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Jueves, 20 de septiembre de 2007

ENTREVISTA AL MEXICANO CLAUDIO VALDES KURI

“Pocos castrati llegaron a ser célebres como Farinelli”

El director presenta hoy en el festival De monstruos y prodigios. La historia de los castrati, espectáculo que alerta sobre “las barbaridades que hacemos en pos de una meta”.

 Por Hilda Cabrera

Ciertos Habitantes no equivale a elegidos sino a personas que decidieron ser parte de un proyecto. El director mexicano Claudio Valdés Kuri fundó en 1997 Teatro de Ciertos Habitantes para que fuera punto de encuentro. Para este actor, músico, iluminador, escenógrafo y documentalista “la compañía tiene habitantes de todas partes del mundo que por cierto tiempo se dedican a un mismo fin”. Esta es hoy su definición. Esa confluencia se verifica en De monstruos y prodigios. La historia de los castrati, espectáculo que representa a México en el Festival Internacional de Buenos Aires. Cine y música alientan las creaciones de Valdés Kuri, quien a los once años ya estudiaba actuación y música, disciplinas que no abandonó. Formó parte del grupo austríaco Carpa Theater y creó el Cuarteto Vocal de Música Antigua Ars Nova, especializado en música renacentista y barroca latinoamericana. Se dedicó al cine documental y a la dirección escénica estrenando obras como Becket o el honor de Dios, ¿Dónde estaré esta noche? y El automóvil gris. Esta última se verá también en la gira programada por el INT en varias provincias, y el 6 y 7 de octubre en el Teatro Nacional Cervantes: “Ahí dos actrices hacen las voces de los personajes de una película muda”, adelanta el director en la entrevista con Página/12. Se trata de una experiencia de narración japonesa denominada benshi. “He conjuntado mis tres pasiones en la escena, siempre con música en vivo y con actores-músicos que, cuando no lo son, deben aprender la disciplina que requiere el montaje. Por eso los tiempos de gestación son largos”, explica.

–¿Relaciona el fenómeno de los castrati con la idea de que la belleza exige sacrificios?

–A los castrados se les imponía algo de lo que no tenían mucha idea. Eran niños de once años que no sabían las consecuencias de lo que les exigían. Significa un poco todas esas barbaridades que hacemos y justificamos en pos de una meta. Me recuerda comportamientos de hoy en el deporte y el arte, como tomar pastillas que alteran el funcionamiento del cuerpo. En el caso de los castrados, los niños lograban proezas vocales irrepetibles.

–¿Era una transgresión moral?

–No tomamos posición en la obra, simplemente exponemos. Esta práctica era común en los siglos XVII y XVIII. Las contradicciones se daban en todos lados: el Vaticano promovía a los castrati, los contrataba, pero también lanzaba condenas (en Italia se castraban hasta cuatro mil niños por año). Pocos castrati lograron éxito o fueron célebres como Farinelli (Carlo Broschi). La mayoría terminaba haciendo cualquier otra cosa para sobrevivir. Ahora hacemos otro tipo de cosas en pos de una belleza ficticia que posiblemente otras culturas calificarán de aberrantes.

–¿Por qué eligió como tema central el de los castrati?

–La elección partió de una necesidad personal de Javier Medina, el sopranista principal de la obra. Javier tiene la voz natural de soprano. Siendo niño enfermó de leucemia y le aplicaron un tratamiento que le produjo una inhibición hormonal. No es un castrado, tiene una garganta de niño. En determinado momento, sintió que debía hablar sobre esto.

–De monstruos y prodigios... se estrenó en el Festival de Cádiz. ¿Prefiere esa difusión? ¿Trabaja por encargo?

–Esta obra no fue por encargo, pero hacemos coproducciones con festivales y con distintos países. En México es imposible realizar una obra únicamente con el aporte de las instituciones del país. La compañía vive básicamente de las funciones en gira. El teatro contemporáneo en México no es tan vasto como en la Argentina. Nunca lo ha sido y eso se debe a que tenemos una importante población indígena y mestiza. El teatro contemporáneo latinoamericano está muy arraigado en la tradición europea.

–En los años ’60 y ’70 prosperaba el teatro campesino, por ejemplo, un teatro localista y universal al mismo tiempo.

–El teatro cultural existe, pero el Estado le destina menos presupuesto. Pero los apoyos se han democratizado: antes eran sólo para tres o cuatro figuras y ahora se dan becas a los menos conocidos.

–¿Influyó en su teatro su origen libanés?

–La comunidad libanesa participa poco de la cultura. Está integrada al país, pero se dedica al comercio. Los millonarios mexicanos son libaneses, como el magnate Carlos Slim. Lástima que no sean mis parientes.

* Funciones en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín (Corrientes 1530), hoy y mañana a las 20, y el sábado a las 17. En Rosario se estrena este domingo. Habrá funciones con esta obra y El automóvil gris, en Mendoza, Córdoba y Catamarca de acuerdo con el diagrama de la red de festivales del INT que se viene realizando en las provincias.

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Valdés Kuri es también actor, músico y documentalista.
 
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