La relación actual ente Urlezaga y el Teatro Colón no es nada buena. En junio pasado se dio a conocer el conflicto que el bailarín tiene con el primer coliseo porteño, motivado por “unas funciones del 2008 de Carmina Burana que fueron canceladas y nunca fueron reprogramadas”. Estas iban a realizarse en el Teatro Opera ya que el Colón, dirigido entonces por Horacio Sanguinetti, estaba cerrado por el plan maestro de obras de remodelación. Según explica el bailarín, el Colón le debe dinero, pero la gestión actual, a cargo de Pedro Pablo García Caffi, no quiso retomar las negociaciones ni tampoco hacerse cargo del problema suscitado dos años atrás. “Me sorprende que actúen como si el Colón hubiera empezado hoy con su actividad, sin asumir los conflictos de gestiones previas para intentar resolverlos. Es un teatro de años, que no arrancó ayer, sin embargo no tienen en cuenta lo que viene de antes. Siento que no hay mucho amor hacia los artistas y, por ahora, no creo que vuelva a bailar allí. Al menos, no con esta gestión”, afirma el artista, que llegó al país el pasado 22 de octubre, cinco días antes de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. “Seguí los hechos por la tele. Me impresionó la demostración de afecto, la cantidad de gente joven y de militantes que se acercaron a la plaza. Fue muy fuerte”, agrega.