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Viernes, 17 de julio de 2009

POP

¡Oh, querida!

Joven musa de la canción pop –cortas y con estribillos de hit–, virtuosa de muchos instrumentos exóticos, Basia Bulat hipnotiza con sus aires de princesita alternativa.

 Por Guadalupe Treibel

La voz partida juega al lamento y –aterciopelada– regala una o dos emociones de estado de situación, de amores quebrados o suspendidos. “¿Quién cree en el destino, de todas maneras?”, ironiza desde Snakes and Ladders, uno de los tracks presentación donde asoma el vibrato folkie de la juglar moderna Basia Bulat, canadiense/rubia debilidad que apuesta a la simplicidad naïf acompañada de piano, guitarra, cuerdas, ukelele... entre otras cosas.

Con toquecitos pop y dosis de “canción popular melodramática” (según autodefine en su MySpace), la muchacha de 25 años sólo tenía 23 cuando grabó su primer y, hasta el momento único, larga duración (Oh, My Darling): “La intención fue llevar adelante un proyecto divertido, no un trabajo focalizado, concentrado”, explicó Bulat en alguna oportunidad. Para eso, cargó el auto con instrumentos y amigos rumbo al estudio autogestionado y todos se dieron a varias –pero breves– jam sessions que derivaron en canciones terminadas. Como “In the night”, donde la chica se lamenta: “Todas las esperanzas que habías abrazado por tanto tiempo / y los fuegos que perseguiste, ahora se fueron / Puedo decir que estás lejos de la persona que amas / Oh, la noche tarda tanto en caer”.

¿Resultado final? Un cancionero de 13 temas donde la voz aloDevendra Banhart (o sea, a lo Marc Bolan a fines de los ’60) despliega melancolía, aun con sus momentitos lánguidos e inofensivos. Con todo, la princesita alternativa –criada en Toronto– entrega buenas canciones, producidas por Howard Bilerman (ex Arcade Fire), que pueden bajarse por Internet o escucharse vía web: www.basiabulat.com o www.myspace.com/basiamyspace, a la espera de su nuevo material. Ojo, que online se escuchan perlitas, como el cover de “Touch the Hem of His Garment”, de Sam Cooke. Sobre su próximo material, la artista anunció algunas pequeñas modificaciones con la idea de “elevar la barrita de calidad”: “Quiero hacer más con la guitarra e incorporar instrumentos nuevos, como el acordeón. Como músicos, es el momento de explorar nuestros propios límites”. Al fin y al cabo, Basia lo hace desde los tres años, cuando golpeteaba las teclas del piano de mamá profesora con voluntad y algo de ritmo. Después, vendría la guitarra, el banjo, el ukulele, saxo, flauta y más ¡Incluso el Autoharp!, una especie de citara que su mamá –profesora de piano– le compró en una venta garaje de la casa vecina. Porque estaba barato nomás.

Así, la música siempre fue moneda corriente para la multiinstrumentista. De chica, en su hogar sólo se sintonizaba una radio con programación (semi) constante: Motown, Beatles y Beach Boys, etcétera. Pero nada de rap, metal y otros géneros que poco tienen que ver con su música y, en plano general, con su vida. Quizá, de ahí los temas de 2 minutos y medio, concisos y ¿estribilleros? En sus propias palabras: “Tiendo a gravitar hacia cortas canciones pop con pequeños ganchos aquí y allá. No sé si siempre será así, pero definitivamente aprecio un tema que haga sonar las palmas”.

A aplaudir entonces, como lo hará el público de los festivales indie folk canadienses donde tocará Bulat en julio. Como lo puede hacer cualquiera, prendiendo la PC y subiendo los parlantes, para disfrutar una voz diferente, joven promesa que juguetea con su guitarra cruzando un par de fronteras.

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