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El gobierno de Estados Unidos iniciará una acción judicial para obtener restricciones más duras a la producción y la venta de cigarrillos. Las medidas se conocieron poco después del informe presentado por el ALA (ver nota central) a través de un documento del Departamento de Justicia que fue difundido por Phillip Morris, la tabacalera más grande de ese país. Entre las medidas de esta guerra contra el tabaco, el gobierno federal pretende limitar la publicidad a la impresión en blanco y negro, suprimir menciones como light o “baja cantidad de nicotina”. Además, las advertencias sobre los riesgos de salud deberán ocupar la mitad de la superficie del envase.
El departamento de Justicia asegura, en un documento de 47 páginas, que el tabaquismo mata a cerca de 400.000 personas por año en Estados Unidos, y que le cuesta 20.000 millones de dólares en atención médica al sistema federal de salud.
En atención a esos indicadores, exigen la eliminación de los distribuidores automáticos de cigarrillos e intentarán prohibir las promociones de las tabacaleras que incluyan rebajas o distribución gratuita del producto.