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Jueves, 9 de julio de 2009

CINE › LA ZONA, COPRODUCCIóN MEXICANO-ESPAñOLA DIRIGIDA POR RODRIGO PLá

Una fábula sobre el paraíso cercado

La “normalidad” amurallada de un barrio privado se ve interrumpida por la irrupción de un pibe chorro que terminará perseguido por policías y vecinos: el problema es que el film de Plá no deja espacio a ninguna interpretación alternativa.

 Por Horacio Bernades

Coproducida con capitales españoles y dirigida en México por el realizador uruguayo (radicado en ese país) Rodrigo Plá, al inicio de La zona la cámara recorre un pristino, paradisíaco barrio privado, hasta chocarse casi contra un muro. Rematado en alambre de púas y con una cámara de vigilancia que no apunta hacia fuera, sino adentro, el muro devela el presunto paraíso como lo que en verdad es: una jaula de oro. Más allá del muro, el mundo real, que si no es una villa miseria se le parece bastante. Completando el sentido del plano, una mariposa se eleva, revolotea y termina huyendo, eligiendo tal vez la libertad del mundo en lugar de la prisión de lujo. En ese travelling, que dura apenas unos segundos, La zona comunica al espectador, de modo obvio y transparente, la tesis que la siguiente hora y media se ocupará de demostrar. “El cine no demuestra, sólo muestra”, sostuvo alguna vez François Truffaut, oponiéndose al cine “de mensaje” que imperaba allá por los ’60 y ’70. Yendo a su vez en contra de ese axioma, La zona reedita, treinta o cuarenta años más tarde, aquel cine “de mensaje” al que Truffaut y la cinefilia en pleno supieron oponerse.

Escrita por el realizador junto a la coguionista Laura Santullo, la fábula de La zona pone a ese organismo o comunidad cerrada en presencia del virus contra el que levantó todas sus defensas: un pibe chorro. En una noche de tormenta, aprovechando un extraño accidente (un pesado tablero de publicidad cae sobre el muro y derriba parte de él), tres chorros de las inmediaciones entran al barrio e intentan robar en una casa. Una anciana es muerta, dos de los intrusos son abatidos y un tercero logra huir, pero sólo para quedar atrapado dentro de los límites del barrio. O de la zona, como se lo llama desde el título. Detectado por las cámaras de vigilancia, los vecinos tratarán de atraparlo, manteniendo a su vez lejos a la policía. Es que en medio de la refriega un vecino ha matado, sin querer, a un guardia. Versión de cemento de la isla de El señor de las moscas, la comunidad deviene dictadura, con algunos halcones predispuestos a ejecuciones sumarias, intentando silenciar, aislar o cooptar a las palomas del lugar. Entre éstas, Blanca Guerra (inolvidable protagonista de La reina de la noche, de Ripstein) y la familia que encabezan Daniel Giménez Cacho (otro ripsteiniano, de Profundo carmesí) y Maribel Verdú.

Mientras tanto y como en espejo, la misma escisión entre halcones y palomas surge entre la superioridad policial. Que, a diferencia de lo que suele ocurrir en los países latinoamericanos, incluye, por lo visto, miembros honestos y bienintencionados. Producida con apoyo de varias de las principales fundaciones de apoyo a cinematografías emergentes y presentada en varios festivales internacionales, un par de años atrás La zona ganó no pocos premios, incluido el de Mejor Opera Prima en Venecia y el de la crítica internacional en Toronto. Como el propio barrio privado que es su verdadero protagonista, La zona es una fábula cuidadosamente diseñada e impecablemente ejecutada, cuyo sentido ha sido previamente amurallado. No hay otra interpretación o lectura posibles que no sean las que desde el guión se han asignado. La burguesía deviene dictadura, la policía mantiene el statu quo, los pobres son perseguidos o librados a su suerte, la juventud es la única esperanza. Como toda alegoría, como todo film “de mensaje”, La zona es reductible a una serie de lugares comunes, como de poster, que no hacen otra cosa que refrendar en el espectador aquello que ya sabía antes de entrar a la sala. La clase de película que suele ganar prestigio y premios, en concursos y festivales.

5-LA ZONA

(México/España, 2007)

Dirección: Rodrigo Plá.

Guión: R. Plá y Laura Santullo.

Fotografía: Emiliano Villanueva.

Intérpretes: Daniel Giménez Cacho, Maribel Verdú, Alan Chávez, Daniel Tovar, Carlos Bardem, Blanca Guerra y Marina de Tavira.

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La burguesía deviene dictadura, la policía mantiene el statu quo, los pobres son librados a su suerte.
 
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