SOCIEDAD › QUEDO LIBRE UN EMPRESARIO SECUESTRADO EN SU PROPIA FABRICA

Una pesadilla que duró siete días

La familia pagó 20 mil dólares, pero el empresario de Villa Adelina fue liberado tras una riesgosa persecución policial. Creen que hubo apoyo de agentes de seguridad o inteligencia.

“El estado de salud, en lo físico, era bastante bueno, a pesar de la situación vivida, pero en lo psíquico está mal.” Fuentes allegadas a la investigación confirmaron ayer a Página/12 que fue dejado en libertad, después de ocho días en cautiverio, un empresario bonaerense que estuvo en poder de una banda de la que fueron detenidos tres de sus integrantes, algunos de los cuales tendrían vinculación con “miembros de las fuerzas de seguridad o de inteligencia que habrían aportado el apoyo logístico”. El empresario Claudio Stefanich, de 40 años, propietario de una fábrica metalúrgica de Villa Adelina, había sido secuestrado el jueves 16 y lo mantuvieron en cautiverio en una vivienda de la localidad de Martín Coronado. Estuvo encerrado en una pieza que fue durante siete días su dormitorio, su comedor y su baño. “Si tu familia no paga, la vas a pasar muy mal”, era la amenaza permanente que recibía. El caso nunca fue denunciado por la familia ante la policía, que actuó de oficio e intervino luego de que se pagara un rescate de unos 20.000 dólares, cuando el pedido inicial había sido de 300.000.
El caso, que recién se conoció ayer, se resolvió por la mañana, cuando agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, al tanto de lo sucedido en forma indirecta, realizaron una persecución de 30 cuadras, por las calles de Martín Coronado, para tratar de alcanzar al Chevrolet Vectra de color verde, con vidrios polarizados, en el que se movilizaban los secuestradores, llevando a la víctima hacia la localidad de El Palomar, donde se había decidido dejarlo en libertad, luego de recibir el rescate acordado con la familia.
Allí se produjo una larga persecución, un breve tiroteo y el empresario, acurrucado dentro del automóvil, fue liberado sin consecuencias. Los tres ocupantes del auto, dos hombres y una mujer, fueron detenidos. Uno de ellos en el momento y la pareja unas horas más tarde, en el domicilio donde habían tratado de ocultarse. Los otros “dos o tres” miembros de la banda ya estarían identificados y el juez federal de San Isidro Conrado Bergesio dispuso ayer por la tarde una serie de operativos tendientes a lograr la detención de los prófugos.
Voceros policiales aseguraron que los delincuentes “no tendrían relación alguna con otros secuestros ocurridos en los últimos tiempos” y que desde el caso de Cristian Riquelme, hermano del futbolista Juan Román Riquelme, han provocado decenas detenciones a las que ayer su sumaron otras seis (ver aparte). Los investigadores dijeron que la banda “demostró tener un gran profesionalismo y por la forma en que se movieron, además de existir otros indicios que por ahora no se pueden revelar, podrían tener vinculación con algún integrante de las fuerzas de seguridad o de inteligencia porque contaron con un importante apoyo en la logística”.
El secuestro se produjo el jueves 16, cerca de las nueve de la noche, en una empresa metalúrgica, propiedad de Stefanich, ubicada en el 1800 de la calle Malvinas Argentinas, en Villa Adelina. Ahora se supo que dos hombres armados entraron por la fuerza en una oficina donde se encontraba el propietario de la firma. A Stefanich lo sacaron encapuchado y lo subieron a un vehículo. En la primera comunicación con la familia, los secuestradores pidieron como rescate el pago de 300 mil dólares. Desde el vamos dejaron sentado que no sería uno de los hoy habituales secuestros express. “No vamos a rebajar un peso, podemos tenerlo un día, un mes o todo un año”. Advirtieron que no estaban dispuestos a “negociar con vuelteros” y hasta amenazaron con sacar a la víctima del país si no había acuerdo.
Por temor a represalias, la familia nunca acudió a la policía. La DDI de San Isidro se enteró de la situación “por algunos trabajos de inteligencia realizados en la zona donde ocurrió el secuestro”. Desde ese momento se realizaron algunas escuchas telefónicas y “por esta vez, el caso se mantuvo en el más estricto silencio para cuidar la vida del empresario, algo que es muy difícil de lograr”, comentaron los voceros policiales. Stefanich estuvo más de siete días “sin ver la luz” ya que lo tuvieronoculto en una pieza, con los ojos vendados con una cinta adhesiva y encerrado en la pieza de una vivienda de Martín Coronado que ayer fue allanada por la policía. Sus captores “le daban de comer de vez en cuando y tenía que orinar en un tarro porque no le permitían pasar a las otras habitaciones de la casa”. Las escuchas permitieron establecer el momento en que se iba a producir la liberación, aprovechada para detener a tres miembros de la organización. Anoche se realizaron otros operativos en Martín Coronado y en Ciudad Evita, para tratar de capturar a los prófugos, que serían “dos o tres”. Creen que uno de ellos podría ser “miembro de una fuerza de seguridad”.

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La familia no hizo la denuncia, pero la policía actuó de oficio luego de descubrir el caso.
 
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