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Lunes, 26 de septiembre de 2016

SERIES › EL ESTRENO DE EL EXORCISTA, POR LA SEñAL FX

Vuelve el clásico de clásicos

El viernes pasado se estrenó en la pantalla chica la serie basada en la película de terror más icónica de todos los tiempos. Protagonizada por Geena Davis, la adaptación evoca al clásico de los 70 y a otras producciones sobre posesiones infernales.

 Por Federico Lisica

El viernes pasado FX estrenó El Exorcista (irá en ese día a las 23 hs y se podrá ver por la plataforma Fox Play dos horas después de cada emisión). Más de uno habrá deseado estar frente al televisor, munido de agua bendita, lanzándole chorritos al aparato, gritándole cual Max von Sydow: “¡El poder de Cristo te obliga!”. Definitivamente hay algo sacrílego en la propensión a relanzar clásicos bajo el formato televisivo (en las próximas semanas llegarán Arma Mortal y West World), ironía directa en este caso por el tótem evocado. En el género de terror no hay película más venerada que aquella de 1973, dirigida por William Friedkin y basada en la novela epónima de William Blatty, sobre una adolescente poseída por un demonio. Perfecta e inoxidable en aspectos narrativos, técnicos, de actuación, sonoros y hasta en los mitos que circulan sobre su realización. Lo bueno es que en el primero de los diez episodios de la serie no hay necesidad de espanto, al menos, por los peores prejuicios.

Más allá de los cambios de personajes y contexto (sucede en Chicago y en la actualidad), la historia es, en esencia, la misma. El padre Tomás Ortega (Alfonso Herrrera) recibe el pedido de una madre para que indague el comportamiento de su hija que acaba de volver de la facultad (Brianne Howey). Un dato: aquí la familia es de cuatro integrantes. Además de la chica en cuestión, está la madre (Geena Davis), una hermana menor (Hannah Kasulka), junto a un esposo convaleciente y alejado (Alan Ruck). ¿Catherine atraviesa una rabieta o realmente está por vérselas con el otro lado? ¿Su madre está sugestionada al oír voces en las paredes o sufre de depresión? ¿Cuánto tiene que ver con todo ello la rara enfermedad del padre? Intrigas interesantes que irán siendo descartadas por el miedo mayor ante anuncios evidentes. Por ejemplo, cuando en medio de una charla entre la madre y el curita dubitativo, una paloma rompe el vidrio de un convento. El hombre de Dios tendrá además visiones inquietantes: en estas, otro sacerdote, Marcus Keane (Ben Daniels), lucha cuerpo a cuerpo y crucifijo en mano contra un demonio empotrado en el cuerpo de un chico mexicano. La semilla ya está plantada: por un lado la familia sufriente, por el otro la dupla conformada por el clérigo virginal en estos temas y el templario experto en la lucha contra Satán.

A diferencia de Damien –el reciente relanzamiento de La Profecía que incluyó extractos de aquella película–, El Exorcista opta por un camino distinto. Se toma la misma madera pero para fabricar un mueble nuevo con ornamentos muy reconocibles (tal como funcionó con otros programas como Fargo y Hannibal). En este sentido, El Exorcista dialoga con su progenitora, pero también con otras producciones del género como la película El exorcismo de Emily Rose (Scott Derrickson, 2005) y la serie Outcast que emitió la misma señal. Una diferencia básica es que hay más tiempo para explorar todo ese universo y dotarlo de su propia lógica. A nivel visual se perciben texturas varias y un trabajo de edición más violento. El escenario resulta menos claustrofóbico e invernal, aunque cercano. Las evocaciones aparecen como ramalazos inesperados: la melodía de Mike Oldfield (“Tubular Bells”) o la mención explícita al caso de los 70. Su productor y guionista, Jeremy Slater, fue muy perspicaz en convocar a Rupert Wyatt para que se encargara de la dirección del piloto (el director había hecho un gran trabajo para la renovación de la franquicia en cine de El Planeta de los Simios). Ambos señalaron que son muy conscientes del legado de la obra y que hubiera sido un gran error simplemente imitarla. “La audiencia sabe cuándo el horror está por venir, así que tenés que premiar su paciencia contando la mejor historia posible, sin caer en el shock gratuito. Es una maldición y una bendición porque te fuerza a crear nuevos miedos y formas de asustar a la gente”, dijo Slater. Porque exorcismos puede haber varios, pero solo uno con Regan McNeil, la dupla de sacerdotes Karras-Merkin y la cama saltarina y las emisiones de fluidos desagradables.

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La serie encuentra un buen balance entre el film y la adaptación televisiva.
 
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