SOCIEDAD

Varados en España y a merced de
la empresa aérea SW sin fondos

Más de un centenar de pasajeros de SW quedó varado en España. Deben endosar con Iberia o Air Madrid, pero pagando 400 euros. A algunos, SW les ofrece un reintegro con vuelos de cabotaje.

Debido a una intrincada operativa comercial, decenas de argentinos que compraron sus pasajes a Southern Winds están varados hace por lo menos un mes en España. La compañía aérea que perdió la ruta Buenos Aires-Madrid –y viceversa– luego del escándalo por las narcovalijas endosó los pasajes vendidos a dos empresas españolas. Pero para que esos ticket se hagan efectivos, los pasajeros deben pagar nuevamente el pasaje que ya habían comprado a SW. La línea aérea sostiene que les devuelve el importe pero, según algunos de los varados, eso no ocurre o les ofrecen el mismo monto en vuelos de cabotaje. El hecho está vigente desde principios de mes, pero como hay pasajes de SW vendidos hasta diciembre, la cantidad de varados irá in crescendo; hasta ahora hay casi doscientos registrados sin tickets ni explicaciones claras.
Ronald Ampuero es un inmigrante que está en España y, a diferencia de aquellos que sienten sus talones pisados por la dureza de la Ley de Extranjería, se quiere volver. Pero no puede. Resulta que compró a SW un pasaje ida y vuelta a España y debió endosarlos a Air Madrid o Iberia, según el consejo que le dieron desde la empresa de las valijas voladoras.
El motivo por el cual SW dio esa explicación se basa en un convenio firmado con esas dos compañías españolas para endosar sus pasajes. Pero todo terminó en que el pasajero que se presentaba con el pasaje de SW a endosar en esas compañías debía pagar de su bolsillo 400 euros, que SW le prometía reintegrar luego. Pero no ocurrió siempre así. En muchos casos, la aerolínea como garantía se comprometió a reintegrar el monto en una nota de crédito por descuentos en un nuevo pasaje para vuelos de cabotaje. “Pero después de esto, ¿quién va a querer volver a viajar por SW?”, se preguntó Ampuero, una víctima uruguaya.
Ampuero vive en Uruguay y está en Barcelona, en casa de unos familiares que le dan asilo en medio del conflicto que lo tiene varado. Había viajado “para tener unas vacaciones placenteras”, según contó a Página/12. Compró su pasaje en una empresa de turismo de Montevideo, salió el 26 de junio hacia Madrid pero apenas llegó hasta Buenos Aires. Aquí debió gestionar el endoso por Air Madrid para poder llegar a su destino. Tiene boleto de vuelta para el 28 de julio, pero se encontró con que, en pleno verano europeo, ni Iberia ni Air Madrid le dan un pasaje. Además, “me dijeron que no sabían nada de ningún acuerdo y que si quería hacer valer mi boleto tenía que pagar 400 euros”, afirmó. Llamó a todos los teléfonos de SW. “Dijeron que tenía que pagar de nuevo el pasaje y a cambio me darían viajes por la Argentina; pero esos pasajes son un chantaje”, se quejó.
Desde la empresa no se explica nada formalmente, por lo bajo admiten la situación y se lamentan. Sebastián Idelsohn ratifica y dimensiona el caso. Es argentino y hace cuatro años vive en España, en marzo compró sus pasajes para viajar a la Argentina, a la boda de Martín, su mejor amigo. Compró los pasajes a SW. Debería viajar este mes y volver el 30 de agosto pero sabe que difícilmente lo hará. El muchacho se contacta con 60 personas igualmente afectadas por esa pirueta en el aire.
“El tema es así: compré los pasajes a SW, pero si quiero utilizarlos, la opción es ir al aeropuerto, hacer cola frente a los mostradores de Air Madrid o Iberia y pagar 400 euros para que me tomen el billete de SW. Y lo mismo tendré que hacer desde Argentina”, resumió a este diario. Sus padres no aguantaron más y ayer volvieron a Montevideo, pero tuvieron que pagar 800 euros a Pluna por dos pasajes, perdiendo –de alguna manera– el pago por los dos que le habían comprado a SW. Pero “peor” es el caso de Martín, su mejor amigo, “que se quiere casar en la Argentina en agosto y compró ocho pasajes para viajar con su novia española y algunos familiares de ella. No sé qué va a pasar”, concluyó.
Los contactos establecidos por Sebastián fueron a través de un foro de Internet con 60 miembros y, de acuerdo con los testimonios, cada uno de ellos representa dos o tres pasajes. “La mayoría son españoles que quieren vacacionar en la Argentina. Algunos me contaron que cuando hicieron la queja ante las compañías de turismo les dijeron que si querían presentar una denuncia, debían hacerla en los tribunales argentinos. ¡Y qué va a entender un español de la Justicia argentina!”, se preguntó el muchacho.

Informe: Adrián Figueroa Díaz.

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En España los pasajeros quedaron a la buena de Dios. Algunos se ubicaron en casas de familiares.
 
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