SOCIEDAD › EN LOS ULTIMOS AÑOS CERRARON 20 ESCUELAS JUDIAS

El colegio que se salvó de la quiebra

En los últimos años, como consecuencia de la crisis económica y social, cerraron en Capital y Gran Buenos Aires veinte colegios de la comunidad judía. El Colegio Wolfsohn, una entidad con más de cien años de historia en el barrio de Belgrano, estuvo a punto, en 2004, de convertirse en una de esas instituciones que dejaron de existir. Con la ayuda de una organización judía internacional, la escuela logró revertir un proceso que la había colocado al borde de la quiebra. El domingo fue reinaugurada por el ministro de Educación.
A mediados del año pasado, las autoridades del Wolfsohn, de la comunidad del mismo nombre, se anticipaban a un futuro negro. La institución arrastraba deudas por más de siete millones de pesos. En ese marco, los responsables del colegio acudieron a Jabad Lubavitch Argentina, que pertenece a una organización internacional integrada por cuatro mil instituciones. Por medio de estas entidades, se desarrollan diversas actividades en el área social, religiosa y educativa. Conociendo esta trayectoria, las autoridades del colegio acudieron a ellos para conseguir la ayuda que permitiría mantener las puertas abiertas a sus alumnos. La organización se hizo cargo de la deuda y tomó la posta del proyecto educativo, con una apuesta fuerte por la calidad educativa.
El director de Jabad Lubavitch en el país, rabino Tzvi Grunblatt, señaló ante Página/12: “En un principio, entendimos que se trataba sólo de comprar el edificio y no nos interesó. Pero después nos aclararon que la idea era que sigamos con la tarea de la escuela y decidimos seguir la negociación”. Y resolvieron que se involucrarían en el proyecto con la condición de que los padres estuvieran de acuerdo, algo que lograron con creces. “El 95 por ciento dio su voto de confianza a que tomemos la escuela”, comentó Grunblatt.
Según datos de un informe de la Joint Distribution Committee para América latina que se realizó el año pasado, de los 244 mil judíos que residen en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, un 25 por ciento se encuentra debajo de la línea de pobreza y un 50 por ciento tiene ingresos inferiores a los dos mil pesos. Además, en los últimos quince años veinte escuelas de la comunidad en el país debieron cerrar sus puertas. “Esto es la consecuencia de los últimos años de la crisis”, manifestó Grunblatt, y añadió que en ese contexto “es muy emotivo e inspirador lo que sucedió en este caso”.
En cuanto a la tarea que tienen por delante, indicó que “ante todo, el objetivo es la excelencia académica, pero sabemos que eso no se construye de un día para el otro”. El domingo pasado se realizó el acto de inauguración del “Centro de Educación Judía Menajem Tabacinic - Colegio Wolfsohn”, que contó con la presencia del ministro de Educación Daniel Filmus. Durante el encuentro se entregaron reconocimientos a quienes colaboraron en todo el proceso y se emitió un video que mostraba el antes y el después de la institución, que pasó por un “reciclaje total que implicó una inversión de 800 mil pesos”. Una de las novedades es un aula de computación, además de la renovación de la sala de ciencias en la escuela, a la que acuden 160 alumnos, distribuidos en el nivel inicial y el primario.

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