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Lunes, 1 de julio de 2002

FúTBOL › PABLO CAVALLERO, ARQUERO DE LA SELECCION

“Fuimos un fracaso”

Pensaban jugar la final, y la vieron desde muy lejos. El arquero, uno de los pocos jugadores de la Selección que habló con la prensa, explica por qué se vivió la eliminación de manera frustrante, se lamenta de la falta de suerte del equipo y asegura que no vio un solo partido del Mundial por TV.

 Por Adrián De Benedictis

Después de varios días de la eliminación argentina, ¿hiciste un análisis más profundo de la situación?
–Creo que fue un fracaso. Siempre que hay un hecho inesperado, uno siempre califica las cosas de la peor manera. Pero la realidad dice que nos fuimos del Mundial en la primera ronda, y eso fue algo que no entraba en la cabeza de nadie.
–La palabra fracaso apareció inmediatamente, desde todos los sectores. Ahora, con más frialdad, ¿sigue siendo así?
–Por ahí fue una frustración. Uno lo llama fracaso por cómo estaban encaminadas las cosas, por la ilusión que se había creado por el buen rendimiento que tenía la Selección, y sobre todo porque no se llegó a un objetivo deseado. Seguramente por todo eso uno es más drástico y lo llama fracaso.
–Y en lo personal, ¿cómo lo viviste?
–Creo que fue una sensación muy general. Todos estábamos muy ilusionados con que las cosas salieran bien, y no se nos dio. Eso fue un palo muy duro para todo el plantel.
–¿El factor principal que vos le encontrás a esta circunstancia fue el bajo rendimiento?
–No. Me parece que la causa principal fue que no tuvimos la suerte de ligar en algunos partidos, donde las situaciones se habían creado y que no pudimos convertir, y entonces tuvimos que salir a pelear partidos donde siempre estuvimos en desventaja.
–Intimamente, ¿estaban convencidos de que ganaban el Mundial?
–Mirá, si ganábamos el Mundial no sé, pero sí que estábamos en condiciones de pelear entre los primeros puestos. Hay algo en el fútbol que es muy difícil de conseguir: el convencimiento y tener una idea común entre todos. Si bien no se hablaba, eso se podía palpitar, y uno interiormente era consciente de que podíamos ser protagonistas hasta último momento.
–A esta altura, ¿tenés algo para reprocharte? ¿Hubieras cambiado algo de lo que sucedió?
–Creo que no. Desde la forma en que se trabajó, el profesionalismo que estos jugadores le dieron a la Selección, al cuerpo técnico, y la honestidad para hacer todo, no hay lugar al reproche. Cuando vos tomás un montón de recaudos, y analizás todos los detalles para hacer las cosas bien y después no llegás al objetivo, se hace difícil cuestionarse algo. Ahora, si hubiéramos hecho las cosas mal, o no hubiésemos priorizado la parte deportiva, creo que sí estaría arrepentido de algo. Aunque en este caso no fue así. Pero no sólo es un pensamiento personal sino grupal: todos coincidíamos con lo mismo. Me parece que fue algo injusto por todo lo que hizo este equipo, que no facturó lo que generó en estos cuatro años.
–Este plantel llegaba más consolidado luego del Mundial ‘98. ¿Puede que hayan sentido mucha responsabilidad?
–No, no, la responsabilidad no. Todo lo que se hablaba de esta Selección se lo ganó en la cancha. Nadie regala elogios, y menos el periodismo argentino. Creo que este Seleccionado, con mucho sacrificio, con humildad, y a base de resultados, fue consiguiendo cosas que todos deseábamos, y todos se entusiasmaron con el presente del equipo. Creo que no era una responsabilidad, más allá de como se decía que, porque el país no está bien, a nosotros nos daban como candidatos para por los menos conseguir una alegría. Al contrario, todo era una gran motivación para los jugadores.
–Más allá de la eliminación, ¿vos viviste un momento de felicidad por adueñarte del arco del equipo?
–En un principio me gustó, por el hecho de poder llegar a cumplir un sueño. Pero, en definitiva, como dijo (Juan) Verón, prefería tener un mal Mundial, pero que Argentina ganara. Ese era el sentimiento del grupo,darle una satisfacción al pueblo argentino. No importaba el lucimiento personal.
–Vos el año pasado dijiste que querías ser protagonista del Mundial. ¿Lo conseguiste?
–En cierto modo, sí. Uno lo pensaba por el hecho de tener la posibilidad de jugar. Eso se me dio, y es algo muy bonito jugar un Mundial como titular. Sobre todo porque en Francia no tuve esa chance. En lo personal estaba contento, pero después es como que se te derrumba todo por la mala finalización del ciclo de (Marcelo) Bielsa.
–¿Por qué pensás que Bielsa se inclinó por vos definitivamente?
–Y... uno siempre trata de hacer las cosas lo mejor posible, sabiendo que la competencia era muy pareja, y que los tres teníamos posibilidades. No sé exactamente por qué se decidió por mí, pudo haber sido por la regularidad.
–Antes de dar la formación del equipo para enfrentar a Nigeria, ¿él te había anticipado algo?
–Sí, sí. En los días anteriores, sobre todo en los amistosos, yo me daba cuenta de que podía llegar a jugar.
–¿Te quedás conforme con tu actuación personal?
–Sí, muy conforme.
–En las jugadas puntuales como en el penal de (David) Beckham o en el tiro libre de (Anders) Svensson, ¿sentís que tomaste la decisión precisa?
–Yo creo que en el fútbol lo que no se hizo siempre se podía haber hecho. Uno se basa en los resultados o en alguna jugada en concreto. Por eso es lindo el fútbol, que toda la gente puede opinar. Pero interiormente estoy muy tranquilo, tanto yo como mis compañeros. Lamentablemente son injusticias, porque por ahí uno no puede demostrar todo lo que trabajó y el sacrificio que hizo, y la gente se queda con el resultado y la última imagen del equipo. Pero somos conscientes de que no tuvimos la recompensa que nos merecíamos.
–Después del último partido aparecieron rumores de peleas...
–Y sí, siempre alguno quiere tener la noticia, pero te puedo asegurar que no pasó nada. En el vestuario había un dolor muy grande.
–¿Ahora querés la revancha en el 2006?
–Está demasiado lejos. Hay que pensar en trabajar bien en el club de cada uno, y luchar por un lugar en el nuevo ciclo. Pero pasarán muchas cosas hasta el próximo Mundial.
–El técnico que llegue, ¿ya tiene un arquero asegurado para el futuro?
–De mi parte voy a tratar de que esta experiencia me sirva para ganar más seguridad y más tranquilidad a la hora de jugar. Dependerá de mí si tengo nuevas posibilidades en la Selección. Así, el entrenador que llegue podrá fijarse en mí.
–¿La final de ayer te produjo nostalgia?
–Claro. Sobre todo porque no vi ningún partido. Y también tristeza, porque uno sabía que podía estar ahí.

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