SOCIEDAD

El Encuentro de Mujeres 2006 será en Jujuy, por la libertad de Romina

Las delegadas quieren sesionar el año próximo frente al penal donde está la chica condenada por matar a su hija.

Por Marta Dillon
Desde Mar del Plata

La sede del próximo Encuentro Nacional de Mujeres es Jujuy. Fue elegida por aclamación, antes de la lectura de las –peleadísimas– conclusiones de cada uno de los más de ciento cincuenta talleres que discutieron sobre cuarenta y siete temáticas diferentes, desde las más íntimas hasta las más públicas. Jujuy, entonces, empieza a organizarse desde ahora para el año que viene. La condena a Romina Tejerina inclinó la brújula hacia el norte, a pesar de que Córdoba y Catamarca también se habían propuesto como próximas sedes. Y es que quedó claro, más allá incluso de la organización y la determinación de las jujeñas, que el caso de la joven presa por matar a su hija, producto de una violación, hace eco en demasiadas historias personales y colectivas. Es uno de los temas claves de los encuentros de mujeres, junto con la despenalización del aborto, que tuvo un amplio consenso entre las mujeres que llegaron a Mar del Plata.
La ceremonia de cierre comenzó con una sorpresa: los exaltados devotos del día anterior, muchos de aquellos que se habían arrodillado para rezar frente a los talleres de anticoncepción y aborto, se habían instalado en el Polideportivo Municipal, y desde una tribuna repitieron sus cantos en contra del “diablo”, que según ellos, “está muerto” y merece un minuto de silencio, tal la letra de sus canciones. Pero se aburrieron antes de que pudieran desplegarse las conclusiones, con sus posiciones de mayoría y de minoría.
El minuto de silencio para el diablo propuesto por los exaltados feligreses sirvió para que las mujeres de las tres provincias propuestas dieran sus razones. Las cordobesas recordaron las medidas judiciales que en esa provincia intentaron frenar el Plan Nacional de Salud Reproductiva, prohibiendo la provisión gratuita de anticonceptivos. Las catamarqueñas hablaron del caso María Soledad y de las redes de trata de mujeres que parecen estar cómodas en esas tierras. Pero en Jujuy todos los temas urgentes parecen estar en carne viva: “En nuestra provincia los patrones creen que todavía existe el derecho de pernada, que las chicas buenas no van a bailar; además de que la explotación es manifiesta en todos los órdenes”. Esa mínima argumentación, más el emotivo discurso de la hermana de Romina, Mirta Tejerina, llamando a sesionar el año que viene frente al penal, terminaron de decidir a las asistentes. Pero el pronóstico es complicado, en Jujuy la situación es tan descarnada como poderosa es la Iglesia Católica. Y no va ser tan fácil para las miles que asisten desde el conurbano juntar el dinero para llegar hasta el límite del país.
Habrá entonces todo un año para analizar en frío los alcances de un encuentro masivo que, sobre el final, al menos los dos últimos años, parece a punto de quebrarse por la presión de unas pocas fundamentalistas muy organizadas. Porque ni siquiera los talleres sobre feminismo estuvieron exentos de la pulseada para imponer cosmovisiones que parecían perimidas. Que la mujer está naturalmente creada para complementarse con el hombre, que la maternidad enaltece, que la ciencia dice que la intersexualidad es patológica y que el patriarcado es solo una manera de organizarse que encontró la humanidad para ser más feliz. Además, obviamente, de defender la vida desde el instante mismo del acto sexual. Prácticamente no hubo talleres que quedaran exentos de esas discusiones, aunque en algunos casos la minoría representara opiniones personales en el mismo rango que las colectivas. Riesgos de una forma de funcionamiento que de todos modos ha permitido a cada vez más mujeres sentirse parte.
Las delegaciones, una manera de llamar a las mujeres que se juntaron por zona para solventar el transporte, empezaron a partir desde el mediodía. El Polideportivo se fue raleando lentamente, pero aun cuando quedaban pocas, se seguían escuchando espectaculares abucheos en el momento en que se leían las posiciones claramente católicas o incluso evangelistas.Porque tampoco hay que menospreciar el ímpetu de esos cultos por defender las posiciones más retrógradas.
Por la tarde, Mar del Plata empezaba a recobrar su fisonomía de ciudad hibernando, con sus obras en construcción cercando el centro y sus nuevas palmeras agitándose sobre las autopistas. La redoblada seguridad no se sintió demasiado este fin de semana, salvo algún incidente aislado, pero los locales aseguran que por ahí están los “hombres de negro”. En la plaza Colón, justo frente al Casino, todavía quedaban algunos pañuelos verdes con su inscripción reclamando “aborto legal, seguro y gratuito”, atados estratégicamente al final de la marcha.

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El reclamo de despenalización del aborto tuvo un amplio consenso.
 
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