron las palabras del negociador norteamericano de que Estados Unidos está haciendo mucho por el cuidado del medio ambiente. “Eso es una cosa dialéctica”, señaló el representante especial de la Cancillería argentina para Asuntos Ambientales. “Dialécticamente ellos presentan su posición como más allá de Kyoto. La verdad es que no es así, porque el juego de Kyoto aceptado por ellos al firmar el Protocolo que después no ratifican es que van a reducir emisiones. En lugar de ir en esa línea y reducir emisiones en un 7 por ciento, como se acordó en el Protocolo, ya tienen un aumento que fue del 14 por ciento en el año 2000 y bajó un poquito en 2002”, puntualizó Estrada Oyuela, considerado el padre del Protocolo por su papel protagónico como negociador en la cumbre de Kyoto, donde se acordó el acuerdo internacional.
Con su postura, Estados Unidos evita comprometerse con el acuerdo de 1997 para reducir las emisiones y se libera para fijar sus propios objetivos. De esta forma, el gobierno norteamericano busca proteger a sus empresas petroleras, industrias y fabricantes de automóviles, causantes de la mayor cantidad de gases de efecto invernadero. Watson ratificó que la política de la administración republicana se fijó un plazo propio para reducir las emisiones y se limita a exigir eficiencia a las empresas contaminantes. Según la administración de George W. Bush, las transformaciones que deberá emprender el país y los recursos financieros que deberá destinar para cumplir con los objetivos del Protocolo comprometerían su desarrollo económico. “Estamos dispuestos a seguir trabajando y cooperando con otros países, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales para alcanzar nuestros objetivos, pero siempre preservando el desarrollo económico”, señaló Watson.
El secretario de Medio Ambiente argentino, Atilio Savino, también cuestionó la posición norteamericana. Savino opinó que “no se puede imaginar un proceso en el que los Estados Unidos no forme parte, pues, más allá de su importancia como país, es el responsable de un cuarto de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero”. “No incorporar en las negociaciones a todos los actores es buscar soluciones truncas. El mayor esfuerzo internacional es tratar de incorporar a los Estados Unidos en las negociaciones”, destacó el funcionario argentino.

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