DEBATE > SE ABRE OTRA RONDA DE NEGOCIACIóN CON EL FMI
“En el Fondo nada ha cambiado”
Por Alan Cibils
Economista, investigador en Buenos Aires del Center for Economic and Policy Research.
ALas últimas declaraciones del FMI recuerdan a las interminables y siempre cambiantes demandas de dicha institución durante los sórdidos meses del 2002 cuando Duhalde y Lavagna no podían hacer lo suficiente para complacer al implacable dúo Köhler-Krueger. Dichas declaraciones también demostrarían que las sonrisas de Köhler en su visita reciente no se traducirán en una postura más comprensiva hacia la Argentina. O sea, en el Fondo nada ha cambiado.
La Argentina se encuentra ante una coyuntura clave. Si la demanda interna no se reactiva, mal podrá el país salir adelante, bajar el desempleo, eliminar el hambre, y mejorar la calidad de vida de la mayoría. Para esto es imprescindible asignar recursos fiscales a la redistribución del ingreso y a la reactivación económica, lo cual contradice las habituales recetas de ajuste del FMI. Por lo tanto cabe volver a preguntarse: ¿qué se gana con un nuevo acuerdo con el Fondo? ¿Quién es el que más pierde sin el acuerdo?
Sin duda al Fondo le conviene llegar a un acuerdo con Argentina. Su condición de líder del cartel de acreedores depende de ello. Sin un acuerdo, y suponiendo que el default argentino se extendiese a la deuda con las Instituciones Financieras Internacionales (IFI), el FMI estaría en igualdad de condiciones con los acreedores privados. En tal caso, ¿por qué estos últimos habrían de tolerar que se priorice a las IFI en la renegociación de la deuda?
Extender el default a las IFI puede ser ventajoso para la Argentina justamente por eso. Dividir a los acreedores claramente favorece la posición negociadora del país. Es más, con el poder del FMI debilitado por un default, su capacidad de seguir imponiéndole a la Argentina políticas recesivas y ortodoxas se verá fuertemente limitado. En ese caso sí podrá la Argentina usar los recursos que genera a través de sus superávit primario y comercial para saldar la abultada deuda interna. Por otra parte, la carga de la deuda pública actual es claramente insostenible, por lo que extender el default a la deuda con las IFI bien podría ser una necesidad si se busca una solución al problema de la deuda.
En lo que va de su mandato, el presidente Kirchner ha demostrado un claro compromiso con el cambio institucional que el país tanto necesita. En su discurso inaugural, Kirchner dijo que “no se puede recurrir al ajuste ni incrementar el endeudamiento. No se puede volver a pagar deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos”. Kirchner también ha denunciado públicamente al FMI por el papel activo que jugó en la debacle argentina. En las próximas semanas se presentará una oportunidad única para extender la transformación institucional al campo de la política económica. Habrá que ver si esta vez sí se aprovecha