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Viernes, 16 de septiembre de 2011

PLASTICA › LA MUESTRA ARTE Y TRABAJO, EN EL MUSEO DEL BICENTENARIO

El trabajo como disparador de belleza

Antonio Berni, Antonio Seguí, Daniel Santoro, Ricardo Carpani y Francisco Imperiale son sólo algunos de los nombres de la notable muestra que puede verse en la ex Aduana Taylor, gratis.

El trabajo ha sido reflejado en el arte a lo largo de la historia de la humanidad. Y la visión artística siempre conlleva una postura ideológica: sobre eso da cuenta la muestra plástica Arte y Trabajo, que se inauguró oficialmente ayer en el Museo del Bicentenario (ex Aduana Taylor) y que cuenta con piezas de célebres artistas plásticos argentinos. “Lo más rico y novedoso del arte siempre ha sido aquel que planteó una transformación social, una crisis y una mirada crítica. Los artistas innovadores son los que proponen un mundo distinto. Y eso está claro en esta muestra”, definió en diálogo con Página/12 el secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina.

Uno de los objetivos de la muestra organizada por la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) es “democratizar el acceso a bienes y saberes”. Según explicó Andrés Rodríguez, secretario general de la UPCN, la idea es que las pinturas “abandonen el circuito privilegiado de las elites y se incorporen al circuito popular”. Es que la exposición intenta ser la otra cara de los museos cuyas obras son “apropiadas por los sectores con poder económico”: “Las colecciones de arte suelen permanecer cerradas y rara vez toman estado público. Por eso, armar una colección como esta supone un proceso inverso: tiene que ser exhibida en todas partes”, diferencia Rodríguez.

Como se sabe, el arte requiere de un ida y vuelta: “Contemplar una obra es un ejercicio no sólo estético, sino emocional y de análisis. Hay que romper con ese mito que dice que no todos pueden comprender una obra”, destacó Rodríguez. La muestra cuenta con 25 piezas seleccionadas durante siete años. Se trata de un recorrido por la temática del trabajo en el mundo del arte argentino cuya producción abarca los primeros tres cuartos del siglo XX. En las paredes del museo –que abrió sus puertas en mayo– cuelgan piezas de artistas argentinos de reconocido prestigio nacional e internacional (como Antonio Berni, Antonio Seguí, Daniel Santoro, Javier Maggiolo y tantos otros), maestros nacionales hoy olvidados por la crítica de arte e ignorados por el público. Y también la integran artistas extranjeros que se radicaron en el país. “Es una muestra muy valiosa, porque muchos de esos autores son desconocidos por el público en general y eso fue una consecuencia, en parte, de su compromiso político. Es que algunos pagaron con el ostracismo y otros con el olvido por jugarse por una causa social”, sostiene Abal Medina, mientras se toma alguna que otra fotografía con los jóvenes que se acercan a saludarlo. Es que el público joven fue el que predominó en el encuentro.

“El arte tiene que estar al servicio del pueblo. Los grandes artistas siempre miraban críticamente la realidad, y creo que los esfuerzos del mercado para tamizar y pasteurizar el arte y quitarle sentido chocan contra eso”, dice Abal Medina, y señala con la mirada las obras expuestas. Todos los artistas que integran la muestra tienen en común que sus obras evidencian una profunda sensibilidad social y una clara posición política. Cada uno con su estilo y técnica –desde el impresionismo hasta el paisajismo, pasando por el surrealismo y el realismo social–, retrató escenas del mundo del trabajo urbano y rural. Así, en el Regreso al rancho, Luis Tessandori dejó inmortalizada una escena intensa y lúgubre de una mujer que regresa a su rancho al caer la noche. En la otra vereda, un discípulo de Quinquela Martín, Francisco Imperiale, recreó en su óleo Trabajo en el puerto cómo era la típica vida en ese costado de Buenos Aires.

Pero otros usaron sus pinceles para mostrar una mirada más puntillosa: las luchas y los conflictos sociales relacionados con las condiciones de trabajo. Un caso es el de la pintura Niña y cabra (1960), de Antonio Berni, o la cruda obra de Ricardo Roque Carpani titulada La huelga, en la que se puede ver el rostro parco de un grupo de trabajadores que realiza una protesta laboral. “El trabajo es siempre un tema clave y que reviste muchas facetas. Porque está el trabajo positivo, agradable y bien remunerado, pero también está el poco considerado y sacrificado. El trabajo a veces es agradable y otras triste”, describió Juan José Ganduglia, director del Museo del Bicentenario.

* La exposición estará abierta hasta el 25, de miércoles a domingos de 10 a 18, en el Museo del Bicentenario (Hipólito Yrigoyen y Paseo Colón).

Informe: Sergio Sánchez.

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“Hay que democratizar el acceso al arte”, dijo Abal Medina.
Imagen: Pablo Piovano
 
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