SOCIEDAD › JORGE LOBO ARAGON, ABOGADO Y EX JUEZ

La condena a los Ale

 Por Soledad Vallejos

Es a pocas cuadras de la Plaza Independencia, la Casa de Gobierno. Aquí, en el estudio de la calle San Lorenzo al 800, todavía pueden verse las huellas de lo que pasó en la noche del lunes al martes pasado: cinco, seis agujeros dejados por balas 11.25 milímetros. Los agujeros están en las celosías de hierro, en algunas ventanas, también en la lámina con dibujo a carbonilla que preside la mesita baja ante Jorge Lobo Aragón, ex juez, ex legislador de Fuerza Republicana y actualmente abogado dedicado a la actividad privada. Desde la mañana del martes, en que Marcelo, su secretario, descubrió que el lugar había sido baleado, Lobo Aragón insiste en señalar a los Ale como responsables. ¿Por qué? “Porque en los ’90 fui el juez de Instrucción que los puso presos y los allanamientos del lunes pueden haberlos puesto nerviosos. Yo no tengo nada que ver con esos allanamientos, pero en Tucumán los únicos que hablan de los Ale como mafia somos Susana Trimarco y yo.”

Es cierto que todavía hoy, a veinte años de los episodios más resonantes en los que fue posible vincular materialmente a los Ale, en Tucumán nadie más se refiere públicamente a la familia Ale. Ni siquiera lo hacen los clientes a quienes representa Lobo Aragón en distintas causas que tienen a los Ale acusados de victimarios. Ni siquiera en estos días, luego de que trascendieran los allanamientos y algunos de sus resultados.

–Todavía tienen poder. Es enorme la cantidad de armas que han encontrado estos días. Este manejo de armas no es una casualidad, al menos tiene más de veinte años. ¿Cómo puede ser que ningún fiscal decida de oficio investigar algo, teniendo en cuenta que estos personajes tienen los antecedentes que tienen, relacionados con violencia, con tenencia de armas, intimidaciones? Hasta El Monito, hijo de El Mono, está metido en todo esto ahora. ¿Cómo permiten que estos personajes tengan ese arsenal?

–¿Qué causas patrocina usted ahora en su contra?

–Llevo cuatro querellas y otras dos que están camino al juicio oral. Una es la del abogado Juli Gerardo Valdez. En 2011 le usurparon una propiedad de 60 has en Los Pocitos, en Leales, modalidad que están haciendo muy visiblemente desde hace unos tres años: a veces roban las cosechas, las venden en el mercado negro. Antes habían usurpado otras propiedades, y un día mi cliente llega y encuentra personas armadas. El modus operandi es el mismo siempre: ingresa en la propiedad, toma conocimiento del lugar. Si ve que los dueños son pobres o faltos de papeles, les dice que les compra. Si dicen que no, pasan a la intimidación y a amenazas. Entonces a Valdéz le usurpan Rubén y Angel. Hacemos la denuncia, dictan prisión preventiva. Rubén aduce problemas de salud y va al sanatorio, lo atiende el mismo médico, sale con arresto domiciliario. Eso a principios de 2012. Después se presenta como candidato a presidente del Club San Martín de Tucumán.

–Eso fue durante el comienzo del juicio por Marita Verón.

–Sí. Y es la misma época en la que Susana Trimarco insiste en decir que los Ale son mafia.

–¿Qué otra causa lleva?

–La del boxeador Manuel Pucheta. El era del Club San Martín, un día hay una trifulca, una pelea con un hijo de Rubén. Lo amenazan. Pucheta va a la base de 5 estrellas para hablar con él. Lo agarran entre diez, le dan una paliza atroz, sobrevive. Esa sigue en instrucción, pero la otra causa en camino al juicio es la de Alfredo Aydar y Angel Silvestre, que es por abuso de armas y lesiones graves. Los Ale dicen lo mismo: que son perseguidos, que son empresarios honestos y los quieren inculpar por su pasado. Pero siguen teniendo denuncias, nuevas causas, aunque zafan siempre de los pedidos de prisión. Los allanamientos de esta semana corroboran que no es pasado: son una mafia.

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