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Martes, 10 de mayo de 2016

MUSICA › JOSé GONZáLEZ, ANTES DE SU PRESENTACIóN DE ESTA NOCHE EN EL TEATRO COLISEO

“El dogmatismo me resulta un problema”

Nació en Gotemburgo (Suecia), aunque su nombre revela orígenes
cercanos. En esta nueva visita, mostrará en el renovado teatro
las canciones de In Our Nature, su más reciente disco solista.

 Por Yumber Vera Rojas

Si bien el show de José González es apto para todo tipo de escenarios, desde salas de conciertos hasta megafestivales al aire libre, pasando por carpas de circo y museos de arte, el cantautor sueco asegura que uno de sus mejores recitales lo dio en la patria de sus padres, en 2012, cuando fue parte del Movistar Free Music. Pero no se refiere a su performance ante la muchedumbre que colmó el predio del Planetario porteño, sino al que ofreció un rato más tarde en el domo del Galileo Galilei, donde la galaxia se tornó en alucinante festín sonoro en 360 grados. “Lo del Planetario fue muy especial”, afirma el artista de abolengo mendocino, al otro lado del teléfono, desde su estudio en su Gotemburgo natal. “Recuerdo que mis amigos, que en aquella oportunidad tocaron conmigo, me dijeron que fue una de las mejores versiones mías que vieron. Cada vez que toco es un poco diferente. Depende más de la reacción del público o del sonido que de si es en un lugar pequeño o grande. Pero sería muy lindo seguir haciendo más Planetarios.”

A pesar de que esta vez el espacio exterior no podrá presumir de sus mejores constelaciones, el crack del indie folk regresa a Buenos Aires para encarar hoy a las 21 su primer espectáculo en un teatro porteño, el histórico y reformado Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125), así como para presentar Vestiges & Claws (2015). El tercer álbum de estudio de González apareció ocho años después de su último trabajo solista, In Our Nature, aunque en el medio lanzó dos discos con Junip, el grupo que lidera. “Tras tantas vueltas, creo que se trata de un álbum bueno”, cavila el músico, quien, antes de darle forma a su flamante repertorio, publicó un aviso en Facebook en el que procuraba un lugar para inspirarse. “Cuando centré mi energía en Junip, lo que incluyó además una gira, me fue imposible sentarme a componer. Pero una vez que salió a la venta el segundo disco de la banda, sentí que contaba con tiempo para escribir y para hurgar entre los demos que tenía. Así que al encontrar espacio esos meses para no hacer otra cosa más que buscar la inspiración, los temas fluyeron.”

–En el documental Extraordinary Life of José González (2010), que gravita en torno a usted en la época de su disco In Our Nature, se lamenta por demorarse mucho en componer. ¿Hizo algo para remediarlo?

–Sigo siendo medio lento, pero esta vez fui más rápido. Lo que me sale fácil es la música. El tema siempre fueron las letras. Y en el documental hablaba de que no siempre sabía sobre qué escribir. Ahora mi método es hacer listas de palabras que me gustan, explorar la imagen y buscar cosas muy prácticas como tener un demo con melodías para ver dónde necesito meter la rima. Considerando que es mi quinto disco, siento que aprendí un poco.

–Si bien en Vestiges & Claws llama la atención su preocupación por la sociedad, a través de una canción como “What Will”, ¿en qué otros tópicos se inspiró al momento de componer los temas?

–Pese a que en el disco abordo varias temáticas, “What Will” trata sobre un asunto que me interesa, que es el Zeitgeist. El término, que en español significa “el espíritu del tiempo”, da cuenta de cómo cambió la sociedad durante décadas. A mí el dogmatismo me resulta un problema, pero lo trabajo a través de preguntas retóricas. Así que en esa canción aparecen dudas acerca de qué hacer y la manera en que vamos a seguir, que surgen a partir de temas de este tiempo como la paranoia europea frente a la situación de los refugiados y los inmigrantes.

–Suecia fue noticia en las últimas semanas por el alerta de atentado del Estado Islámico y por la manera en que la activista Maria-Teresa Tess Asplund enfrentó a una marcha neonazi. Algo que dista de ese paraíso progresista que el resto del mundo admira. ¿Qué pasa en su país?

–A diferencia de otros lugares, en Suecia el riesgo de morir a causa de la violencia es pequeño. Pero el terrorismo islámico es algo que molesta y que se instaló en la gente a través de diferentes términos. Uno de ellos fue creado por la prensa, y confunde a un musulmán con un jihadista. Esto sucede al mismo tiempo que los nacionalistas no quieren dejar entrar en el país a nadie. Aunque la izquierda y el centro más liberal, del que formamos parte mis amigos y yo, siguen adelante en su lucha por enfrentar esas ideas locas.

–A partir de su colaboración en la banda de sonido de The Secret Life of Walter Mitty, sembró muchas expectativas de cambio en su estilo musical. ¿Cómo fue la experiencia de participar en esa película?

–Me encantó ser parte de la película porque está Ben Stiller. También fue una experiencia nueva hacer música para escenas y tratar de que sonaran bien con las ideas que tenía Theodore Shapiro, quien hizo la mayor parte de las composiciones. Aprendí mucho, pese a que era una propuesta simple pensada para guitarra y voz. Lo que resultó difícil fue hacer canciones enteras, que era lo que necesitaban para promocionar el film. Y es que en ese momento estaba metido en Junip, y no tenía tiempo. Así que terminé cantando temas que compuso Ryan Adams. Fue gracioso ver en Alemania a gente contenta por haber cambiado mi estilo hacia algo más rockero.

–Aunque sigue siendo fiel a esa impronta oscura que atraviesa a su obra solista, en su nuevo trabajo también hay pasajes optimistas y hasta luminosos. ¿Por qué se animó a equilibrar esos contrastes?

–Buscando entre mis demos, empecé a darme cuenta de que quería que mi tercer disco fuera similar a los anteriores: con guitarra acústica, cantado por mí y grabado en mi estudio. Por más que al final lo hice en casa. Pero noté que algunas canciones tenían otro estilo y les faltaba algo. “Let It Carry You” es una de ésas. La guitarra era muy aburrida y le metí cosas hasta que sonó diferente. Así que, si bien están dentro del mismo estilo, los temas tienen otra paleta.

–¿Está abierto a grabar con grupo algún disco solista suyo?

–Si uno empieza a trabajar con más gente, termina cambiando de estilo. Algo que me inspiró mucho fue la música de Arthur Russell, porque se nota que es un artista que está metido en la suya y que, por más que no tiene control de su sonido, posee una expresión muy personal.

–¿Sigue en pie su intención de cantar en español?

–Por distintas razones, lo hice en inglés todo el tiempo. Me cuesta escribir en español y en sueco, que es mi primer idioma. Pero no es un deseo al que le haya cerrado la puerta. Cuando me salga, será algo lindo.

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