SOCIEDAD › SACARON EL BOTIN ANTE LAS NARICES DE LOS VECINOS

Una cuadrilla insospechable

La banda que dio el golpe a la sucursal Acassuso del Banco Río simuló ser una cuadrilla municipal y levantó una carpa para cubrir la alcantarilla por la que retiraron el tesoro robado.

 Por Horacio Cecchi

Una alcantarilla en Tres Sargentos y Libertad, a cuatro cuadras de la casa de Tres Sargentos 812, se transformó en el siguiente velo descorrido en torno del golpe de la sucursal Acassuso del Banco Río. A través de esa alcantarilla los investigadores creen que la banda ingresó al desagüe pluvial para desarrollar el túnel que llegaba hasta el banco, y por esa alcantarilla creen que retiraron el botín, al amparo de una carpita al mejor estilo cuadrilla de municipales. Es lo que descubrieron los investigadores luego de que vecinos de esa esquina recordaron que una cuadrilla de operarios había estado trabajando en el lugar el Viernes Negro de los anales policiales, cubriendo la alcantarilla con una típica carpita de municipales. Luego, creen, cargaron el botín en una vieja camioneta y suponen que ocuparon la vivienda vacía de Tres Sargentos para cambiar sus ropas y repartir lo repartible, para luego perderse de vista. Identikits, relatos de vecinos, perfiles psicológicos, estudios geológicos y un novedoso software llamado I2 (igual que el Excalibur para cruzar llamados, con la diferencia de que el I2 cruza todo) son las nuevas vedettes del caso Río.

Ya lo dijo Poe en La carta robada: lo que está a la vista no se ve. Una alcantarilla, una carpa cubriendo la alcantarilla, una cuadrilla de operarios, una camioneta vieja como cualquier camioneta de cuadrilla de operarios, vecinos que no sospechan lo que ven porque nadie va a sospechar de una alcantarilla, ni de una carpa, ni de una cuadrilla de municipales, ni de una camioneta vieja, no por temor, no por no correr el riesgo de que lo tilden de loco sino porque a nadie se le ocurre sospechar de lo que es obvio. La costumbre es costumbre porque es insospechable.

“Hicieron todo como si hubieran sabido que la gente no se iba a meter y que solamente iba a protestar si le cortaban la luz, el gas, el agua o la tele”, confió un investigador a Página/12. Según la hipótesis más firme, la banda retiró el botín a través del conducto abierto para el caso, mientras el negociador de la banda jugaba al poker con los negociadores del comité de crisis (sin que ellos lo supieran).

Luego, según lo que parece que fue, cargaron el botín en el gomón y avanzaron con el fuera de borda sobre el agua acumulada por el dique que ellos mismos habían fabricado. Recorrieron el desagüe a través de la calle Perú, nueve cuadras hasta Tres Sargentos (en esa esquina se encuentra la casa sospechada) y bajo esa calle cuatro cuadras más hasta Libertad. Allí, por una alcantarilla, habrían trepado a la superficie. Todo en riguroso condicional porque no hay nada que lo asegure, pero los investigadores no encuentran otra explicación plausible al dato que volcaron los vecinos hace pocas horas: una cuadrilla de operarios que abrió una carpa sobre la alcantarilla. Los operarios no tenían identificaciones de ninguna empresa de servicios en sus vestimentas. Sólo estacionaron una camioneta, “vieja”, según recordaron los vecinos como descripción.

“Frente a la cámara donde se encontró el motor fuera de borda había una casa vacía –señaló Enrique Gallesio, subsecretario de Investigaciones en Función Judicial del Ministerio de Seguridad, en relación con la vivienda de Tres Sargentos–, y a unas cuadras de allí (Tres Sargentos y Libertad) los vecinos dijeron haber visto trabajar a una cuadrilla en una alcantarilla que puede ser por donde entraron y salieron. Estamos elaborando identikits en base a los dichos de los vecinos que vieron cuando montaban la carpa y que se movilizaban en una camioneta antigua, de donde bajaban herramientas.”

Gallesio aportó el dato de un nuevo software incorporado por el Ministerio de Seguridad para el análisis de criminalística. “Se llama I2 y es como el Excalibur que cruza comunicaciones, pero en este software se puede cruzar de todo –sostuvo Gallesio–. Se pueden incorporar personas, hechos, negocios, propiedades, viajes. Se va armando un rompecabezas.” Por el momento, en la reconstrucción del caso los investigadores recuperaron un gomón, tajeado para desinflarlo, que hallaron trabado en el dique; el motor fuera de borda, en la alcantarilla próxima a la casa; la casa vacía; la alcantarilla en la que trabajó una cuadrilla tan misteriosa que no llamó la atención; una camioneta vieja que fue descripta pero por ahora no fue hallada; una carpa que tampoco fue hallada; picos, palas, una batería con cables y bombitas; y las imágenes de los videos que la banda no llegó a dañar.

Un grupo de geólogos trabaja en el túnel para determinar hace cuánto tiempo fue hecho y comprobar cómo hicieron para conducirse bajo la superficie sin perderse y contra la corriente. Y los expertos buscan definir algunos patrones psicológicos de los delincuentes para comparar con posibles autores. La actividad es intensa, pero el propio Gallesio reconoció que “resolverlo va a llevarnos mucho tiempo”.

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La casa abandonada de Tres Sargentos 812, a nueve cuadras del banco, en línea recta bajo tierra.
 
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