SOCIEDAD › CRIMEN EN BOEDO TRAS UNA PELEA CONYUGAL

El médico que baleó a su mujer

La violencia doméstica llegó a un nivel extremo en un hogar de clase media del barrio de Boedo. Una pareja de médicos discutió en su departamento y, como corolario de la pelea, se habrían enfrentado a tiros. la pelea finalizó con la muerte de la mujer, de dos balazos. Tras el episodio, que ocurrió el jueves por la tarde, el hombre permaneció cinco horas junto al cuerpo de su esposa, no se sabe si herida o ya muerta. Finalmente, se entregó en la comisaría 10ª, junto a su abogado, y quedó detenido.
La pelea involucró al cardiólogo Celino Zucca, de 62 años, y a su mujer, Edith Quintana, una médica flebóloga de 48, quienes, según fuentes vinculadas a la investigación, se habrían atacado mutuamente con dos revólveres calibre 32, que fueron secuestrados de la escena del crimen.
Se supo que los médicos estaban casados desde hacía pocos años, trabajaban juntos en el Centro Gallego y mantenían desde hace tiempo una muy mala relación. Una muestra de esa tensa situación es que al acompañar al cardiólogo a la seccional, su abogado, Mario Friero, dejó asentado ante la policía que meses atrás su cliente fue víctima de un supuesto envenenamiento por parte de su esposa.
El episodio se inició el jueves, alrededor de las 18, cuando por motivos que aún no se conocen la pareja de médicos comenzó a discutir acaloradamente en su departamento, ubicado en el cuarto piso del edificio situado en Quintino Bocayuva 1136, a metros de la avenida San Juan.
La pelea llegó al punto de que ambos profesionales se habrían atacado a los tiros y la mujer murió al recibir dos impactos en la cabeza. Tras el crimen, el cardiólogo permaneció cerca de cinco horas en el departamento –aún no se estableció si su mujer estaba entonces viva o muerta– y, tras llamar a su abogado, se entregó en la comisaría 10ª.
Policías de esa seccional pidieron una orden judicial para ingresar en la vivienda, lo que lograron hacer recién ayer a la 1.30. En el baño del departamento, la policía encontró a Quintana, muerta de dos balazos, mientras que detectó un gran desorden en los ambientes y encontró dos revólveres calibre 32 que, a simple vista, habían sido recientemente disparados.
Zucca quedó detenido como sospechoso del crimen, en tanto los investigadores iniciaron una serie de diligencias de rigor para esclarecer el episodio. Las fuentes informaron que de los peritajes preliminares realizados en el lugar se determinó que al menos se tiraron tres balazos, que había huellas dactilares de la mujer en una de las armas y del hombre en la otra y que además ambos tenían restos de pólvora en las manos, lo que indicaría que los dos dispararon.
“El que tuvo peor puntería murió primero”, dijo uno de los pesquisas que estuvo en el escena del hecho.

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