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Viernes, 6 de octubre de 2006

CINE › “LOS BALLETS RUSOS”, VALIOSO DOCUMENTAL

Los herederos de Diaghiliev

 Por A. M.

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LOS BALLETS RUSOS
Ballet Russes, EE.UU., 2005

Dirección y guión: Daniel Geller y Dayna Goldfine.
Con Alicia Markova, George Zoritch, Mia Slavenska, Marc Platt, Irina Baronova, Nathalie Krassovska, Tamara Tchinarova, Frederic Franklin.

En 2000, los ex integrantes de los míticos Ballets Rusos, esparcidos por todo el mundo, volvieron a reunirse en el Teatro Orfeo de Nueva Orleans, cuarenta años después de su separación. Es este reencuentro histórico el que da pie a Daniel Geller y Dayna Goldfine, dos documentalistas estadounidenses, a desempolvar la historia de esta compañía que combinó por primera vez el talento de Nijinsky, Pavlova, Fokin y Balanchine con el de Stravinsky, Ravel, Picasso y Matisse, virando para siempre el destino de la danza. Para ello, los cineastas llevaron adelante una doble y meritoria tarea: en primer lugar, recompusieron, cual rompecabezas, las peripecias de los Ballets Rusos a partir de una heterogeneidad de testimonios. En segundo lugar, recuperaron materiales de archivo únicos, dispersos y valiosísimos: grabaciones de Jeu d’enfants y La boutique fantastique, de Leonide Massine; la primera puesta de Les Sylphides de Michel Fokine; Rouge et noir, también de Massine, con vestuario diseñado por Matisse; la revolucionaria L’après midi d’un faune, de Vaslav Nijinsky, y Snow Maiden, de Bronislava Nijinska, entre muchas otras.

La historia comienza luego de la muerte de Diaghiliev, el creador de Les ballets russes, quien revivió en París la tradición clásica que Rusia había legado de Francia, y que ésta había olvidado, y a su vez introdujo exóticos vestuarios y decorados en escena y más tarde abrió el camino a la danza moderna. Con la disolución de su famosa compañía y la consiguiente falta de empleo para varias generaciones de bailarines, el mundo de la danza sentía estar viviendo su apocalipsis. Es en ese contexto que, en 1931, dos empresarios, Wasily de Basil y René Blum, decidieron revivir la estética de Diaghiliev y su equipo y crearon Les Ballets Russes de Montecarlo. Es la historia de esta nueva versión de la compañía la que este documental retrata en toda su intimidad. Así, se cuenta cómo las llamadas baby ballerinas, que promediaban los 14 años, fueron reemplazando a las grandes figuras; cómo la gran Markova decidió no hablarle a su partenaire de 23 años hasta que éste cumpliera 30; cómo ésta y la Danilova se disputaban las discípulas o cuánto le costaba a Zoritch levantar a la primerísima ballerina. Y también la historia de las interminables giras a América, la separación del ballet que generó la disputa legal por el nombre de la compañía y el pasaje de Massine y su grupo por Broadway y Hollywood. Un retrato íntimo de todos aquellos que hoy, como maestros y directores de las principales compañías del mundo, continúan esparciendo su legado.

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