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Martes, 14 de marzo de 2006

Latinoamérica en la pantalla grande

El Festival ofrece un completo recorrido por diferentes formatos, géneros y temas. Aquí, algunas perlas para no perderse.

Muchas de las películas latinoamericanas son las estrellas de la XXI edición del Festival: sus funciones se llenan y se las nombra como candidatas al premio mayor... En la competencia oficial se destaca Chicha tu madre (hoy en el cine Colón, a las 17 horas), de Gianfranco Quattrini, historia de un taxista y lector de tarot en una Lima por fuera del pintoresquismo; la ciudad es el marco circunstancial para que Julio César viva su iniciación tardía cuando se entere de que su hija está esperando un bebé. Su mundo interior cambia, se termina su matrimonio, se replantea su oficio. Quattrini narra con cierta extrañeza, con una voz en off casi paródica, con separadores que ligan una historia mundanísima de burdeles, putas, taxis y peleas conyugales a un complejo plano espiritual. El director suizo, naturalizado peruano y radicado en la Argentina, que antes se consagró como hacedor de videoclips de Catupecu Machu, Divididos y otros, deja hablar a sus criaturas, genera una empatía inmediata con su Julio César de ficción que deja que las cosas hagan con él como un destino, pero desplegando ese planteo metafísico en situaciones de comedia que lo alivianan. También compitiendo por el premio a la Mejor Película figura El método, de Marcelo Piñeyro, que se enfrenta a un riesgo mayúsculo: traducir una obra de teatro como El método Gronhölm al lenguaje audiovisual y salir airosa. El film logra que se despliegue con eficacia una atmósfera paranoica en un ambiente hermético, allí donde las alianzas y la falta de escrúpulos reinterpretan el código del programa masivo (el encierro del reality show), pero con intenciones de parábola directa sobre el canon neoliberal (mañana a las 23, en el Colón).

Fuera de la competencia, en la sección “América latina XXI”, sobresale Batalla en el cielo (mañana a las 23.15, en Del Paseo 3), que continúa la línea del primer largometraje del director mexicano Carlos Reygadas: trabaja con actores no profesionales, se atreve a plasmar un retrato minucioso de “lo repugnante”, apuesta al impacto del sexo explícito, choca con su narración de hombres y mujeres al margen del mandato urbano moderno contando a un hombre que viaja a un lugar remoto (en Japón) o a los seres al margen de la ley, por fuera de toda belleza publicitaria en Batalla.... En la misma sección, se puede ver Se arrienda, cuyo clímax está en la primera media hora: acierta con el enrarecimiento de la imagen, la vuelta a un blanco y negro un poco borroso, el sonido levemente interferido para mostrar el pasado de sus personajes, cuando eran jóvenes, en un tono que oscila entre la ensoñación y el registro de telefilm viejo (hoy a las 15.15 en el Ambassador 2). Otra destacada de la misma sección es la brasileña Cidade baixa, de Sergio Machado (discípulo de Walter Salles) que ya ganó el premio mayor en el festival de Huelva y sorprende con un triángulo amoroso en escenario acuático. Los hombres de Cidade... se relacionan y –sin saberlo– reflexionan sobre la amistad y sus reglas, y son puestos a prueba cuando deban emigrar de Brasil (hoy a las 23.15, en el Ambassador 3). El corto Obreras saliendo de una fábrica es otro imperdible que –tomando como excusa 16 planos secuencia sobre la vida cotidiana de un grupo de obreras– propone una reformulación del film histórico de los Hermanos Lumière en un ensayo sobre cómo animarse a revisar un clásico.

Entre los documentales latinoamericanos, el argentino Hotel Gondolin (mañana a las 21, en el Ambassador 4), de Fernando López Escrivá, es un efectivo retrato colectivo de un grupo de travestis asociadas para fundar un hotel que las albergue y las contenga en Palermo. La cámara espía se entromete en la prostitución, las drogas, la falsa moral sexual en los antípodas de las excursiones televisivas a la miseria y la rareza, sin pretensiones de amistad o demagogia, como un mosquito molesto pero revelador. Otro documental argentino, Porno (sábado a las 23, en el Ambassador 4), de Homero Cirelli, propone un atrapante experimento: husmear en la intimidad de un rodaje de película condicionada, logrando deserotizar la charla y el acto sexual hasta hacerlo tan común y corriente como una conversación sobre clima o un repaso de noticias a la hora del mate. El film de Cirelli, destacado entre la producción argentina incluida en el Festival, propone una renovación de la técnica del documental: más cercano a la ficción, reflexionando sobre su propia condición como en una caja de mamushkas, sin narración en off ni agregados textuales. La familia artificial de Porno (actores y técnicos) comenta la práctica sexual del día con naturalidad y cierto desdén, pero sobre todo aportando a una pregunta inquietante: ¿y si se extingue el deseo?

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Chicha tu madre, de Gianfranco Quattrini, un suizo nacionalizado peruano y radicado en la Argentina.
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