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Miércoles, 28 de enero de 2009

BATEA

El regalo del Salmón

Andrés Calamaro arrancó el año con una de esas movidas que sus fans agradecen: muy a su estilo, el Salmón donó un disco a la revista española Efe Eme, que celebra su décimo aniversario ofreciendo en su sitio (www.efeeme.com) la descarga gratuita de Nada se pierde. Y no es un regalo para andar despreciando: las grabaciones camboyanas, versiones alternativas y tomas en vivo incluyen varias perlas apreciables. Desde la apertura con hiperkinesia electrónica y deforme de “Up in the morning”, Calamaro entrega un par de covers que de por sí justifican el click. En primer lugar, una versión nocturna, piano Rhodes y voz bien al frente, sencillamente hermosa, de “Bajan”, el clásico spinettiano incluido en Artaud al que Andrés le encuentra el justo punto de cocción. Pero puede considerarse al mismo nivel su revisita de “Pato trabaja en una carnicería”, canción de Moris que, cosa poco común, mejora más y más a cada año que pasa y que Calamaro canta con amor y sentimiento. Aparece allí también una lectura de “Mejor no hablar de ciertas cosas” (Sumo) en plan jazz funk deforme, un ahumadísimo tributo a Bob Marley con “Slave driver”, un par de tangazos —“Los mareados” y “Jugar con fuego”— y el clásico de clásicos “I can’t help falling in love” en vivo (armónica dylaniana incluida), pasajes de cuelgue instrumental como “New Jimi doesn’t surf” y “Jamming with myself” y una versión encumbiada de “Días distintos”: en total, una docenita de canciones a cero peso y alto valor artístico y emocional, con las que el hombre de la lengua popular abre una temporada que promete nuevas giras y movidas inevitables para su espíritu inquieto.

Ringtones alemanes

El Tribunal Supremo alemán dictaminó que no es necesaria la autorización explícita del compositor de una canción para que ésta sea convertida en tono musical para el celular. Según la corte, los acuerdos suscriptos entre los músicos y la sociedad alemana de derechos de autor (GEMA), que autorizan a la entidad a controlar el uso del trabajo de éstos, permiten que con sólo una licencia de la GEMA se pueda hacer la versión polifónica. Sin embargo, ello únicamente es posible para los contratos firmados entre ambas partes después de 2002, ya que antes de ese año los acuerdos no contemplaban dicha posibilidad.

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