SOCIEDAD

Tres miradas psicológicas sobre Rafael S.

ENRIQUE DE ROSA ALABASTER *.
“Una actitud de escucha”

Aparentemente, este chico estaba dando señales desde hacía mucho tiempo. Se dice que en la escuela funcionaba un gabinete pedagógico pero, aparentemente, al joven no le dieron la importancia debida. Se dice que el chico era tranquilo, pero el hecho de ser solitario y mostrar elementos melancólicos es un signo de algo, porque la melancolía es una idea casi psicótica de la depresión. Además, hubo cambios de comportamiento; es decir que había elementos para predecir algún hecho particular.
Los escritos encontrados en su banco se banalizaron. Podrían leerse como mensajes o advertencias de lo que ocurrió, o como algo característico de un adolescente, pero no determinan nada.
Ahora bien, decir si este hecho se habría podido evitar sería arriesgar hipótesis y buscar responsabilidades. Desde la salud mental, es necesario trabajar en cuestiones preventivas.
En las escuelas, a veces no es necesario un profesional de la salud mental en la primera línea, es decir, con los chicos. Esto lo podría haber detectado cualquier profesional de cualquier área de la escuela. Por ejemplo, un docente informado mínimamente sobre diez o veinte conductas características que pudieran ser factores de riesgo. Hay que tener una actitud de escucha y alerta para poder prevenir. En salud mental, lo que hacen las sociedades más avanzadas es dirigir la atención a los factores preventivos, y tienen éxito.

* Titular de la Cátedra de Psiquiatría de la UBA.



MARTA VEGA *.
“Puede no ser el único”

Hubo muchísimos testimonios de especialistas sobre el caso de Junior. Todos apuntaron a perturbaciones psicológicas del adolescente, de desintegración social o disociación. El chico dio muchos indicadores. Aparentemente, la escuela se ocupó de él, fue atendido por el gabinete psicológico. Pero este tipo de atención no la recibió el grupo familiar, que prefirió no advertir que tenía un chico enfermo dentro de su núcleo.
Dicen que el chico era muy retraído, solitario, sin grupo de amigos, estudioso... No da con el perfil de nuestros adolescentes. Estos son indicadores de que la conducta del joven no está desarrollada de una manera “normal”. Creo que si el joven hubiera recibido atención psiquiátrica, se podría haber evitado. Se puede detectar el perfil de chicos que necesitan atención antes de llegar a una situación de desborde.
Este hecho es aislado, pero puede no ser el único porque los adolescentes están pasando por un momento político, económico y social muy duro. En los dos primeros ámbitos hay un contexto permanente de crisis. Y en lo social, vivimos en un estado de violencia permanente. El discurso de esos tres campos es violento y ello genera más violencia.

* Psicóloga, especialista en conducta adolescente.



FRANCISCO SENEGAGLIA *.
“Falta de psicólogos”
Los profesionales de salud mental a los que se consulta sobre el caso dibujan un diagnóstico por imágenes a través de lo que ven en los medios de comunicación; plantean la estructura de la personalidad (de Junior) cuando esto va a ser efecto de las pericias psicológicas correspondientes. Todos los medios tomaron el hecho en sí, pero en verdad se está ocultando el verdadero problema: la falta de psicólogos en las escuelas. Este hecho sucedió en una escuela de la provincia de Buenos Aires. Es decir, en una institución donde los gabinetes pedagógicos atienden el aspecto “intelectual” del chico y dejan afuera el “personal”. Si hubiera habido un gabinete especializado, hubiese sido posible hacer algo con un chico de esas características, aunque no diagnosticar o prever una conducta como la que tuvo.
Existen psicólogos dentro de las escuelas, pero formando parte de equipos docentes. Existen gabinetes psicológicos, pero la función del psicólogo como tal no está especificada. Y en un contexto de crisis y aumento de violencia, la presencia de un profesional de la salud es importante para prevenir.
Si se hace un buen trabajo de prevención no sucederían hechos de este tipo. En un caso como el de Carmen de Patagones no sé qué hubiera sucedido si intervenía un psicólogo. No quiero dar un diagnóstico. Pero sí sé que si uno hace un informe con la evolución de un alumno se hubieran detectado algunas cosas.

* Presidente del Colegio de Psicólogos de La Plata.

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