Las lluvias de este agosto ya son record histórico para muchas ciudades de la provincia de Buenos Aires. En la ciudad, en cambio, sólo en 1922 –por el momento– las precipitaciones fueron superiores a las de este mes, pero en la semana que falta el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) prevé más agua, aunque en menor cantidad. En ciudades como Tandil y Azul las marcas superaron ampliamente los valores máximos registrados para agosto (ver recuadro), al punto de que las lluvias de ayer transformaron allí las calles en ríos. Para los especialistas estos acontecimientos son “extraordinarios”. Tienen que ver con una “variabilidad interna de la atmósfera”, según la meteoróloga Claudia Campetella, que provoca “persistentes centros de baja presión sobre la zona Centro y Este del país”, según explicó el climatólogo José Luis Stella.

Desde 1906 el SMN recaba datos de las precipitaciones. Por eso, se sabe que en todo agosto de 1922 los pluviómetros marcaron 277,9 milímetros en la ciudad de Buenos Aires. Ese tope podría superarse en los próximos días: anoche había probabilidad de lloviznas en varias zonas de la provincia de Buenos Aires y, si bien habría una tregua durante la jornada de hoy, el domingo retornarían las nubes cargadas de agua. Hasta ayer, en los 24 días de este agosto, la cantidad de lluvia que cayó llegó a los 229,4 milímetros.

“Estos valores tienen carácter de extraordinarios, ya que en varias localidades han superado, y en algunos casos han duplicado, las marcas más altas de los últimos 51 años. Asimismo, la mayoría de estos valores han quebrado el record histórico para el mes de agosto”, detalla un informe del SMN. También señala que cayeron más de 100 milímetros promedio en toda la provincia, con máximas locales de 300 milímetros.

¿Por qué llovió tanto? “Es difícil de explicar. El fenómeno se dio en una escala de la atmósfera que todavía no se conoce mucho, porque es poco común”, advirtió Campetella a Página/12. Sin embargo, echó un haz de luz sobre lo que sucedió en este agosto lluvioso: “Lo que está pasando tiene que ver con una variabilidad interna de la atmósfera. Eso puede generar dos eventos opuestos: intensa precipitación o déficit de lluvias. Ahora, una masa de aire cálido persistió de tal manera que no permitió que avanzara una masa de aire frío hacia el norte del país”, por eso el efecto final del fenómeno fueron “lluvias incesantes con tintes tropicales” en cuanto a las temperaturas.

Ni las lluvias ni el cambio de temperatura que hubo desde el jueves se puede atribuir a fenómenos como el Niño ni a lo que se denomina “cambio climático”. Según explicó el climatólogo José Luis Stella, del SMN, lo “anormal” de este mes es que “fueron persistentes los centros de baja presión sobre la zona Centro y Este del país. Eso generó acumulación de las precipitaciones en algunos lugares”.

Campetella también consideró que no se trata de algo “normal”. “No es tan normal porque hubo exceso de precipitación, pero no es común en agosto, sí en otras épocas del año”, sostuvo la especialista en atmósfera.

Los lugares en los que hubo más acumulación de precipitaciones fueron Tandil y Azul. En la primera de las localidades, hasta ayer, hubo 326,2 milímetros de agua en el mes. La máxima registrada databa de 1922, cuando el tope llegó a los 239,5. En Azul, los 194 milímetros de agosto de 1913 fueron ampliamente superados por los 297,6 de este mes. Y así sucesivamente, detalla el informe del SMN. La tabla también indica que en la ciudad de Buenos Aires faltan 48,4 milímetros para superar la marca mayor.

Con el frente frío instalado, los especialistas apuntaron que en los siguientes días habrá temperaturas típicas de invierno: entre 2 y 5 grados de mínima, que irán en lento ascenso hasta que se asiente la estación primaveral.

Informe: Carla Perelló.