cash

Domingo, 22 de febrero de 2015

ENFOQUE

Resistencia

 Por Diego Rubinzal

El triunfo electoral de Syriza implicó un fuerte rechazo al plan de austeridad de la troika. Los cinco años de ajuste neoliberal culminaron con niveles de desocupación y caída del PIB cercanos al 25 por ciento, endeudamiento del 180 por ciento del PIB y tasa de pobreza superior al 35 por ciento.

Los primeros anuncios del primer ministro griego, Alexis Tsipras, fueron la reincorporación de empleados públicos y la puesta en marcha de diversos programas sociales (ayuda alimentaria, electricidad gratuita, libre acceso a salud). El desafío del nuevo gobierno griego será mayúsculo, ya que la pulseada con la troika es muy despareja. El resultado de esa puja será un caso testigo para todos aquellos que auspician un nuevo orden mundial. Por lo pronto, lo que ocurra en tierras griegas puede tener impacto electoral en España. Un relativo éxito de la gestión de Syriza apuntalará el ascenso meteórico de Podemos. Los sondeos de opinión ya ubican a esa novel agrupación, creada en enero de 2014 para competir en las elecciones europeas, como primera fuerza en intención de voto por delante de los tradicionales Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

El debate preelectoral español es muy similar al acontecido en Grecia. El eje divisorio de aguas es la postura ante las políticas de austeridad. Los partidos tradicionales, con mayor o menor énfasis, defienden ese tipo de medidas. Por el contrario, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, sostuvo que con el triunfo de Syriza “ha vuelto a salir un sol de esperanza. La austeridad ha fracasado, la que se va a quedar aislada es Merkel”.

La crisis económica española se refleja en una tasa de desocupación del 23,7 por ciento. A su vez, el 27,3 por ciento de la población (más de 12,8 millones de personas) se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión.

El estallido de la burbuja inmobiliaria reveló los límites de la estrategia de desarrollo económico sustentada en la construcción (alcanzó a representar el 18 por ciento del PIB) y el turismo (15 por ciento del PIB). El investigador Joseph Burgaya Riera apunta en Crisis económica y asalto al Estado de Bienestar. El caso de España que en 2012 había “3,5 millones de viviendas vacías, por falta de comprador u ocupante, cifra indicativa de los años que se puede tardar en absorber esta sobreproducción acumulada y a recuperarse el sector de la construcción, hecho que contrasta, pero que es compatible, con que un tercio de los jóvenes mayores de 25 años no se pueda emancipar y continúe viviendo en casas de sus padres... La banca resultó el colaborador necesario para todo este proceso autodestructivo de huida hacia adelante..., eran hipotecas subprime, a la española si se quiere, con una clientela sin solvencia, con trabajos precarios, a menudo procedente de la inmigración reciente, que difícilmente podría soportar un aumento de los tipos de interés, pactados en variable, o una contracción en el mercado laboral”.

La aprobación de la ley de liberalización del suelo, impulsada por Aznar en 1998, pavimentó el camino para la burbuja inmobiliaria. La crisis estalló en las manos del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. La respuesta inicial del gobierno del PSOE fue inyectar recursos para incrementar la inversión pública. Las medidas de estímulo a la demanda fueron dejadas de lado poco tiempo después. En efecto, la implementación de políticas de ajuste del gasto público español fue contabilizada como una victoria de Angela Merkel.

El triunfo del Partido Popular, en noviembre de 2011, implicó la asunción plena de las directrices de austeridad (recortes en prestaciones de servicios públicos, rebajas salariales, flexibilización laboral, disminución de coberturas por desempleo, aumento de impuestos indirectos).

En ese marco, lo que está en disputa por estos días no es otra cosa que el modelo social europeo. Las políticas de ajuste intentan minar los cimientos del malherido Estado de Bienestar. Paul Krugman sostiene que las exigencias de la troika tienen una única razón: “odian profundamente el Estado de Bienestar”.

La crisis económica actual puede decantar en la supresión de conquistas sociales históricas o, por el contrario, alumbrar proyectos alternativos.

[email protected]

@diegorubinzal

Compartir: 

Twitter

 
CASH
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.