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Durante más de un día, dos hombres armados al menos con una carabina, una pistola y explosivos, mantuvieron secuestrado a un micro con 25 personas dentro. El caso no ocurrió en Zona Norte sino a unos kilómetros de la Acrópolis de Atenas. Los dos hombres reclamaban un millón de euros y un avión que los trasladara a Rusia. Dijeron ser rusos pero, después, resultaron ser albaneses. El conductor, el guarda y una pasajera lograron huir al inicio. Luego, los dos secuestradores fueron liberando al resto, hasta que poco antes de las 20 de la Argentina, pasada la medianoche griega, soltaron a los últimos seis rehenes y se entregaron.
El caso se desató a las 5.45 de Grecia (0.45 hora local) del miércoles, cuando los dos hombres (uno de ellos se hacía llamar Hassan) subieron a un micro de la compañía Ktel (que hace el recorrido Maratón-Atenas), en la parada Pikermi, al nordeste de la capital griega, y comenzaron a disparar hacia el techo. Según fuentes policiales, estaban armados con al menos una carabina, una pistola y explosivos que llevaba uno de ellos atados a la cintura. En el momento de la toma del micro viajaban en él 25 personas, pero el conductor, el guarda y una pasajera lograron escapar. El ómnibus siguió viaje hasta que fue cercado por la policía en Gerakas. Los secuestradores se comunicaron a través del celular de uno de los rehenes con la radio Alpha para plantear sus exigencias: que se retirara la policía, que proporcionaran un nuevo conductor, que sean trasladados hasta el aeropuerto, desde allí en avión a Rusia. A todo esto agregaron el reclamo de un millón de euros. Durante la conversación se pudo escuchar a un hombre con buen manejo del idioma griego pero con acento extranjero, quizá ruso.
Cinco horas después de haber tomado el micro, fueron liberados cinco rehenes, tres mujeres y dos hombres, todos aparentemente con problemas de salud. Con el correr de las horas, otros 9 fueron liberados. Ya en los primeros minutos del jueves, previo a que los dos hombres se entregaran, sólo quedaban en el micro 6 rehenes. El pico de tensión se vivió alrededor de las 18 (hora argentina), cuando los secuestradores amenazaron con asesinar a los rehenes si no les entregaban el millón de euros, y luego sostuvieron que los mantendrían encerrados hasta que abrieran los bancos, al día siguiente.
La tensión y el nerviosismo fueron creciendo en Gerakas. Incluso, el embajador albanés mantuvo contacto con los captores y la embajada rusa ofreció su apoyo. Finalmente, pasada la medianoche del miércoles (hora griega), los secuestradores decidieron postergar su viaje y entregarse.
Seis años atrás, un albanés secuestró un ómnibus con 30 pasajeros y lo llevó a Albania. Aquel caso fue encarado con otra filosofía: murieron el secuestrador y un pasajero.