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Jueves, 6 de diciembre de 2012

CINE › INFANCIA CLANDESTINA FUE LA GRAN GANADORA EN LA SéPTIMA EDICIóN DE LOS PREMIOS SUR

Diez premios para honrar la memoria

La película dirigida por Benjamín Avila se llevó las estatuillas más importantes de las dieciséis a las que estaba nominada: así coronó un año excepcional, que incluye la prenominación para un lugar entre las candidatas al Oscar a la Película Extranjera.

 Por Oscar Ranzani

La fiesta del cine argentino se celebró el martes por la noche en el Centro Cultural San Martín. A pesar del calor reinante en la sala A/B, los festejos también fueron muy cálidos entre los miembros del equipo de Infancia clandestina, primer largometraje de ficción de Benjamín Avila, quien tras un debut como documentalista con Nietos (Identidad y Memoria) en 2004, elaboró esta película que, ya puede decirse, es la película del año. Precandidata al Oscar al Mejor Film Extranjero 2013, en representación del cine argentino, Infancia clandestina cierra un año notable que terminó de coronarse durante la séptima entrega de los Premios Sur, que otorga la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina: la misma institución que la eligió para pelear por una candidatura de los galardones que entrega su par de Hollywood. Coproducida por Habitación 1520, Historias Cinematográficas (de Luis Puenzo) y por Radio y Televisión Argentina (RTA, cuyo titular es Tristán Bauer), la ópera prima de Avila cosechó diez Premios Sur de los dieciséis rubros en los que estaba nominada. Y obtuvo los más importantes: Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actor y Actriz protagónicos y de reparto.

“Les agradezco profundamente los premios y las palabras. Esta película nos excedió en las emociones, nos excedió en todo lo que estábamos haciendo. Fuimos mejores porque todos estábamos dando lo mejor y realmente fue una hermosura poder producir y hacer Infancia clandestina”, comentó Avila al cierre de la ceremonia, cuando subió al escenario con todo su equipo a recibir el Premio Sur a la Mejor Película. Unos minutos antes, se lo notó muy emocionado cuando recibió el galardón al Mejor Director. Luego de dedicárselo a sus hijos y amigos, el cineasta extendió el agradecimiento: “Se lo dedico en especial, de corazón, porque es una lucha eterna, a todos los hijos de desaparecidos, a todas las Abuelas de Plaza de Mayo, a todos esos nietos que están por aparecer y no aparecieron todavía y van a aparecer en algún momento. Se lo dedico a todos los que han luchado y conservado la fe hasta el día de hoy para que podamos vivir en la Argentina que tenemos hoy. Esta Argentina que tenemos hoy fueron muchas vidas que ya no están. Lo que vivimos hoy es porque hay muchos que ya no están y lucharon para que estemos aquí”, expresó Avila en el momento más emotivo del acto.

Es que Infancia clandestina es una película muy personal. La niñez de este cineasta estuvo marcada por la oscuridad de la dictadura: con tan sólo cuatro años, Avila emprendió el camino al exilio con su mamá Charo, militante de Montoneros, y la pareja de ella, que era una de las cabezas de la organización. Tras el golpe de 1976, la familia viajó a Brasil, luego a México y finalmente a Cuba, donde nació el hermano menor de Avila. Pero, a principios de 1979, regresaron a la Argentina como parte de la Contraofensiva montonera. Charo desapareció el 13 de octubre de 1979 y el hermano de Benjamín –que en ese entonces tenía nueve meses– fue criado por otra familia y recuperó su identidad a fines de 1984: fue uno de los primeros nietos restituidos por Abuelas. Aunque no es estrictamente autobiográfica, Infancia... está inspirada en su propia vida. Narra la historia de dos militantes (Natalia Oreiro y el actor uruguayo César Troncoso), quienes desde el exilio vuelven para la Contraofensiva con su hijo Juan, de 12 años, y con su beba Vicky. Se reencuentran con el tío de Juan, “Beto” (Ernesto Alterio). Como la pareja vive clandestinamente, le indica a Juan que fuera de su casa se llamará Ernesto. Desde ese momento, Juan vivirá con una doble identidad. Hasta que en el colegio conoce a una chica de su edad, y no le resultará tan sencillo fingir con su primer amor.

Cuando Oreiro subió a recibir su premio a la Mejor Actriz, le agradeció a Avila “por confiar en mí para interpretar a Charo; a todo el equipo, quiero compartirlo con mis amigas ternadas, agradecerle mucho a mi amor por acompañarme y estar siempre apoyándome, ayudándome en todo. Y se lo quiero dedicar a Sara Ernesta, la mamá de Benjamín, desaparecida en 1979”, concluyó. Por vivir en el exterior, ni Alterio ni Troncoso estuvieron para recibir los Premios al Actor Protagónico y de Reparto. Sí estaba Cristina Banegas para recibir el Premio Sur a la Actriz de Reparto. Banegas, que hace unos días ganó un Emmy por su labor en Televisión x la Inclusión, dijo al comienzo: “Parece que estoy en una buena racha, como diría Andy Warhol: en los quince minutos de gloria que nos toca a cada uno de los mortales”. Luego se refirió a una escena clave de Infancia clandestina, cuando su personaje, la madre de Charo (Oreiro), discute con su hija y le reprocha su militancia durante el terrorismo de Estado, como una representación del “No te metás” y del miedo frente al compromiso político de la juventud. Banegas contó que muchas personas le dijeron: “Esa escena que vos hiciste me pasó a mí con mi madre” o “Me pasó a mí con mi hija”. “Y me parece que eso es muy fuerte, que nosotros, los actores, estemos realmente tan conectados con nuestra historia, con nuestra realidad y que podamos relatarla y dejarla impresa en nuestro cine”, concluyó la actriz.

Otro premio importante para Infancia clandestina fue el de Mejor Guión Original, escrito por Avila junto con el brasileño Marcelo Müller. “Es un orgullo tremendo como brasileño ganar este premio de un cine que siempre admiré mucho y nunca había imaginado que podía participar en él. Ojalá tenga la oportunidad de trabajar mucho más, tanto aquí como allá. Estoy seguro de que si logramos integrar más la industria brasileña y la argentina, todos ganaremos y vamos a hacer un cine cada vez mejor”, señaló. Los otros tres galardones para el largometraje de Avila fueron en las categorías Montaje, Diseño de Vestuario y Sonido (compartido con El último Elvis).

De las trece nominaciones que tenía El último Elvis, dirigida por Armando Bo (nieto), obtuvo seis premios Sur. El más importante fue el de Actor Revelación para John McInerny, el arquitecto y cantante que encarna a un hombre que no sólo quiere imitar al Rey del Rock, sino también llevar su vida. Sus otros galardones fueron en rubros técnicos: Fotografía, Dirección de Arte, Maquillaje y Caracterización, Música Original y Sonido. Las acacias, de Pablo Giorgelli –ganadora de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes 2011–, tenía nueve nominaciones y ganó dos Premios Sur. Uno de ellos lo obtuvo la paraguaya Hebe Duarte como Actriz Revelación. “Para mí ya era un honor estar nominada. Gracias al gran equipo de Las acacias: ellos me hicieron actriz”, expresó muy emocionada Duarte, quien en la película interpreta a una mujer que junto a su beba viaja desde Asunción a Buenos Aires en un camión, cuyo chofer construye con ambas una relación muy especial que se transforma durante el recorrido. Las acacias también fue elegida como la Mejor Opera Prima. El Mejor Guión Adaptado fue el de Paula Hernández y Leonel D’Agostino en Un amor, mientras que el mejor Documental fue Tierra sublevada 2: oro negro, de Fernando “Pino” Solanas. Y como en toda entrega de premios hay una gran vencedora, también hay una película que no recibe nada. En este caso fue Elefante blanco, de Pablo Trapero, que tenía once nominaciones.

Antes de la entrega de las distinciones habló el presidente de la Academia, Juan José Campanella, quien explicó varios proyectos de la institución. Uno es de restauración de cine clásico argentino que presentaron al Régimen de Promoción Cultural del Gobierno de la Ciudad- Mecenazgo. Anunció que va a funcionar “como servicio gratuito de la Academia para recuperar esas películas que admiramos, de las cuales aprendimos”. Otra pata de la gestión “es involucrarnos en la lucha contra la piratería”, según expresó el director de El secreto de sus ojos. “Para ello, estamos trabajando ya hace bastante en la creación de un sitio web de descargas legales de cine nacional.” Y anunció que cuando se concrete este proyecto que cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, “en el sitio de descarga vamos a acceder al gran catálogo de películas argentinas legalmente y, por sobre todo, a un precio competitivo”. Finalmente, están “en las etapas finales de gestación de un programa que otorgará 40 becas anuales durante tres años, totalmente gratuito, para especializar animadores 3D al mejor nivel internacional”, comentó Campanella, quien aseguró que “la Academia lo realizará en conjunto con la Enerc, con apoyo fundamental del Incaa”.

La ceremonia se realizó en el Centro Cultural San Martín, donde hubo calor climático y humano.

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